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Una vida saludable reduce casi a la mitad el riesgo de cáncer colorrectal

El Ciberobn investiga el vínculo entre dos índices de estilo de vida y este cáncer en personas con riesgo cardiovascular

Jordi Salas-Salvadó, Laura Barrubés y Nancy Babio.

04 may 2020. 12.25H
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Resultados del estudio 'Predimed' (Prevención con dieta mediterránea) sugieren una asociación protectora entre seguir las últimas recomendaciones del organismo internacional World Cancer Research Fund/American Institute for Cancer Research  (WCRF/AICR) y mantener un estilo de vida saludable y el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Los resultados de este estudio acaban de ser publicados en la prestigiosa revista científica Journal of Clinical Medicine.

El cáncer colorrectal supone un importante problema de salud pública a nivel mundial, ya que es el segundo cáncer más común en las mujeres y el tercero en los hombres. En 2018 hubo más de 1,8 millones de casos de cáncer colorrectal y se prevé que su prevalencia aumente más debido al crecimiento de la población de edad avanzada, así como la adopción de hábitos y estilos de vida occidentalizados.

Aquellos participantes con un mayor consumo de bebidas azucaradas mostraban un 58% más de riesgo de cáncer colorrectal

De hecho, existen evidencias robustas que han relacionado el consumo de alimentos como las carnes rojas y procesadas, y el exceso de ingesta de bebidas alcohólicas con el desarrollo de cáncer colorrectal. Sin embargo, además de la calidad de la dieta hay otros factores de estilo de vida que también podrían jugar un papel importante en el desarrollo de enfermedades crónicas como el cáncer.

Con la finalidad de profundizar en esta cuestión, los investigadores del Ciberobn, en colaboración con otros grupos de investigación del estudio 'Predimed', investigaron la asociación entre dos índices de estilo de vida y el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal en individuos con alto riesgo cardiovascular.

El primer índice denominado 'Índice WCRF/AICR 2018', evaluaba el cumplimiento de siete de las últimas recomendaciones del WCRF/AICR para la prevención del cáncer: mantener un peso saludable; realizar actividad física; seguir una dieta rica en alimentos integrales, verduras, frutas y legumbres; limitar el consumo de comida rápida y otros alimentos procesados ricos en grasas y azúcares; limitar el consumo de carnes rojas y procesadas; limitar la ingesta de bebidas azucaradas; y limitar la ingesta de alcohol.

El segundo índice, propuesto por investigadores de la Universidad de Harvard (EEUU) en 2018, se denominó 'Índice de Estilo de Vida de Bajo Riesgo' y sirvió de herramienta para medir el seguimiento de 5 factores de estilo de vida saludables: no fumar; no ingerir alcohol; realizar actividad física regularmente; mantener un índice de masa corporal adecuado; y seguir una dieta saludable.


Análisis de datos de más de 7.000 participantes 


Después de analizar datos de 7.216 participantes de 55 a 80 años que fueron estudiados durante 6 años, se observó que aquellos individuos que presentaban una mayor adherencia a las recomendaciones específicas para la prevención del cáncer (seguimiento de al menos cinco recomendaciones de las 7 consideradas), presentaban un 48% menos riesgo de desarrollar cáncer colorrectal en comparación con aquellos con una menor adherencia. Por otro lado, de todas las recomendaciones de prevención de cáncer, la que mostró una mayor asociación con el riesgo de cáncer colorrectal fue el consumo de bebidas azucaradas.

Así, se observó que aquellos participantes con un mayor consumo de estas bebidas (>250 ml/día, equivalente a más de un vaso al día) mostraban un 58 por ciento más de riesgo de cáncer colorrectal en comparación con los que no las consumían. Asimismo, también se observó que una mayor adhesión a un estilo de vida saludable, valorado mediante el índice de estilo de vida de bajo riesgo (cumplir con más de tres de las 5 recomendaciones), se asociaba con un 52 por ciento menos riesgo de desarrollar este cáncer.

El estudio ha sido realizado por la investigadora predoctoral Laura Barrubés y dirigido por Nancy Babio, Jordi Salas, del Ciberobn; y Pablo Hernández-Alonso, colaborador activo de la Unidad de Nutrición e investigador postdoctoral Juan de la Cierva-Formación del Grupo de Endocrinología Celular y Molecular del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima-Fimabis)

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