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La biopsia líquida, imprescindible en cáncer de pulmón no microcítico

Particularmente en pacientes muy debilitados o con comorbilidades

Luis Paz Ares.

30 may 2016. 12.20H
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POR REDACCIÓN
Gracias a los avances que se van produciendo, año tras año, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento de los tumores, cada vez se cuenta con más herramientas que ayudan a definir las características propias de cada tumor y qué tratamiento es el más adecuado para cada paciente. Este es el caso del cáncer de pulmón no microcítico (CPNM), que representa cerca del 85 por ciento de todos los casos de tumor de pulmón, y para el que ya está disponible en España una prueba, para determinar la mutación EGFR presente en aproximadamente el 10 por ciento de los pacientes con CPNM, gracias a la biopsia líquida (o determinación en sangre).

Diferentes centros nacionales participan, con la colaboración de Roche, en un proyecto que les permitirá adquirir más experiencia en esta nueva tecnología y conocer sus aplicaciones prácticas. Precisamente, este uso práctico de la biopsia líquida al cáncer y, concretamente, al tumor de pulmón ha sido uno de los contenidos abordados en el marco de la reunión “Biopsia líquida: un nuevo reto para el patólogo y el oncólogo”, que ha organizado la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP) con el aval científico de la Sociedad Española Oncología Médica (SEOM) en el Hotel Rafael Atocha de Madrid y a la que han acudido más de 400 expertos de toda España. 
 
Se estima que en nuestro país al 70 por ciento de los pacientes con cáncer de pulmón se les diagnostica en fase avanzada y todos ellos son candidatos a someterse a una biopsia para saber si tienen algún tipo de mutación, y a partir de ahí elegir un tratamiento dirigido a esa mutación.
 
La determinación de EGFR en plasma consiste en un sencillo análisis de sangre a través del cual se extrae una pequeña muestra de sangre del paciente que se analiza molecularmente y que sirve para determinar si el gen EGFR está o no mutado. Tal y como explica el doctor Luis Paz Ares, jefe del Servicio de Oncología del Hospital 12 de Octubre de Madrid, el valor de este tipo de determinaciones moleculares, como es la del EGFR, es guiar el tratamiento de los pacientes con cáncer de pulmón.

“Actualmente, una vez que el paciente es diagnosticado de un cáncer de pulmón no microcítico en estado avanzado, a todos se les somete a este test, independientemente de su hábito tabáquico. La prueba tradicional es a través de una biopsia de tejido. Sin embargo, en algunas enfermedades, como sucede en el cáncer de pulmón, nos encontramos con la dificultad de que no tenemos muestra suficiente para realizar el estudio mutacional sobre tejido tumoral. En muchos casos resulta complicado porque bien los pacientes no tienen tejido suficiente, que se ha consumido con todas las pruebas de diagnóstico inicial, bien el que tienen está ya muy dañado o bien porque son pacientes que, por estar muy debilitados o presentar otras comorbilidades, ya no se les puede someter a una punción”. Es precisamente en estos casos en los que disponer de una herramienta, como es la biopsia líquida, resulta de gran ayuda para seleccionar el tratamiento más beneficioso para ese paciente.
 
En esta misma línea se manifiesta Javier Gómez Román, jefe de Sección de Patología Molecular del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, que considera imprescindible que los pacientes puedan contar con esta prueba molecular, ya que hoy en día “existen tratamientos aprobados para este tipo de cáncer de pulmón. Terapias dirigidas de las que se van a beneficiar estos pacientes, tanto en términos de supervivencia como en el tiempo que van a permanecer sin que su enfermedad evolucione, y que solo se pueden administrar a partir de los resultados de este test”.
 
Facilidad en la extracción de muestras y mejor seguimiento del paciente
 
En muchos casos, para realizar la biopsia clásica de tejido tumoral se requiere hacer una serie de punciones, sobre todo cuando las lesiones del tumor son bastante profundas, y que resultan muy agresivas para el paciente. “Por este motivo”, explica el doctor Paz Ares, “el porcentaje de pacientes de los que no tenemos una muestra para analizar y para hacer la valoración de mutaciones es bastante elevado. La biopsia líquida de alguna manera viene a solucionar este problema, ya que si tenemos material genético susceptible de analizar en sangre vamos a evitar tener que hacer biopsias más profundas, solventando el problema en pacientes de los que no tenemos suficientes células y tejido para analizar”.
 
En relación a las ventajas de la biopsia líquida en cáncer de pulmón el doctor Gómez Román apunta a que los beneficios van a estar asociados, en gran medida, a la monitorización del paciente. “En un paciente que ya está diagnosticado –añade- se va a poder hacer un seguimiento de la enfermedad basándonos en los resultados en sangre. De hecho, hemos visto que, antes incluso de que un tumor vuelva a aparecer, somos capaces de ver un aumento en el ADN que el tumor vierte a la sangre. Por lo que estaríamos asistiendo a una mejora en la detección precoz de un tumor que recidiva en aproximadamente 6-8 meses. Esto nos permite atacar el cáncer si volviera a aparecer y antes de que se extienda a otros órganos. Asimismo, podríamos saber también la evolución de ese tumor, y poder así ir adaptando los tratamientos a los cambios genéticos que se puedan producir en la enfermedad”.

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