Un
ensayo clínico español pretende arrojar luz a las técnicas para reducir el
impacto de las infecciones en los pacientes trasplantados de corazón. La Cardiología española, por lo tanto, quiere esclarecer cómo actuar de la manera más adecuada para que el paciente cardiológico no sufra infecciones tras ser operado. El centro que está liderando dicho proceso es el
Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona), que junto a otros diez centros sanitarios lleva tres años en esta labor.
“Es un ensayo clínico que lo que intenta es evaluar cuál es la
mejor estrategia para prevenir la infección por citomegalovirus en pacientes trasplantados cardíacos que tienen anticuerpos positivos”, explica a
Redacción Médica Elena García, cardióloga del Hospital de Bellvitge y una de las investigadoras del proyecto multicéntrico. El ensayo se centra en pacientes en los que "no acaba de quedar claro" qué terapia seguir, según detalla García, ya que la evidencia actual no especifica si “lo mejor” es llevar a cabo una estrategia de
profilaxis universal o una terapia anticipada. “No sabemos cuál de las dos es la mejor”, subraya la cardióloga, aunque confía en tener esa respuesta muy pronto.
La fase clínica del ensayo comenzó en el año 2020, con el reclutamiento para la muestra. Debido a la pandemia el proceso se paró, lo que hizo retrasar toda la investigación, tal y como relata García. Finalmente, lograron terminar con el reclutamiento a finales del pasado enero, y ahora, esperan realizar sin sobresaltos el seguimiento durante estos doce meses. Tras ese año, el equipo científico calcula que podrían tener los
resultados “a mediados de 2024”.
Diferencia de la profilaxis universal y terapia anticipada
“El problema de hacer la profilaxis universal es que
provoca una leucopenia”, advierte García, añadiendo que se trata de que “bajen mucho” las defensas, “sobre todo al principio” del trasplante. Y es justamente ese momento cuando “más inmunosupresión” hay que dar para “evitar” el rechazo. Además, la cardióloga incide en que la propia leucopenia se deriva en otros problemas, lo que hace que se tengan que administrar unos fármacos “especiales”.
Es por ello que el equipo investigador pone el foco en los
linfocitos T: “Lo que queremos ver es si los linfocitos T de cada paciente son capaces de activarse frente al
citomegalovirus, independientemente de que tenga o no anticuerpos”. Para ello, García señala que los investigadores llevan a cabo un proceso de observación: “No ponemos el tratamiento y vamos mirando. Si se eleva la carga viral, entonces sí tratamos. Y, si los linfocitos T no son capaces de activarse frente al virus, entonces ponemos la profilaxis universal, que es el fármaco para evitar que aparezca el citomegalovirus”.
Hacia la “individualización” del tratamiento
Una de las características de este ensayo, llamado
Elispot-TC, es hacer una “
individualización del tratamiento”, según afirma Elena García. Argumenta que no todos los pacientes van a necesitar la profilaxis universal, y que en los casos que no la necesiten, se van a “evitar los
efectos secundarios”.
A su vez, añade que tampoco todos los pacientes necesitarán la terapia anticipada, porque señala que algunos de ellos tendrán ya “riesgo alto” de padecer la infección por citomegalovirus. “A estos directamente les ponemos la profilaxis, porque sabemos el riesgo que tienen. Valorando el riesgo-beneficio, si sabemos que tiene un alto riesgo de desarrollar la infección, ponemos directamente la profilaxis”, explica García.
Financiado por el Instituto Salud Carlos III
Este ensayo clínico cuenta con dos fuentes de financiación. Por un parte está el
Instituto Salud Carlos III (ISC3), y por otra, la
Sociedad Española de Cardiología (SEC). Junto al Bellvitge, algunos de los hospitales que se encuentran inmersos en el proceso son el
San Pau (Barcelona),
La Fe (Valencia),
Marqués de Valdecilla (Santander),
Virgen del Rocío (Sevilla) y el
Puerta del Hierro (Madrid).
Independientemente de los resultados que obtengan estos hospitales, García manifiesta la relevancia de este ensayo clínico, por lo que “implica” llevar a cabo un estudio de estas características. “Esto ya es un reto. Primero, porque
trasplantados cardíacos no hay muchos. Y segundo, porque
no hay mucha evidencia en general por la dificultad de realizar ensayos clínicos con estos pacientes. Ya solo por eso, nos va a ayudar”, apunta García.
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