Ante el aumento en la
esperanza de vida y la mayor prevalencia de enfermedades cardiovasculares, el
nuevo presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC),
Ángel Cequier, se muestra preocupado pero firme en cuanto a la situación cardiovascular de nuestro país: "aún tenemos margen de mejora" en la salud del corazón española.
En su entrevista para
Redacción Médica señala, no obstante, que si seguimos por este camino, ni la Administración ni las sociedades científicas están preparadas para el futuro a medio plazo. Sin embargo, la apuesta por la
formación, el desarrollo de las Áreas de Capacitación Específica (ACE) y la prevención (dieta y ejercicio), todavía pueden cambiar el panorama cardiovascular español a tiempo.
Usted ya formaba parte del anterior comité ejecutivo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). ¿Podría valorar los logros alcanzados hasta ahora? ¿Van a mantener las mismas líneas estratégicas?
Los dos años que estuve de presidente electo tuve la responsabilidad de la formación, uno de los pilares básicos de la SEC. Lo que hemos intentado durante estos dos últimos años y vamos a hacer para el futuro es modificar el formato de la formación. Nos estamos dando cuenta de que la presencial es más dificultosa y se debe dirigir hacia aspectos más interactivos. Por eso va a pasar a ser
online.
En diferentes encuestas que realizamos entre los asistentes a los diferentes cursos de formación o másteres, prácticamente el 80 por ciento prefieren la formación
online por las ventajas que tiene, como evitar los traslados hacia otros hospitales. Por tanto,
debemos perfilar la formación presencial para la discusión, aspectos muy monográficos que requieren un análisis conjunto más dinámico.
Un aspecto formativo que cada vez requiere más interés y probablemente un potencial muy alto es la simulación. Estamos potenciando los cursos de simulación y también pensamos que es un objetivo y un pilar con mucho recorrido en los próximos años.
El nuevo presidente de la SEC ha defendido la formación de los especialistas en Cardiología.
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A largo plazo, con una mayor esperanza de vida de la po, una población con patologías crónicas y un aumento en prevalencia de enfermedades cardiovasculares, ¿cuál va a ser el papel de los cardiólogos?
Ni desde las sociedades científicas ni desde la Administración estamos suficientemente preparados. La esperanza de vida va a aumentar y también las enfermedades cardiovasculares, que son sin duda la principal causa de mortalidad a partir de los 70 años,
superando con mucho el cáncer.
Además con un aspecto adicional: cuando analizamos los recursos sanitarios, nos encontramos con que el mayor consumo se produce en las poblaciones de edad más avanzada. De hecho, la sanidad de las personas entre los 70 y 80 años puede llegar a multiplicar hasta por cinco los costes per cápita de poblaciones más jóvenes. Tenemos que analizar esta cuestión, preparar estrategias y prepararnos nosotros.
¿El papel del cardiólogo?
En 10 años probablemente va a ser mucho más complejo que el que tenemos ahora, pero tenemos aún recorrido para intentar concienciar y sensibilizar a la población de las enfermedades cardiovasculares. Y, como hemos comentado en numerosas ocasiones, hay dos medidas muy sencillas como son la dieta y el ejercicio, que, como mínimo, interrumpen el desarrollo de la enfermedad cardiovascular en muchos posibles (o futuros) pacientes.
Por tanto, hace falta un cambio de cultura para concienciar a la gente más joven y que apliquen estas medidas de prevención. Porque dentro de 10 años vamos a encontrarnos con una situación muy difícil. Y si no se aplican estas medidas, el impacto en el futuro puede ser absolutamente desastroso, tengo dudas de que el sistema sanitario esté preparado para asumir este elevado coste, no solamente de prestigio sino de dispositivos asistenciales.
También es profesor titular de Cardiología en la Universidad de Barcelona. ¿Están cubiertas las necesidades de formación de los estudiantes? ¿Está actualizado el programa de formación MIR en Cardiología?
"El papel de los cardiólogos en 10 años probablemente va a ser mucho más complejo que el que tenemos ahora"
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Me gustaría contestar primero a la segunda pregunta. Pensamos que mayoritariamente sí, que el sistema de formación de residencia en España es excelente.
He tenido la fortuna de coincidir durante el periodo de
fellowship en el extranjero con cardiólogos alemanes, franceses, canadienses, americanos e italianos y realmente pienso que el nivel de formación que adquiríamos y adquirimos en España es muy bueno. Quizás haya pequeños aspectos que se puedan modificar, pero globalmente la respuesta que podemos ofrecer desde el punto de vista de formación de especialistas es muy buena.
Otro escenario es el de los estudiantes de Medicina.
Los estudiantes de Medicina dirigen mayoritariamente su formación hacia aprobar el examen MIR. Con lo cual, hay una carencia en el contacto directo y en la implicación con la asistencia durante el periodo de formación.
Después, cuando aprueban el examen MIR, los estudiantes se enfrentan asistencialmente a una serie de problemas que no han vivido con suficiente intensidad, por una, digamos, irresponsabilidad parcial.
En resumen, la formación en Cardiología es muy buena, aunque deberíamos intentar una aproximación diferente en la formación en Medicina y que el examen MIR no fuera el objetivo principal de los estudiantes.
¿En qué situación nos encontramos respecto al número de cardiólogos? ¿Tenemos déficit de profesionales en España?
Hay un déficit de cardiólogos en España. Un documento que elaboró nuestra pasada ejecutiva sobre el futuro de la Cardiología insiste en este aspecto. El hecho de que la incidencia de enfermedad haya aumentado, que cada generación tenga una esperanza de vida más larga y la enfermedad cardiovascular sea más frecuente... Nos estamos encontrando con
déficit para cubrir plazas de cardiólogos en una gran parte de las comunidades.
Esto requeriría una reflexión desde diferentes puntos de vista. El problema es que formar más cardiólogos requiere una mayor inversión y recursos económicos. Pero la alternativa que podemos encontrarnos dentro de unos años –no muchos– es una situación en la que,
o bien ofrecemos un nivel de formación necesario, o se requerirán profesionales de otros países que quizás tampoco tengan el nivel de formación que estamos ofreciendo actualmente a los cardiólogos formados aquí. El problema no es fácil y requiere una aproximación por parte de los diferentes protagonistas e implicados.
Cequier ha alertado de un déficit de cardiólogos en gran parte de las comunidades autónomas.
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En cuanto a la ordenación de la Cardiología, ¿cuál es la opinión de la SEC sobre la hiperespecialización? ¿Hace falta desarrollar las áreas de capacitación específica en el ámbito de la Cardiología?
La respuesta es, rotundamente, sí. Y tenemos que buscar cuál es la mejor fórmula para intentar que los pacientes reciban la asistencia cardiovascular óptima. El grado de complejidad de las enfermedades cardiovasculares ha aumentado tanto que se requieren métodos sofisticados de actuación y la única forma de obtenerlo es que exista una estructura, unos periodos o unos programas de formación específicos para esto.
"Las ACE no deberían estar inmersas dentro del programa de formación en Cardiología"
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La Sociedad Española de Cardiología fue realmente
pionera y muy innovadora porque, desde hace ya unos 20 años estableció las acreditaciones, por ejemplo, de dos subespecialidades muy concretas:
Hemodinámica y
Electrofisiología. Y además fue el espejo en el que se miró la Sociedad Europea de Cardiología para llevar esta misma tarea a cabo.
La manera óptima de que los pacientes reciban la mayor calidad cardiovascular o la asistencia cardiológica más excelente es que sea ofrecida por profesionales que se han formado específicamente en estas subespecialidades.
Las
ACE están en periodo de discusión y, en mi opinión,
no deberían estar inmersas dentro del programa de formación, al menos en Cardiología. Vuelvo a insistir en que el programa de residencia de Cardiología es muy bueno y que no requiere grandes modificaciones.
El Real Decreto de 2015 sostiene las áreas de acreditación avanzada se desvinculen del programa de formación de la residencia. Yo
pido que no actuemos sobre los periodos de formación de Cardiología que, no obstante, requieren modificaciones. Además, decirle a los propios residentes que escojan qué súper especialidad van a hacer es complejo, por lo menos desde nuestro punto de vista y con la experiencia que tenemos.
Así pues, la respuesta es sí, pero hagámoslo dentro de un programa de formación específico del que ya tenemos experiencia y hay experiencia en otros países.
¿En qué consiste el proyecto Avacar (Añadir Valor en Cardiología)? ¿Han identificado cuáles son los posibles escenarios de mejora?
Mientras que globalmente tenemos una asistencia cardiovascular muy buena en España, no tenemos datos específicos o concretos de cómo se realizan los diferentes procedimientos por cada hospital o área. Y a veces encontramos una variabilidad muy importante desde el punto de vista de los resultados en salud. Pensamos que la SEC tiene la obligación de conocer estos resultados.
Ángel Cequier, durante su entrevista con Redacción Médica.
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Así, como los parámetros de medida son los llamados CMBD (conjunto mínimo básico de datos) que se traducen en las altas hospitalarias, el proyecto Avacar intenta, de la manera más completa posible, que las altas hospitalarias de los servicios de Cardiología de los hospitales españoles se las homogeneicen. Es decir, que cuando se hagan altas hospitalarias se consulte un mínimo 'diccionario' que incluso puede estar en una aplicación en el móvil, para que la complejidad del paciente,
todos los procedimientos y todas las comorbilidades queden perfectamente reflejadas en las altas hospitalarias. Es la única manera en que después podemos comparar para detectar escenarios subóptimos.
Y los escenarios subóptimos pueden darse porque haya una mala codificación, porque hagan falta recursos o porque los procesos no estén suficientemente depurados. Por eso tenemos la obligación de identificarlos, para que podamos dar soporte a aquellos centros que no alcancen los niveles o cuyos resultados no sean lo suficientemente óptimos. En esos casos
la SEC tiene la obligación de dar soporte para mejorarlos.
"Vamos a reunir en foros de discusión a cardiólogos, industria y Administración para valorar problemas de acceso a la innovación"
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Pero primero tenemos que conocerlos. Y para eso vamos a intentar determinar los procedimientos más más frecuentes como son el infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST; la insuficiencia cardíaca; la muerte súbita y las arritmias; así como los procedimientos de cirugía cardíaca y de cirugía valvular y el intervencionismo coronario.
Con esto tendremos respuestas prácticamente en el 80 por ciento de los procesos asistenciales interhospitalarios. Pensamos que no serán excesivamente complejos de medir.
Los profesionales no tienen que hacer ningún esfuerzo adicional, sino que solo tienen que crear la cultura de que el alta hospitalaria traduzca bien la complejidad del proceso asistencial que se ha realizado.
¿Cuáles son los retos de la SEC para estos próximos años?
Queremos potenciar más la investigación junto a las becas y los proyectos subvencionados. Además, desde el punto de vista de los resultados de salud, queremos establecer un ambicioso proyecto de tres años de duración que empiece con un concurso de ideas de aproximación para identificar el escenario (cardiopatía isquémica, de insuficiencia cardíaca, de arritmias, o valvular), donde hay unas carencias claras de impacto asistencial para intentar tener respuestas en salud.
Serán proyectos de investigación multicéntricos randomizados para dar una respuesta en salud a un problema puntual de la asistencia cardiovascular en España.
Adicionalmente, y de forma más cotidiana quizá, vamos a reunir en foros de discusión a profesionales de Cardiología, la industria y responsables de la Administración, para valorar problemas de innovación, autorización, diseminación, introducción de nuevos productos e identificar también de qué forma podemos hacer investigación propia, puesto que a veces tenemos muchos problemas para conseguir acuerdos o aprobaciones de diferentes comités éticos.
Uniendo en mesas de discusión profesionales, representantes tanto de la industria farmacológica, como de la industria tecnológica, y responsables de la administración vamos a intentar establecer vías de colaboración para buscar soluciones a los problemas que tenemos en común.
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