El Servicio de
Cardiología del Hospital General Universitario
Gregorio Marañón, de Madrid, ha aplicado por primera vez en España un nuevo tratamiento contra la
fibrilación auricular persistente.
El nuevo tratamiento se conoce como
electroporación, y consiste en la ablación (destrucción de células con catéter) mediante el uso de pulsos de corriente eléctrica de muy alto voltaje y corta duración, menos de un milisegundo.
Esta técnica permite una gran precisión a la hora de eliminar los circuitos cardiacos responsables de esta patología, sin dañar los tejidos adyacentes sanos. También ofrece versatilidad y da a los médicos la oportunidad de personalizar la intervención según las necesidades del paciente durante el procedimiento, utilizando diferentes fuentes de energía y capacidades de mapeo.
La alta eficiencia y seguridad de este avance permitirá, por otra parte, combatir las recurrencias de fibrilación auricular persistente con mayor eficacia, sin tener que recurrir a
procedimientos quirúrgicos. En definitiva, reduce las complicaciones, los tiempos de procedimiento y repeticiones de estudio.
Hasta la fecha, se han realizado 4 tratamientos (2 mujeres y 2 hombres) que presentaban fibrilación auricular muy sintomática de larga duración. Todos ellos resultaron exitosos.
Cardiología, Servicio pionero
La aplicación de la electroporación por parte del Servicio de Cardiología del Gregorio Marañón es una muestra de su ADN pionero; también fue el primero en el ámbito estatal en la introducción de los sistemas de navegación en el tratamiento de
arritmias complejas. Igualmente en el uso de imagen de
resonancia magnética para identificar sustratos arrítmicos. Sus profesionales realizan más de 600 ablaciones de arritmias al año. De ellas, casi el 50 por ciento corresponden a diferentes tipos de fibrilación auricular.
La arritmia más frecuente en España
Más de 60 millones de personas en todo el mundo se ven afectadas por la fibrilación auricular. De hecho, es la arritmia más frecuente en España. Se trata de una afección en la que el corazón late de forma irregular y rápida, lo que provoca síntomas como palpitaciones, fatiga y dificultad para respirar. Si bien aparece en forma de episodios que se autolimitan, sin una intervención precoz pueden derivar en la fibrilación auricular persistente.
Esta patología se asocia a una mayor tasa de eventos cardiovasculares como
insuficiencia cardiaca, fenómenos trombo-embólicos deterioro cognitivo y demencia. Todo ello conlleva una peor calidad de vida y una mayor mortalidad. De hecho, los pacientes con esta enfermedad tienen cinco veces más probabilidades que otros de formar
coágulos de sangre y sufrir un
ictus.
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