Cardiólogos del Hospital Gregorio Marañón de Madrid han ideado un nuevo método para diferenciar el ensanchamiento de la arteria aorta debido a anomalías de la válvula homónima, del que se atribuye a otras causas no operables. El descubrimiento, que combina el uso de gases respiratorios, ultrasonidos y cateterismo, se plasma en un artículo que firma la especialista Candelas Pérez del Villar, tutelada por el médico Javier Bermejo, ambos del Servicio de Cardiología del centro, que encabeza Francisco Fernández-Avilés.
El trabajo ha llamado la atención en la 66ª edición del congreso más relevante del mundo de la especialidad, el American College of Cardiology, que lo recoge en su revista premiándolo como mejor artículo de 2016. Para delimitar el diagnóstico, en efecto describe una combinación de las tres herramientas citadas, cuyo empleo consigue diferenciar a los pacientes que tienen estrecha la válvula aórtica y requieren, por tanto, de una intervención de sustitución valvular mediante cirugía o catéter, de aquéllos otros en los que los síntomas no obedecen a problemas de la válvula sino a otras alteraciones asociadas y, por eso, no se benefician de la intervención.
La estenosis aórtica consiste en un estrechamiento anormal de la válvula aórtica que se produce por su progresiva calcificación, lo que da lugar, de forma gradual, a más dificultad para su apertura y, por tanto, para la salida de la sangre del corazón. En España, casi un tercio de los mayores de 65 años presenta una afectación degenerativa de la válvula aórtica y hasta un tres por ciento de la población mayor de 75 años padece una estenosis aórtica grave.
El corazón es capaz de compensar la estenosis de la válvula aumentando la presión en su interior, hasta que empieza a fallar, desencadenando una serie de síntomas que se caracterizan principalmente por la fatiga al realizar esfuerzos. En ese momento, el único tratamiento eficaz es la sustitución valvular, intervención que en pacientes mayores hoy en día se hace habitualmente mediante cateterismo.
Un trabajo de varios profesionales del hospital
Sin embargo, como el tratamiento no está exento de riesgos, la intervención sólo es beneficiosa cuando la válvula está gravemente cerrada y los síntomas del paciente están directamente relacionados con esta enfermedad. También han contribuido al descubrimiento los responsables del proyecto que dio pie a la publicación galardonada, como la médica Raquel Yotti, también del Gregorio Marañón. La investigación ha sido financiada por el Cibercv, que dirige Fernández Avilés, y el Instituto de Salud Carlos III.
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