La
Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha explicado que, a pesar de que desde hace algunos años existe una nueva generación de
desfibriladores (DAI) y
marcapasos sin cables, que evitan el riesgo de infección de los convencionales, aún no se han incorporado a la práctica habitual en España y se está haciendo de forma muy lenta respecto a Europa, e incluso heterogénea entre comunidades autónomas.
Así, "según datos del
Registro Nacional de Marcapasos, en el año 2015 se implantaron un total de 77 marcapasos sin cables, lo que corresponde a un 1,6 por ciento del total de marcapasos convencionales de similares características. A día de hoy, en nuestro país se han implantado 350 marcapasos sin cables. Respecto a los desfibriladores subcutáneos, los números son bastante similares; en 2016 más de 200 pacientes recibieron uno de estos dispositivos en España de un total de 400 unidades. En todas las comunidades autónomas se implantan estos dispositivos, pero con una proporción muy desigual, entre cinco y 50 unidades", como ha destacado la presidenta de la Sección de Estimulación Cardiaca de la SEC, la doctora María Luisa Fidalgo Andrés.
En esta línea, el presidente de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología, el doctor Nicasio Pérez Castellano, ha explicado que "la generación de desfibriladores (DAI) y marcapasos convencionales se debe implantar a través del sistema vascular, lo que aumenta el
riesgo de infección, conocida como endocarditis, una infección de muy mal pronóstico, pues se ve afectado todo el organismo".
En cambio, el nuevo tipo de DAI se implanta íntegramente debajo de la piel, sin ocupar los vasos sanguíneos, y marcapasos sin cables, que son marcapasos miniaturizados que se implantan directamente en el interior del corazón
a través de un catéter, lo que minimiza el nuevo riesgo de infección.
No obstante, "estos desfibriladores no pueden implantarse en los pacientes que necesitan estimulación cardiaca. Es decir, estos desfibriladores están preparados para responder mediante un choque eléctrico ante una
parada cardiaca, pero hasta una cuarta parte de los pacientes necesitará, además, que el dispositivo estimule el corazón para regular su ritmo cardiaco o mejorar su contractilidad, función que solo puede lograrse con los desfibriladores convencionales", ha destacado Pérez Castellano.
En cuanto a los marcapasos, estos son
diez veces más pequeños que el convencional, aúna en un solo dispositivo el cable y el generador, y, además, algunos de estos estos sí que serán compatibles con los DAI sin cables, pudiendo suplir las limitaciones de este en la necesidad de estimulación cardiaca, como afirman desde la SEC.
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