Redacción. Madrid
La innovación en los tratamientos de cáncer está alcanzando cotas que hasta hace pocos años se hacían impensables. El auge de las terapias dirigidas gracias a la identificación de biomarcadores hace posible que los nuevos fármacos supongan un beneficio para los pacientes sin tener que utilizar la quimioterapia. Sin embargo, para ser completamente efectivos, estos tratamientos han de ir dirigidos únicamente a aquellos pacientes que más se beneficien del mismo.
“Los nuevos fármacos han supuesto una auténtica revolución terapéutica, una nueva forma de conocer, entender y tratar el cáncer”, explica Rosario Garcina Campelo, oncóloga del Hospital Universitario de La Coruña. Para esta doctora el principal reto para enfrentar el cáncer de pulmón no microcítico consiste en “ser más precisos a la hora de predecir e identificar los pacientes con más posibilidades de beneficiarse de este tipo de agentes”.
Esto se debe a que, a pesar de que “son fármacos altamente eficaces, no han mostrado beneficio en el total de la población que tratamos”. En este sentido, los trabajos de investigación actuales se centran en detectar distintos biomarcadores y su validación como factores predictores de beneficio del tratamiento
Entre los avances destacados que se han realizado en los últimos años, Garcina Campelo destaca la importancia que ha tenido el factor ALK y su detección: “Resulta clave ya que forma parte del grupo de alteraciones que permite que los pacientes puedan beneficiarse de un tratamiento dirigido y ha mostrado claras ventajas con respecto a la quimioterapia convencional”. Por eso señala que crizotinib, el primer fármaco aprobado en España para este tipo de cáncer, aporta ventajas en toxicidad y calidad de vida.
Combinación de terapias
Otra de las vías de estudio para tratar de la mejor manera posible este tipo de cáncer pasa por la suma de fármacos inmuno-oncológicos con quimioterapia convencional e incluso con terapias dirigidas. “Explorar los resultados en eficacia y toxicidad de dichas combinaciones e intentar establecer la mejor secuencia de tratamiento van a ser objetivos prioritarios en el diseño de ensayos clínicos que estamos desarrollando”, indica Garcina Campelo.
Por otra parte, “los avances en el conocimiento genómico y molecular de los distintos tipos de tumores en los últimos años han supuesto un cambio fundamental con la aparición de fármacos dirigidos altamente eficaces en poblaciones seleccionadas molecularmente”, explica la doctora del Hospital de La Coruña.
Este tipo de tratamientos ya “forma parte de la práctica clínica habitual en pacientes con cáncer de pulmón o con melanoma”. Garcina Campelo explica cómo se utilizan estos conocimientos en el día a día: “Buscamos la alteración genética y tratamos única y exclusivamente a los pacientes portadores de dicha alteración”. Además, se muestra muy optimista de cara a los próximos años por la validación de biomarcadores en biopsia líquida.
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