Nuria Martín Sanz. Madrid
Las líneas de investigación en esclerosis múltiple (EM) van avanzando en diferentes vertientes, por ejemplo en cuanto al origen y la causa de la enfermedad, y en ese camino la base genética está en el punto de mira, pero también los factores ambientales. Así lo ha señalado el jefe de la Unidad de EM del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Rafael Arroyo, quien ha dicho que “cada vez hay más pistas y siempre se ha hablado de un componente viral que no sea reconocido hasta este momento”.
María Nieves Álvarez, directora de Comunicación del Grupo Día; Ana Torredemer, presidenta de EME; Rafael Arroyo, jefe de la Unidad de EM del Hospital Clínico San Carlos de Madrid; y Montserrat Tarrés, directora de Comunicación del Grupo Novartis.
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En este sentido, Arroyo ha puntualizado que “hay un virus, el Epstein-Barr, que está en todas las quinielas”. Aún no se ha demostrado que sea efectivamente uno de los factores que lleve a la EM, pero desde luego es una hipótesis en la que se está avanzando, ha subrayado. Asimismo, ha hecho referencia a que el “déficit de vitamina D o, de una forma paralela, la baja exposición del sol, podría ser un factor favorecedor para el desarrollo de la enfermedad”, y al tabaco, que “ya sabemos que es malo en general, pero es que además puede empeorar el pronóstico”.
En definitiva, ha insistido el experto, “aún no tenemos con exactitud estos factores ambientales, pero hay muchos equipos de investigación dentro y fuera de España que los estamos buscando”. El objetivo, ha subrayado, es que “pudiéramos encontrarlo para que en el futuro la incidencia de la enfermedad se redujera o, por lo menos, que no empeorara”.
Recaudando fondos a través del proyecto M1
Arroyo ha hecho estas declaraciones durante la presentación del estado del Proyecto M1, puesto en marcha por la asociación Esclerosis Múltiple España (EME) y cuyo fin es la recaudación de fondos para la investigación de la enfermedad. Su presidenta, Ana Torredemer, ha destacado que los estudios van enfocados sobre todo hacia sus formas progresivas, pues “aún no existen tratamientos capaces de frenar su avance”.
La iniciativa se inició en 2013 y en su primera fase logró recaudar 35.726 euros, mientras que en la segunda etapa, que acaba de finalizar, se han conseguido 50.000 euros más. Ahora el objetivo, de cara al año que viene, es obtener otros 75.000 euros. La totalidad del dinero, ha explicado Torredemer, va a los 22 proyectos que tiene en marcha la Alianza Internacional de EM Progresiva.
Uno de los apoyos que ha tenido este proyecto desde sus inicios ha sido el del Grupo Novartis, pues “como compañía dedicada al cuidado de la salud de las personas, nuestro compromiso con los pacientes va más allá de la investigación”, ha indicado su directora de Comunicación, Montserrat Tarrés. Por su parte, el Grupo Día se ha sumado ahora a colaborar en la difusión de la iniciativa a través de sus canales de comunicación.