Las
nuevas tecnologías tienen cada vez más impacto en la
sanidad española, desde
nuevos dispositivos para tratar de manera más rápida y eficiente posibles enfermedades hasta la predicción de las mismas. Para ello, los
modelos matemáticos están sirviendo de ‘aliados’, pues los profesionales sanitarios hacen uso de ellos para poder mejorar en la labor de la
predicción de las patologías. Uno de los últimos eventos sobre esta cuestión tiene como protagonista a un
grupo investigador español que cruzará el Atlántico los próximos meses para presentar un modelo predictivo sobre el
riesgo de sufrir insuficiencia cardiaca utilizando datos del microbioma de los pacientes, aunque
José Liñares, uno de los investigadores, señala en una conversación con este diario que la mejora de dichos modelos vendrá de la mano del
estudio de variables a nivel celular.
Y es que, tal y como explica el investigador, el trabajo del equipo se ha centrado en añadir la
información del microbioma intestinal de los pacientes analizados al modelo predictivo para intentar aumentar su rendimiento. El resultado confirmó que esa información tenía un valor añadido para predecir el riesgo de un paciente de sufrir dicho
evento cardiovascular. Pero, a pesar de este logro, Liñares indica que la sanidad podría dar un paso significativo hacia delante para predecir de manera más concisa la probabilidad de sufrir una enfermedad si se incorporasen más
datos al proceso: “Todo va a depender de la disponibilidad de los datos que tengamos. A día de hoy es caro generar
datos genómicos de los pacientes para entrenar los modelos predictivos”.
Foto del equipo investigador.
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Para lograrlo, el investigador apunta a aumentar de manera considerable la
inversión en la consecución de esos datos. “El problema es que cada vez surgen nuevas tecnologías de secuenciación que nos están dando más información, pero a la vez son más caras. Se está generando más tecnología para intentar ser más específico en cada paciente e intentar estudiar
variables a nivel celular”, argumenta. Pero, se trata, tal y como afirma el investigador, de un proceso que incrementa “mucho” el precio, por lo que cree que las autoridades deberían reflexionar sobre los objetivos: “Es un poco la balanza de, hasta dónde quiero llegar a nivel de
profundidad de la información biológica, y hasta dónde me es asequible sacar esta información de los pacientes”.
Además, estos modelos no solo sirven para
predecir el riesgo de padecer insuficiencia cardiaca en los pacientes, sino que también para observar la probabilidad de sufrir otras enfermedades como las
autoinmunes o el
cáncer. Es en este aspecto en el que pone el énfasis Liñares, ya que uno de los objetivos futuros debería ser, para el experto,
generar datos de cohortes específicas de pacientes para ‘adelantarse’ a los efectos de las patologías.
Conferencia en EEUU para presentar los resultados
El equipo lo han integrado
investigadores de la Universidad de Granada y el
centro de Genómica e Investigación Oncológica (GENyO), y gracias al trabajo realizado han ganado una competición internacional, llamada Finrisk-Dream Challenge. Se trata de una competición centrada en predecir el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares en los pacientes, utilizando
datos de su microbioma.
Su trabajo se ha basado en
datos ofrecidos por la Universidad de Finlandia, acerca de pacientes con
enfermedades cardiovasculares a los que les secuenciaron su microbioma y les hicieron un seguimiento durante unos 15 años. Les hicieron un seguimiento de los eventos a nivel cardiovascular que les fueron ocurriendo a cada uno de ellos, tal y como comenta Liñares. En diciembre ‘cruzarán el charco’ para acudir a la
conferencia anual de Dream. “Es una muy buena oportunidad el acudir a una conferencia donde se reunirán los grandes expertos en el campo de la
biología computacional. Será una forma de aprender de otra gente y de intentar acceder a personas de otras instituciones para poder establecer futuras colaboraciones. Compartiremos ideas con toda la comunidad para intentar mejorar en un futuro”, recalca Liñares.
El futuro del sector estará, justamente, en “intentar entender cada vez más la
fisiología de la enfermedad y extraer los
marcadores que podamos, ya sea desde la biología o desde la física, para poder incorporar esa información a un modelo predictivo y que nos pueda predecir el riesgo o la probabilidad de que un paciente padezca una complicación. Y, sobre todo, que sea
a nivel personalizado, pudiendo identificar una variable de un determinado paciente”, augura el investigador.
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