El ruido puede alterar el cuerpo a nivel celular de una manera que aumenta los factores de riesgo de enfermedad cardiaca, según un tema de revisión publicado en 'Journal of the American College of Cardiology' que examina los mecanismos subyacentes que pueden conducir a enfermedad cardiaca inducida por ruido.
La revisión responde a la creciente evidencia que conecta el ruido ambiental, incluido el tráfico rodado y las aeronaves, con el desarrollo de patologías del corazón, como la enfermedad de las arterias coronarias, la hipertensión arterial, los accidentes cerebrovasculares y la insuficiencia cardiaca.
Se ha demostrado que en una serie de estudios que el ruido del tráfico eleva el riesgo de enfermedad cardiaca, pero aún quedan preguntas sobre los mecanismos precisos que conducen a la enfermedad cardiaca inducida por el ruido. En este tema de revisión, los científicos analizaron nuevos análisis de ruido que demuestran los mecanismos moleculares que pueden conducir a alteración de la función vascular, evidencia epidemiológica reciente de enfermedad cardiovascular inducida por ruido y efectos no auditivos del ruido y su impacto en el sistema cardiovascular.
El ruido induce una respuesta al estrés
Los autores aseguran que, con base en la evidencia, proponen que el ruido induce una respuesta al estrés, que se caracteriza por la activación del sistema nervioso simpático y el aumento de los niveles de hormonas, lo que provocará secuelas y, en última instancia, genera daño vascular.
Los investigadores creen que su evidencia fortalece aún más el concepto de que el ruido del transporte contribuye al desarrollo de factores de riesgo de enfermedades cardiacas, como la hipertensión y la diabetes, porque el ruido se asocia con estrés oxidativo, disfunción vascular, desequilibrio autonómico y anomalías metabólicas.
Los temas específicos observados han sido los efectos adversos del ruido ambiental en el sistema nervioso autónomo y las consecuencias para el sistema cardiovascular, los efectos cardiovasculares adversos del ruido en los humanos y los efectos cardiovasculares adversos del ruido en los animales. Los autores también ha analizado algunas de las estrategias de mitigación empleadas en todo el mundo y vieron que estrategias como la gestión y regulación del tráfico y el desarrollo de neumáticos de bajo ruido podría ayudar a reducir el ruido y los toques de queda del tráfico aéreo disminuir el ruido peligroso, pero se necesitan otras estrategias.
El autor principal del estudio y director del Departamento de Medicina Interna del Centro Médico Mainz de la Universidad Johannes Cutenberg, Thomas Munzel, asegura que “a medida que aumenta el porcentaje de la población expuesta a niveles perjudiciales de ruido de transporte, nuevos desarrollos y legislación para reducir el ruido son importantes para la salud pública”.
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