Mantener un nivel de tensión arterial más bajo, del habitualmente recomendado, en personas hipertensas con enfermedad cardiovascular no reduce el riesgo de mortalidad o de sufrir eventos adversos graves, según una investigación llevada a cabo por profesionales del Servicio Navarro de Salud (SNS), basada en el cribado y revisión de cerca de 6.000 estudios sobre hipertensión realizados en todo el mundo.
Las conclusiones de este proceso de revisión han sido publicadas por el grupo Cochrane, una organización internacional, independiente y sin ánimo de lucro que cuenta con más de 50 equipos de investigación repartidos por 90 países del mundo. Estos equipos revisan y actualizan los efectos de distintas intervenciones y tratamientos farmacológicos que se realizan en salud, a fin de plantear mejoras en el cuidado de pacientes.
El método de estudio de estos grupos se basa en el cribado previo de los miles de estudios que existen sobre los efectos de una determinada práctica clínica a nivel mundial, con el objetivo de establecer con precisión sus efectos beneficiosos y/o perjudiciales y extraer conclusiones que contribuyan a mejorar los tratamientos médicos vigentes, ha explicado el Gobierno de Navarra.
En concreto, la investigación desarrollada por el SNS se enmarca en la labor realizada desde el grupo Cochrane dedicado a la hipertensión, con sede en la Universidad de British Columbia de Vancouver, Canadá. El objetivo del equipo navarro fue analizar si la reducción de la presión arterial por debajo de los objetivos estándar, como se estipula en la mayor parte de las guías clínicas, resulta realmente beneficiosa en el caso de personas que tengan hipertensión y que hayan sufrido un episodio cardiovascular grave, como infarto de miocardio, angina de pecho, ictus o enfermedad periférica vascular.
El grupo partió de una base de cerca de 6.000 estudios internacionales relacionados con el tratamiento de la hipertensión. Tras seleccionar los más adecuados a los objetivos de la investigación, se analizaron más a fondo 171 artículos. Finalmente, la investigación se centró en seis ensayos clínicos basados en el seguimiento de unos 10.000 pacientes durante una media de 3,7 años.
Al analizar estos seis estudios se apreció una ligera disminución en la aparición de eventos cardiovasculares entre los pacientes que siguieron un tratamiento más intensivo (=135/85 mmHg), en comparación a los que mantenían una tensión arterial estándar (=140-160/90-100 mmHg). Sin embargo, no se encontraron diferencias en los aspectos de mayor relevancia, como son la mortalidad o el conjunto de eventos adversos graves medidos de forma global.
"En la actualidad, no hay pruebas suficientes para justificar objetivos de presión arterial en personas con hipertensión y enfermedad cardiovascular establecida. Se necesitan más ensayos", es la conclusión de la investigación, que considera los resultados alcanzados como "un punto de partida para seguir analizando mejoras en el abordaje de la hipertensión".
Reconocimiento oficial como Grupo Cochrane satélite
La publicación de este estudio coincide con el reconocimiento de los profesionales del SNS como grupo satélite oficial para Europa del equipo Cochrane Hipertensión. Diez profesionales del SNS de las áreas de Medicina y Farmacia integran de manera estable este grupo, que viene colaborando con la sede canadiense desde 2012.
El contacto entre ambas partes se inició en junio de 2010, cuando el grupo Cochrane Hipertensión contactó con profesionales del SNS que elaboran el Boletín de Información Terapéutica de Navarra (www.bit.navarra.es) para ofrecerles la posibilidad de colaborar en investigaciones conjuntas. La red de investigadores Cochrane pretende ser un apoyo a la actividad médica y de gestión, para la mejora de tratamientos y la toma de decisiones.
La calidad y utilidad de las revisiones Cochrane está reconocida por sistemas de salud de todo el mundo. Como ejemplo de su relevancia, cabe citar que fue el grupo Cochrane Hipertensión quien descubrió que "los fármacos que se administraban de forma masiva contra el infarto de miocardio no eran válidos, y que otros menos empleados eran más eficaces, con las consiguientes consecuencias en el tratamiento de estos pacientes a nivel internacional".
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