Redacción. Valladolid
Investigadores del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid (HURH) y los hospitales de Cabueñes y Central de Asturias probarán sobre pacientes la reconstrucción de hueso maxilar con células madre alogénicas —provenientes de donantes— después de un exitoso trabajo ya llevado a cabo con células autólogas —del propio paciente—.
Luis Miguel Redondo González, cirujano maxilofacial del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid.
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El ensayo clínico, que lleva por título 'Regeneración de cavidades óseas quísticas de los maxilares mediante bioimplante de células mesenquimales alogénicas asociadas a matriz de suero entrecruzada', ha recibido este mes de octubre autorización de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y podría ponerse en práctica el próximo mes, según ha explicado en declaraciones a Europa Press Luis Miguel Redondo González, cirujano maxilofacial del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid e investigador principal del proyecto.
Se trata de un ensayo clínico que además tiene entre sus ventajas que es independiente, está auspiciado por la agencia, con lo cual no hay "trabas" a nivel comercial ni de ningún tipo. El ensayo se realiza tras haberse probado este sistema con material autólogo, como si fuera un autotransplante, para regenerar el hueso de los maxilares.
En concreto, se hizo un modelo con los quistes maxilares y se utilizó la sangre del paciente para generar una especie de plasma que permitía "vehiculizar" las células y luego se extraían células del hueso del paciente, de manera que mientras se le operaba se podía sustituir el hueso con este material autólogo.
La ventaja de esta experiencia es que no plantea problema alguno de inmunosupresor al ser material autólogo, pero por el contrario este tipo de tratamiento es muy caro porque se tienen que fabricar en las denominadas "salas blancas", donde se fabrican las células madre, de manera que cada vez que se procesa un paciente queda bloqueada sólo para él, no se puede utilizar para más.
Tras obtener unos resultados positivos en una decena de pacientes, algo que se va a publicar próximamente, desde el Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) —centro mixto del Centro Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Valladolid— se planteó, como miembros de la Red de Terapia Celular, utilizar células alogénicas, de donantes. Este tipo de tratamiento, si funciona, supondría "abaratar muchísimo" los costes y "ampliar o amplificar" la producción de muestras para tratar a "muchísimos" pacientes, no sólo uno por día, "sino muchos a la vez".
Se trata de comprobar que el medicamento es seguro, que no hace daño ni plantea problemas para buscar resultados, algo que ya ha sido un éxito en el caso de las células autólogas y se trabaja ya en preparar esta fase, de manera que el próximo mes se espera empezar a operar a pacientes, que podrían elevarse a entre 45 y 50 entre los tres hospitales a lo largo de la duración del ensayo.
Para comprobar su resultado se va a comparar con lo que mejor funciona hasta ahora, "el 'gold standard'", que sería si esa cavidad en lugar de con células madre se rellena con hueso sacado de la cadera, el "autoinjerto" de hueso, ha señalado Redondo. Este tipo de quistes, concretamente el radicular, sobre el que se basa la experiencia, es más habitual por problemas odontogénicos, dado que dentro de la totalidad de los quistes maxilares casi es el 50 por ciento y hay un alto porcentaje de población bastante elevada que tiene algún problema derivado de infección dentaria o algún problema de los dientes que a la larga desemboca en cavidad en el hueso, en un quiste.
Futuras aplicaciones
De esta forma, se daría solución a un problema frecuente, pero es que además lo que se busca es también ayudar a resolver otros problemas reconstructivos más importantes, como los enfermos oncológicos. Así, si el día de mañana en lugar de utilizar colgajos libres o técnicas microquirúrgicas se pudiera utilizar algún producto derivado, para el paciente sería más accesible, sencillo y además supondría menos costes, según ha explicado el cirujano maxilofacial.
En cuanto a su aplicación clínica, Redondo González ha explicado que el Ministerio de Sanidad intenta crear una red de hospitales autorizados para usar estos materiales, para llevar un control estricto sobre los mismos y garantizar el seguimiento del paciente, algo para lo que el Río Hortega de Valladolid reuniría todos los requisitos y para lo que se apuesta.
Sin embargo, cree que el sistema público hace un "grandísimo esfuerzo" en este tema y ha destacado como "gran protagonista" al IBGM, cuyos responsables "han apostado fuerte" por lo que denominan "investigación traslacional", es decir, que la investigación tenga una trascendencia en la clínica, que lo vean los pacientes, con garantías de seguridad, aunque "siempre hay que dar un salto en el vacío, llega un momento en probar en los humanos".