Investigación, asistencia y docencia es, a día de hoy, el tridente más poderoso que alberga el Servicio de
Cardiología del Hospital Clínic de Barcelona, considerado uno de los mejores a nivel internacional gracias a su dilatada trayectoria como
área pionera en España y más de medio siglo de historia.
Su responsable,
Ana García, forma parte de dos instituciones de referencia como son el Instituto de Investigaciones Biomédicas y el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC). En esta entrevista para el pódcast
Jefatura de Servicio explica los pilares que sustentan la calidad de este área puntera en el abordaje y tratamiento de cardiopatías.
¿Cómo empezó su andadura como jefa de Servicio?
Mi andadura comienza mucho antes como residente de Cardiología en este hospital. Realmente la experiencia fue fantástica para mí. Conocer la ciudad al venir de fuera y conocer el hospital, las personas que trabajan aquí y la forma de trabajar que tiene el Hospital Clínic. Concretamente, el fomento que se hace de la investigación junto con la docencia y la asistencia me encantó. Después estuve en Estados Unidos durante dos años y después pasé un año en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares. Todo eso me dio mucho bagaje para para comenzar con líneas de investigación potentes y para expandir un poco mi conocimiento de todo lo que es la especialidad de Cardiología. Después de estas experiencias fuera, retorné al Hospital Clínic. Estuve trabajando como cardióloga, fundamentalmente en el Área de Insuficiencia Cardíaca y en noviembre del 2020 me designaron jefa de Servicio de Cardiología. Fue un momento difícil porque coincidía con la pandemia. Hubo que organizar tanto la parte cardiológica como la parte no cardiológica porque, como todos los profesionales, tuvimos que contribuir a la atención de pacientes covid, o sea que fue complicado. Pero he de agradecer a los compañeros que forman parte de mi equipo la predisposición fantástica que tuvieron a la hora de colaborar en las dos partes, porque era muy complicado. No podíamos dejar atrás a los pacientes de Cardiología y teníamos que hacer mucho más de lo que hacemos habitualmente, con menos personal.
Toda esta actividad asistencial siempre he intentando combinarla con la parte de la docencia. Nosotros somos un hospital universitario y prácticamente todos los miembros del Servicio son también profesores, ya sea de clases teóricas como prácticas, porque aquí tenemos continuamente estudiantes de la universidad. Por tanto, la docencia es fundamental en nuestro día a día, igual que la parte de la investigación. No nos podíamos olvidar de la investigación porque estábamos en una situación de pandemia. Y de hecho se desarrollaron proyectos tanto en el ámbito cardiológico como en el ámbito covid. O sea que realmente se demuestra esa capacidad que tiene el Servicio para tirar adelante con las tres líneas que consideramos prioritarias. Hemos aprendido a trabajar en equipo en situaciones muy complicadas, a dar más de lo que de lo que nos imaginábamos que podíamos dar. Hemos aprendido a hacer briefings, es decir, poder discutir entre nosotros qué cosas podíamos haber hecho mejor, qué cosas hemos hecho muy bien...Hemos fomentado el reconocimiento, el agradecimiento a todas las personas que en situaciones muy difíciles hemos tenido que pedir que hagan una guardia, otra guardia, etc.
Este Servicio cuenta con 50 años de historia. Fue, de hecho, pionero en España. ¿Qué retos supone mantener este legado?
Pues un reto muy importante porque realmente es un Servicio de Cardiología que ha sido muy puntero y reconocido. Y esto hemos de mantenerlo. Es una responsabilidad muy grande. Pero afortunadamente cuento con gente realmente valiosa y en los últimos años también hemos captado talento, lo cual es fundamental para tirar adelante con este reto de mantener estándares altos de calidad a todos los niveles. Yo creo que la captación y la retención de talento, porque generamos también mucho talento de los residentes que vienen aquí a formarse, son críticos para mantener el legado que hemos conseguido.
La cercanía con el paciente ha marcado la hoja de ruta de este Servicio desde su remodelación. ¿Qué protocolos se llevan a cabo para mantener esta insignia?
Creo que la cercanía con el paciente, el trato humano, es fundamental. Aquí juega un papel muy importante la colaboración entre Medicina y Enfermería. Enfermería pasa muchas horas con los pacientes ingresados y cada vez están más incorporados en la atención al paciente ambulatorio. Y esto es fundamental, porque ellas y ellos son capaces de dedicar mucho más tiempo de lo que a veces los médicos pueden dedicar. Y traducir muchas veces las cosas que explicamos los médicos que al paciente le cuesta comprender. Ese egundo encuentro con Enfermería le ayuda a entender bien su enfermedad y las alternativas. En los últimos años también hemos trabajado mucho en la participación del paciente, en la toma de decisiones. Estamos elaborando vídeos, material gráfico para explicarle las alternativas, que él pueda tener suficiente información para colaborar en el proceso de toma de decisiones sobre su propia salud y enfermedad.
Podríamos decir que el rol del paciente-especialista también ha ido modificándose. El paciente tiene más conocimiento, se le dan más alternativas, etcétera...
Totalmente. Yo creo que veníamos de una actitud muy paternalista por parte del médico y ahora está evolucionado. El paciente tiene mucha más información, en gran parte porque lo busca y es mucho más accesible de lo que era hace años. Ahora con Internet es fácil llegar a información que en ocasiones no es de calidad y por tanto es muy importante que tenga nuestros consejos a la hora de buscar información. Pero en definitiva tiene mucho más conocimiento y mucho más interés en poder tomar decisiones que le afectan a él en primer grado.
¿Cuáles han sido los cambios más significativos que se han realizado en el tiempo que lleva en el cargo?
Hemos inaugurado una sala de intervencionismo híbrido. ¿Qué quiere decir esto? Que es como una mezcla entre un quirófano y una sala de intervencionismo cardíaco percutáneo. Es decir, permite hacer intervenciones más complejas de las que se pueden hacer en una sala de intervencionismo habitual. Y esto realmente nos facilita hacer cosas que hasta ahora era complicado hacer, como intervenciones híbridas entre cirujanos cardíacos y hemodinámistas para, por ejemplo, implante de prótesis percutáneas que a veces necesitan un acceso diferente al percutáneo habitual; procedimientos de arritmias en los que se puede hacer una intervención entre cirujanos y cardiólogos...En definitiva, trabajar en equipo, pero en un sitio mucho más seguro para el paciente y mucho más cómodo para los profesionales. Yo creo que esta es una de ellas, sin duda.
"Creo que veníamos de una actitud muy paternalista por parte del médico y ahora está evolucionado. El paciente tiene mucha más información"
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Ligado a esta pregunta, otro de los rasgos diferenciadores del Clínic es su sinergia entre las diferentes unidades. ¿Cómo se beneficia de esto la Cardiología?
Sí, este es uno de los rasgos de identidad del Hospital Clínic, estas unidades transversales. Trabajamos de una forma muy matricial en la que hay Servicios y Secciones, pero luego hay unidades transversales y Cardiología colabora en varias de ellas. Nosotros desde Cardiología lideramos la Unidad de Insuficiencia Cardíaca y la Unidad de Fibrilación Auricular, y en ellas luego colaboran muchos otros Servicios, pero participamos de otras, como por ejemplo la Unidad de Hipertensión Pulmonar, en la que yo estoy muy implicada. O en la Unidad de Diabetes Mellitus, también muy relacionada. Realmente nos beneficiamos todos con esto. El primero, el paciente porque tiene a un abanico de especialistas que saben de su enfermedad muy completo. Pero nosotros también. Primero, porque te estás formando continuamente de otras aspectos de la enfermedad que no controlas tanto. Un endocrino o un nefrólogo participa y te sirve a ti para aprender. Y eso es muy importante para los profesionales. A un nivel ya lo que quieren es aprender cada día esa motivación. Y esto se consigue con todos estos equipos multidisciplinares.
El centro abarca hasta 20 áreas de salud diferentes. ¿Qué volumen de pacientes llega a implicarse?
Aproximadamente medio millón de habitantes. Es lo que constituye nuestro área metropolitana de referencia, que es donde están estos 20 centros de salud y sobre los cuales nosotros tenemos una responsabilidad muy grande porque somos el hospital terciario, el hospital de referencia. Y con ellos tenemos que trabajar en red. En ese sentido también estamos desplegando muchos proyectos para optimizar el trabajo conjunto. Por ejemplo, en insuficiencia cardíaca, llevamos varios años, pandemia mediante, optimizando los circuitos. Cómo nos podemos ayudar para tratar mejor a nuestros pacientes, cómo lo podemos hacer de una forma ágil, de una forma fluida, para que el paciente no esté esperando o que haya dificultades de comunicación entre diferentes dispositivos asistenciales.
Este es un centro de referencia internacional en ciertas líneas de investigación, como las arritmias, cardiopatía isquémica o insuficiencia cardíaca...
Concretamente en insuficiencia cardíaca, que además es el área que mejor conozco porque formo parte de ella, realmente ha habido unos avances espectaculares en los últimos años, tanto a nivel de nuevos tratamientos farmacológicos para la insuficiencia cardíaca crónica -llevábamos muchos años sin nuevas dianas terapéuticas y ahora han aparecido varias-, como a nivel del manejo mediante dispositivos como las asistencias ventriculares, que son como corazones artificiales entre comillas, pero que obviamente ayudan mucho al paciente que está en una situación realmente avanzada de su cardiopatía.
En cuanto a las arritmias, cada vez intentamos avanzar más mediante métodos intervencionistas antes de que la enfermedad ya esté muy instaurada. Y este es el caso, por ejemplo, de la fibrilación auricular en la que cada vez se hace más intervencionismo, ablación de venas pulmonares, con la idea de curar la enfermedad y evitar hacerlo en fases avanzadas en los que la aurícula ya está muy dilatada. Se ha avanzado mucho en procesos de ablación. También los dispositivos han evolucionado mucho: marcapasos, desfibriladores.... Cada vez son más pequeñitos y necesitan menos cables. Lo que antes hacíamos con tres cables ahora lo podemos hacer en muchos casos con un solo cable. Desfibriladores que van debajo de la piel y por tanto no tienen el riesgo de infecciones en el futuro, etc. Y a nivel de la cardiopatía isquémica yo diría que hemos profesionalizado más la atención al infarto de miocardio, sobre todo mediante mejoría de lo que son circuitos. Realmente el Código Infarto ha sido un antes y después en el manejo del infarto de miocardio y permite que los atendamos todos en un periodo de tiempo muy pequeño, con la repercusión que tiene desde el punto de vista funcional para el paciente.
¿Que otras líneas de investigación se están llevando a cabo en el Clínic?
Tenemos muchas líneas de investigación. Nosotros en el Servicio tenemos Secciones y Unidades, todas ellas potentes, y cada una de ellas tiene varias líneas de investigación. Por ejemplo, en el área de la insuficiencia cardíaca tenemos una línea importante de hipertensión pulmonar y de disfunción del ventrículo derecho, otra línea de trasplante cardíaco...Concretamente en el trasplante se está estudiando cómo el ejercicio físico, un programa de prehabilitación cardíaca previo, tiene un beneficio después del trasplante. Y en el área de insuficiencia cardiaca, de las cardiopatías, cómo podemos caracterizar mejor a los pacientes que tienen cardiopatías familiares o que tienen arritmias, identificar mejor qué pacientes necesitan un desfibrilador por el riesgo de muerte súbita. A nivel de arritmias, tenemos varios proyectos en marcha, tanto de fibrilación auricular como de taquicardias ventriculares y dispositivos. Si este dispositivo del que hablábamos de un solo cable es mejor que el marcapasos habitual en todos los casos, o en qué casos realmente ofrece un beneficio mayor a nivel de cardiopatía isquémica, etc. Tenemos líneas tanto en la cardiopatía isquémica habitual como en la enfermedad coronaria, con coronarias sanas. Cuando vamos a hacer el cateterismo y las coronarias son sanas, ver cómo está afectada la micro musculatura. A nivel también de las válvulas cutáneas, para saber qué pacientes pueden beneficiarse de una válvula percutánes, qué pacientes es mejor que se operen.... En cuanto a cuidados cardiológicos agudos, tenemos una línea interesante sobre parada cardíaca con el desarrollo de nuevos marcadores que nos puedan traducir si ha habido o no daño neurológico y que nos puedan ayudar en la toma de decisiones. En imagen cardíaca tenemos también líneas que muchas veces van en combinación con todo lo demás, porque la imagen al final se ha convertido en una herramienta fundamental tanto para las arritmias como para la insuficiencia cardíaca o la cardiopatía isquémica, pero también juega un papel muy importante desde el punto de vista de la investigación.
¿Cuáles son los retos futuros a medio y largo plazo?
Yo creo que el mayor reto es mantener los estándares e intentar mejorarlos, porque hemos de ser ambiciosos y para eso es fundamental retener talento, captar talento y que las personas estén felices trabajando, que estén contentos. Porque así es la única manera en la que pueden dar lo mejor de sí y poder avanzar en todas estas líneas. Yo creo que si somos capaces de mantener y mejorar los estándares en asistencia, además de desarrollar la investigación todo lo que podamos, daremos visibilidad a nuestro Servicio y también contribuiremos a la mejoría de la especialidad a nivel internacional. Y luego la docencia, sin duda. Al final lo que decimos de la retención y la captación de talento comienza con nuestros estudiantes y por tanto yo creo que es fundamental que siga siendo así, que todos tengamos esas ganas de, además de atender al paciente de la mejor manera posible, explicar al estudiante que tenemos al lado lo que estamos haciendo y cómo debemos hacerlo.
"Si somos capaces de mantener y mejorar los estándares en asistencia, además de desarrollar la investigación todo lo que podamos, daremos visibilidad a nuestro Servicio y también contribuiremos a la mejoría de la especialidad a nivel internacional"
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A lo largo de su carrera profesional y académica, ¿cuál es el momento o el recuerdo que tiene guardado con más cariño?
Tengo varios. Yo creo que conocer durante la residencia al doctor Ginés Sanz fue para mí muy importante porque me ayudó a diseñar cuál iba a ser mi formación MIR y eso incluía irme a Estados Unidos. Allí tuve la suerte de trabajar con el doctor Valentín Fuster, que para mí, es un profesional y una persona admirable, una persona que se conoce con nombres y apellidos los fellows que están en su hospital, que te trata con afecto y que te da ideas maravillosas para desarrollar trabajos de investigación. Y luego en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares he tenido la suerte de trabajar y con el doctor Borja Ibáñez, que es otra persona magnífica y que creo que contribuye de forma muy significativa a nuestra especialidad.
¿Qué diría que es lo más positivo de esta especialidad?
Yo creo que es una especialidad en la que tratamos pacientes muy graves y a los que somos capaces de ayudar mucho. Son pacientes que si no los tratas fallecerían en pocas horas. Realmente somos capaces de tratarles y de que se reincorporen con normalidad. Esto es muy bonito. Y luego lo diversa que es la especialidad, tanto desde el ámbito del diagnóstico, con la imagen, hasta el ámbito del tratamiento -tratamiento farmacológico, tratamiento intervencionista, la UCI...Subespecialidades también muy interesantes, como las cardiopatías congénitas, las cardiopatías familaires... realmente es un abanico amplísimo y que yo creo que cualquier profesional que se dedica a esto lo disfruta porque siempre encuentra aquel área con el cual se identifica o con el cual puede contribuir más.
¿Y si tuviéramos que destacar ahora la parte negativa, el lado oscuro, por decirlo de alguna manera, de Cardiología?
Yo diría que quizá el más triste es que, como tratamos pacientes graves, pues tenemos pacientes que desafortunadamente fallecen. Y a eso nos enfrentamos cada día que estamos de guardia. Sabemos que puede venir un paciente al que no podamos ayudarle o haciendo todo lo posible al final fallece,. Pero bueno, tiene la contrapartida de que ayudamos a muchos otros.
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