España se encuentra entre los países europeos más desarrollados y avanzados en la
formación de electrofisiólogos. El estatus español es, además, reconocido por los organismos internacionales, ya que ponen en valor la manera en la que el Sistema Nacional de Salud (SNS) acredita a sus profesionales en esta materia. “Estamos
a la altura de los grandes hospitales de Inglaterra, Francia y Alemania”, especifica
María Fe Arcocha, presidenta del Comité de Acreditación de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Y es que, tal y como detalla Arcocha, el sistema español cuenta con una diferencia “importante” respecto al europeo: “Ellos solo hacen un examen. Nosotros, a parte del examen, hacemos
una auditoría, que es lo novedoso, costoso y lo que da calidad, porque hay un auditor que va por cada centro comprobando que los requisitos que mandan los hospitales para acreditarse son ciertos”. Se trata de una excepcionalidad en el panorama europeo puesto que ese auditor ratifica el número de procedimientos realizados, la producción científica, el estado de las salas de intervencionismo, etcétera. Todo ello se somete a una auditoría, que según explica Arcocha, “no existe” en el sistema de acreditación de Europa, y por eso tenga “probablemente
mayor calidad la acreditación española”. “La auditoría le da un
rango de veracidad y calidad a nuestro sistema de acreditación”, remarca.
Una diferencia que es reconocida por la European Heart Rhythm Association (
EHRA), que en el apartado donde habla de las acreditaciones que cada país,
valora “muy bien” la española por el papel que tiene la auditoría. “Para los centros hospitalarios hay una auditoría completa en el que se comprueba que el centro cumple todos los estándares. Además, tienen que
renovar las acreditaciones cada tres años, por lo que en ese periodo hay que seguir demostrando que hacemos 150 ablaciones al año, que muchas son complejas, y que tenemos un mínimo de actividad científica”, detalla Arcocha.
No obstante, el prestigio español no se basa únicamente en el sistema acreditativo. También tiene un peso importante la actividad de los cardiólogos españoles en el panorama internacional. La mayoría de los facultativos acreditados en electrofisiología a nivel europeo son españoles, según relata Arcocha. Una cantidad considerable, que pone en valor el
nivel cualitativo del profesional español. Además, la presencia de los cardiólogos españoles en los congresos internacionales como ponentes es otro baremo a tener en cuenta para la presidenta del Comité de Acreditación de la SEC, también que sean muchos los autores españoles que publican sus investigaciones en las revistas científicas de mayor renombre.
Puerta abierta a nuevas acreditaciones en electrofisiología
La Sociedad Española de Cardiología ha abierto la plataforma de acreditación para reacreditar a los centros sanitarios e invitar a otros nuevos a que soliciten el reconocimiento. El plazo estará abierto para marzo o abril de este mismo años, y desde la SEC esperan que una veintena de centros soliciten su reacreditación y media docena haga la petición por primera vez. “En España, centros que formen en electrofisiología hay unos cien, pero por el momento
solo 34 tienen la acreditación”, indica Arcocha.
Por otro lado, la facultativa rechaza hacer distinciones entre los hospitales urbanos y rurales, porque para la acreditación hay que cumplir un mínimo de intervenciones que, en las zonas más despobladas, por proporción, es más difícil llegar: “Depende de la tradición, la
cantidad de pacientes que atiendas y la producción científica”. A su vez, remarca que esta distinción de excelencia que otorga la propia sociedad médica intenta contribuir a tener un “sistema organizado” tanto de formación de profesionales como de acreditación de centros para lograr un nivel cualitativo superior, por lo que la SEC pide a la administración pública que lo incluya para organizar las unidades de arritmias en los hospitales. “Nos gustaría que esta acreditación fuera reconocida por los servicios de salud como un añadido para trabajar en el área de las arritmias. Creo que nuestro sistema tiene suficiente solidez y validez para demostrar que los profesionales y los centros están bien armados y formados”, subraya Arcocha.
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