Investigadores del
Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (Cibercv), pertenecientes a los grupos de José Martínez-González y David G. Dorado, han hallado que la
enzima lisil oxidasa altera la
función diastólica de forma dependiente de la edad y contribuye a la
hipertrofia cardiaca inducida por sobrecarga de presión.
En este estudio, publicado en la revista
FASEB J, dirigido por
Cristina Rodríguez y José Martínez-González y en el que también ha participado la investigadora María A. Navarro, perteneciente al
Ciber de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn), se evidencia que el control farmacológico de la actividad de esta enzima podría ser beneficioso en el tratamiento de la
insuficiencia cardiaca y la hipertrofia, un grave problema de salud pública y una de las principales causas de hospitalización en los países desarrollados.
En el miocardio de los ratones transgénicos para la lisil oxidasa (TgLOX), la administración de Angiotensina II (AngII) aumenta el nivel de colágeno maduro (visualizado como refringencia roja) frente a los animales normales (WT). Los animales transgénicos presentan además mayor inflamación (paneles de la derecha). Imagen: Cibercv.
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La enzima lisil oxidasa (LOX) controla el
remodelado de la matriz, un proceso clave que subyace a las enfermedades cardiovasculares y la insuficiencia cardiaca. Sin embargo, la falta de modelos animales adecuados ha limitado hasta el momento actual el conocimiento con respecto a la contribución de esta enzima en la disfunción cardiaca. Los investigadores del Cibercv han evaluado su impacto sobre la función ventricular y la hipertrofia cardiaca en un
modelo de ratón transgénico con una fuerte expresión cardiaca de LOX de origen humano (TgLOX), evidenciando la relación de la enzima con la alteración de la función diastólica, agravando, además, la hipertrofia y disfunción cardiaca inducida por angiotensina II.
De esta manera, el estudio evidencia que se desencadena una
mayor respuesta fibrótica caracterizada por una deposición de colágeno elevada y una alta expresión de marcadores fibróticos, acompañada de una
disminución de los factores cardioprotectores. “Nuestros hallazgos, en definitiva, sugieren que la enzima lisil oxidasa induce una alteración de la función diastólica dependiente de la edad y agrava la hipertrofia, lo que nos proporciona nuevas perspectivas sobre su papel en el rendimiento cardiaco”, explican los investigadores.
Un estudio previo del Cibercv ya relacionaba a la enzima con la hipertensión
Previamente, este grupo del Instituto Catalán de Ciencias Cardiovasculares (ICCC) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) junto a investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), integrados en el Cibercv, identificaron la enzima lisil oxidasa como una nueva fuente de
estrés oxidativo de la pared vascular, unos resultados que ahora abren una nueva vía para el desarrollo de fármacos contra las enfermedades cardiovasculares.
La
hipertensión es un grave problema de salud pública responsable de, aproximadamente, la mitad de los casos de ictus y cardiopatía isquémica, y de alrededor de un
13 por ciento de la mortalidad a nivel mundial.
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