Expertos en nutrición e hipercolesterolemia de la
Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) han publicado en la revista
Clínica e Investigación en Arteriosclerosis un informe de posicionamiento sobre la utilización de nutracéuticos y alimentos funcionales para el
abordaje de la hipercolesterolemia. Este documento de consenso muestra su utilidad en distintos escenarios clínicos, pudiendo contribuir su uso a la
prevención cardiovascular.
Este grupo de expertos de la SEA
ha llevado a cabo un ejercicio de síntesis de los resultados procedentes de estudios
científicos rigurosos para poder establecer distintas recomendaciones sobre este tipo de alimentos.
“Con este documento pretendemos hacer unas recomendaciones razonables que permitan a los profesionales sanitarios
utilizar los alimentos funcionales y/o los
nutracéuticos en aquellos pacientes con hipercolesterolemia que realmente se puedan beneficiar de ellos”, indica
Pablo Pérez Martínez, responsable del Grupo de Nutrición de la SEA y uno de los autores.
Los autores agrupan las recomendaciones sobre el uso de nutracéuticos y alimentos funcionales según 4 escenarios clínicos:
el tratamiento hipolipemiante en sujetos con intolerancia a estatinas; el tratamiento hipolipemiante “a la carta” en personas en prevención primaria; la prevención cardiovascular a largo plazo en personas sin indicación de tratamiento hipolipemiante, y, por último, en pacientes con
tratamiento hipolipemiante optimizado que no alcanzan objetivos terapéuticos.
“Si bien los nutracéuticos nunca deben sustituir al tratamiento farmacológico si este estuviera indicado, existen algunas situaciones donde podrían ser utilizados y que detallamos en nuestro informe”, explica
José María Mostaza Prieto, presidente de la SEA y
uno de los autores.
Beneficios para un tratamiento eficaz
A pesar de que disponemos de distintos
tratamientos eficaces y seguros para el control y tratamiento de la hipercolesterolemia, algunas barreras determinadas por efectos secundarios e incluso factores sociosanitarios generan una necesidad terapéutica donde los nutracéuticos y alimentos funcionales juegan un papel clave. El consumo de estos nutracéuticos o alimentos funcionales puede favorecer de media una
reducción de hasta el 15 por ciento en los niveles plasmáticos de c-LDL.
Entre estos nutracéuticos y alimentos funcionales destacan la berberina, la bergamota, la levadura roja de arroz, la fibra soluble y los esteroles y estanoles vegetales. Estos nutrientes, además de
encontrarse presentes en alimentos como frutas, verduras y cereales, se incluyen de forma artificial en determinados alimentos, como productos lácteos que con bastante frecuencia se
fortifican con esteroles vegetales.
De igual forma, existen preparados comerciales que incluyen distintos nutracéuticos que han mostrado un efecto significativo en la reducción de los niveles
plasmáticos de colesterol y en el control de la hipercolesterolemia.
Desde la SEA, sin embargo, se advierte de que no todos los nutraceúticos y alimentos funcionales disponibles en el mercado presentan unos
adecuados estándares de calidad, lo que podría tener implicaciones en su eficacia y uso seguro. Es necesaria una
información adecuada para elegir y consumir los productos que ofrecen todas las garantías.
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