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COP25: Los cardiólogos piden limitar la contaminación de vehículos diésel

Jordi Bañeras explica que las partículas de materia en suspensión afectan gravemente al sistema cardiovascular

Jordi Bañeras, en una imagen de archivo.

05 dic 2019. 10.30H
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POR JAIME RECARTE
La 25ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25), está abordando cuáles deben ser las acciones de los gobiernos para reducir los niveles de contaminación y de partículas contaminantes. Un problema que incide directa e indirectamente en la salud de las personas, hasta constituirse como un problema global de salud. Coincidiendo con este evento, Redacción Médica ha hablado con las distintas sociedades médicas para conocer su punto de vista sobre este fenómeno. Para los cardiólogos, una de las medidas fundamentales es "la limitación de la contaminación procedente de vehículos diésel".

Jordi Bañeras, cardiólogo de la unidad de críticos cardiovasculares del Hospital Vall d'Hebron y portavoz de la Fundación Española del Corazón y la Sociedad Española de Cardiología incide en los daños cardiovasculares que produce la contaminación. "Gracias a la evidencia científica, basada tanto en estudios experimentales como observacionales hoy sabemos que la contaminación causa problemas respiratorios y cardiovasculares, es decir, que afecta a la salud de forma global".

"La contaminación afecta fundamentalmente al sistema cardiovascular y a las arterias del corazón"

El cardiólogo detalla que, tras ser inhalados los contaminantes, como las partículas de materia en suspensión PM10 y PM2.5 "pasan al sistema circulatorio". Es decir, que "van al pulmón" pero que "no puede hacer de filtro" y acaban pasando a la sangre, "afectando fundamentalmente al sistema cardiovascular y a las arterias del corazón, provocando fenómenos de vasoconstricción y estrés oxidativo", que provocan accidentes cardiovasculares.

"A nivel médico y científico, la materia particulada PM2.5 en suspensión  provoca enfermedades cardiovasculares como cardiopatías isquémicas (infartos de miocardio) pero también, en población con enfermedades cardiacas previas, los episodios de alta contaminación pueden hacer que las enfermedades se descompensen", "provocando además "consultas al médico, visitas a urgencias, y reingresos hospitalarios", explica.


Mortalidad


En cuanto a la mortalidad, apunta que aunque en estos casos hablemos siempre de estimaciones, puesto que "no se puede hablar de un efecto causal directo", "diferentes informes apuntan que unos 10.000 infartos de corazón y cerca de 30.000 fallecimientos al año podrían estar relacionados con la contaminación". Además señala que, "en paralelo las cifras europeas señalan que unas 800.000 muertes al año se pueden atribuir a esta causa". De ellas, recuerda, "entre el 40 y el 80 por ciento tienen causas cardiovasculares". 

En cuanto al riesgo y a la incidencia de los problemas cardiovasculares provocados por la contaminación, Bañeras señala que el principal problema "es que todo el mundo está expuesto, por lo que incluso personas que tienen una dieta saludable y hacen ejercicio están expuestas a un factor de riesgo 'inevitable'".

Precisamente por eso, Bañeras valora de forma positiva acuerdos como el de París 2015, en el que se pedía limitar la subida de temperaturas y limitar la expusión de gases y partículas contaminantes. "Hay que tomar medidas como han hecho otros países europeos para regular la circulación de vehículos diésel", señala. "Si sabemos que el PM2.5 es el contaminante más dañino y sabemos de dónde viene, las medidas para prevenir deben ir encaminadas a limitar los motores de combustión que las producen", concluye.




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