El número de implantes de desfibriladores automáticos (DAI), así como el de marcapasos, está aumentando en España de forma paulatina, tanto por el envejecimiento progresivo de la población como por la tendencia de recuperación económica. “En el caso de los DAI, no obstante, nuestro país continúa a la cola de la Unión Europea, siendo el último país en número de implantación de estos dispositivos. En el otro extremo se encuentra Alemania, con 576 implantes por millón de habitantes al año, frente a los 118 por millón de España”, explica Ignacio Fernández-Lozano, secretario general de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Conviene destacar que la diferencia en número de implantes por millón, con respecto a la media europea, cada año va aumentado progresivamente.
Tal y como pone de manifiesto el último Registro Español de DAI, realizado por la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la SEC y recogido en el último número de Revista Española de Cardiología (REC), el número de implantes comunicados fue de 5.465 (con el 85 por ciento del total de implantes estimado), lo que equivale a una tasa de 118 por millón. Esta cifra supone un aumento respecto a los dos años anteriores, en los que se implantaron 4.772 y 4.911 DAI, respectivamente. La mayoría de los implantes, casi un 83 por ciento, se realizaron en varones, y en gran parte de los casos se debía a cardiopatía isquémica.
Asimismo, como explica Javier Alzueta, primer firmante del registro, también se observan diferencias entre comunidades autónomas, siendo el Principado de Asturias (167), Extremadura (160), Castilla y León (142), Cantabria (137), Comunidad Valenciana (136), Aragón (136), Comunidad de Madrid (130), Castilla-La Mancha (129) y Galicia (127) las que están por encima de la media nacional. Estos datos no se corresponden con el nivel de renta de cada comunidad, ni tampoco con la prevalencia de enfermedades cardiovasculares, insuficiencia cardiaca y cardiopatía isquémica en las mismas.
El uso del marcapasos sin cables es aún anecdótico en España
En el Registro Español de Marcapasos una de las novedades más destacables del año 2015 es que incluye por primera vez datos sobre el implante de marcapasos sin cables. En concreto, se implantaron 77 unidades, y se realizaron solo en nueve comunidades autónomas, ya que aún son pocas las indicaciones para este tipo de implantes a nivel médico, y el coste actual de esta tecnología es aún muy superior al de un marcapasos monocameral convencional. Sin embargo, se estima que su empleo irá en aumento a medida que nuevos estudios realizados a largo plazo vayan corroborando las tasas de eficacia y seguridad.
Como explica Marta Pombo, primera firmante del artículo, durante 2015 se utilizaron 820 marcapasos convencionales y 73 dispositivos de resincronización por cada millón de habitantes respectivamente, con una media de edad de 77,7 años. Algo más de la mitad de los dispositivos se implantan en mayores de 80 años. El consumo de generadores es mayor en los varones (58,2 frente a 41,8 por ciento), tanto en primeros implantes como en recambios. “En comparación con el año 2014, se ha incrementado la cifra de marcapasos un cinco por ciento, concretamente 36 más por millón de habitantes, una tendencia que ha crecido más que en años anteriores y que puede deberse principalmente al envejecimiento de la población, así como a la progresiva recuperación económica”, valora Pombo.
En comparación con el uso de marcapasos en otros países, España también está por debajo de la media de la Unión Europea (954 unidades/millón), que puede vincularse a un menor gasto sanitario per cápita que en países del entorno, como Francia, Bélgica o Alemania, y a otros motivos diferentes de los económicos como falta de recursos o programas de formación, o menor incidencia de las enfermedades para las que se indica el implante y bajas tasas de derivación. También se observa disparidad en la incidencia de implantes entre comunidades autónomas, “probablemente por las diferencias en la edad poblacional, o en las estructuras sanitarias que implican diferencias en la densidad de unidades de arritmias y unidades de insuficiencia cardiaca”.
Es interesante señalar que, aunque la estimulación bicameral es predominante, en alrededor del 20 por ciento de los casos se implanta marcapasos monocameral ventricular, pese a encontrarse el paciente en ritmo sinusal. Por tanto, en ese grupo de pacientes podría optimizarse el modo de estimulación. Los pacientes mayores de 80 años son los que menos se benefician del mantenimiento de la sincronía aurículo-ventricular.
“En general los datos obtenidos en el Registro de 2015 referentes al número de marcapasos implantados en España mantienen la tendencia de los datos publicados en los últimos años, y es esperable un incremento progresivo en años venideros debido al aumento en la esperanza de vida en nuestra población. Hay que tener en cuenta que la causa principal de implante de marcapasos es la fibrosis/degeneración del sistema de conducción, trastorno propio de la edad avanzada. Aunque consideramos que la información aportada por el Registro es representativa de la actividad de estimulación llevada a cabo en nuestro país, debe mejorar la calidad en la recogida y la interpretación de los datos”, concluye Pombo.
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