El
Hospital Universitari de Bellvitge conmemora este
2022 su
50 aniversario desde su inauguración, y uno de los actos celebrados para este hito ha contado con la participación del célebre cardiólogo catalán
Valentí Fuster. En la conferencia titulada ‘
Cardiología del siglo XX: Imágenes del corazón y del cerebro’, Fuster ha afirmado que dentro del campo cardiovascular “existe un
cambio radical en la medicina que se está dando en este momento. Conocemos mucho menos lo que es la salud a la enfermedad. Para dar respuesta a esta pregunta se requieren
tecnologías muy modernas y se debe hacer hincapié en la
edad”.
Fuster ha querido analizar de forma detallada los avances que han surgido dentro de la Cardiología en los últimos tres años: “El
infarto de miocardio y el
infarto cerebral es la principal causa de mortalidad dentro de las enfermedades cardiovasculares. La clave es conocer qué pasa
antes de llegar a este punto. Cuando hablamos de salud, es muy distinto una persona de más de 60 años que una desde su nacimiento hasta los 20 años. Debemos tener presente los
factores de riesgo que pueden llegar a provocar un importante daño arterial temprano, como son la obesidad, la presión arterial alta, sufrir colesterol elevado, fumar, la falta de ejercicio… durante años se ha creído que estos factores de riesgo llegan a afectar la barrera de las arterias, provocando la denominada
presión arterial. Esta teoría ya no está tan clara en estos momentos”.
"Conocemos mucho menos lo que es la salud a la enfermedad"
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Hoy en día las tecnologías, como por ejemplo la OCT, nos permiten penetrar dentro de las arterias, pero Fuster advierte que “realizamos esta intervención cuando el individuo
ya sufre la enfermedad. Si uno está interesado en la población mundial, pocos lugares cuentan con estos avances. Debemos buscar tecnologías que permitan llegar a
toda la población y sean
económicamente posibles”.
En los últimos 10 años, Fuster ha utilizado una tecnología que aún no es aplicable, la
ecocardiografía tridimensional, “que nos permite ver si la enfermedad empieza en
las arterias que van al cerebro, la
aorta y en las
piernas. Nos dimos cuenta de que la enfermedad empieza en esta última parte del cuerpo, pero no se manifiesta clínicamente porque son arterias grandes. Después de un estudio con 4.000 personas de 40 a 55 años, nos dimos cuenta de que la causa de mortalidad principal del mundo, desde el punto de vista
subclínico, empieza a
edades muy tempranas. Empezamos a tratar la enfermedad cuando alguien ha sufrido un
infarto de miocardio, nos hemos perdido 60 años de vida que hubiéramos podido hacer algo”.
"Empezamos a tratar la enfermedad cuando alguien ha sufrido un infarto"
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Gracias a las tecnologías PET y MR, se ha logrado realizar
estudios in vivo que permiten ver por primera vez los efectos que genera la
médula ósea. Este hecho es muy significativo, y cal y como afirma el cardiólogo, “cuando el colesterol penetra en la arteria es un
elemento extraño y es el momento en que la médula ósea reacciona, iniciando una
guerra. El sistema de defensa puede perder si la cantidad de colesterol es muy denso”.
Todos los estudios realizados, a partir de los 40 años
Sin tener en cuenta los factores de riesgo, Fuster ha observado la enfermedad subclínica en un grupo importante de individuos: “No se ha
medido nunca el inicio de la enfermedad. Todo lo que se conoce hasta ahora es a partir de los 40 años, el resto se ha ignorado. Lo que vemos que ocurre antes de los 40 años tiene mucho más impacto que lo que ocurre más tarde. Parte de lo que consideramos normal es anormal”.
A través de distintos estudios, el investigador ha llegado a la conclusión de que “debemos
empezar estudios con gente más joven. Nos hemos dado cuenta de que debemos dar mucha importancia a la cultura familiar, además de los factores de riesgo y la genética. Hoy en día tenemos la tecnología para decirle a una persona de 20 a 60 años si está o no
desarrollando la enfermedad”.
Cultura, familia y entorno, claves para lograr un impacto en salud
Concluyendo con el acto, Fuster ha vuelto a poner énfasis en iniciar estudios dirigidos a una edad más temprana, además de la
cultura y la
educación para conseguir entender mejor la salud: “Si queremos tener un impacto en salud debemos ir la gente joven y a los niños. Los niños tienen pocos centros cerebrales que más adelante se multiplican. Lo que le dices a un niño lo capta. Debemos enseñar cómo funciona el cuerpo, los
hábitos de comida,
actividad física y
controlar las emociones. Debido a ello es fundamental la cultura, la familia y el entorno.
Por otra parte, una de las hipótesis que está estudiando en estos momentos Fuster es si los
factores de riesgo afectan a las
arterias y a la
circulación cerebral: “La
enfermedad de Alzheimer podría pasar exactamente así. Los vasos contribuirían a la patología. Con marcadores podemos detectar el momento en que el cerebro tiene algún problema”.
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