Un equipo integrado por Cardiólogos Hemodinamistas y Cirujanos Cardiacos del
Hospital Universitario Puerta de Hierro han realizado, por primera vez en España, una intervención para remplazar la
válvula tricúspide del corazón. Se trata de una operación mínimamente invasiva indicada para pacientes con insuficiencia de la válvula tricúspide en situación clínica avanzada.
Es la
primera vez en España que se realiza esta intervención y, en el mundo, se han implantado poco más de 20 prótesis de estas características. Hasta la fecha, todos estos casos se han practicado en el contexto de
“uso compasivo”. Los buenos resultados obtenidos en las intervenciones realizadas son la fase previa necesaria para poder incorporar esta técnica a la práctica habitual.
Los
pacientes con insuficiencia tricúspide severa suelen presentar un deterioro funcional importante así como múltiples comorbilidades asociadas. Estos hechos hacen que no sean buenos candidatos quirúrgicos y que el manejo de su enfermedad se haga con tratamiento médico.
Recientemente se ha podido corregir la insuficiencia tricúspide mediante el
implante de un clip, pero los requerimientos anatómicos necesarios hace que no se pueda utilizar esta técnica en todos los pacientes. La aparición de estas prótesis viene a aumentar de manera considerable las posibilidades de tratamiento de este tipo de pacientes.
Intervención pionera
Un equipo multidisciplinar formado por Cardiólogos Hemodinamistas, Cirujanos Cardiacos, Anestesistas y personal de Enfermería, realizó la intervención el pasado jueves 28 de junio. La paciente era una mujer de 76 años con una insuficiencia tricúspide muy avanzada y en la que los tratamientos médicos ya no conseguía controlar su enfermedad. La paciente se recupera adecuadamente y se espera que reciba el alta hospitalaria en los próximos días.
A través de un acceso a la aurícula derecha por una mini toracotomía, se introduce la prótesis que va plegada dentro del catéter hasta la zona deseada para el implante, el anillo tricúspide. Una vez en posición, la válvula, que es autoexpandible, se libera bajo control ecográfico y fluoroscópico hasta conseguir el reemplazo completo de la válvula nativa. Finalmente, se comprueba mediante ecografía el buen funcionamiento de la prótesis y la ausencia de complicaciones. Esta intervención ha tenido una duración de unas tres horas.
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