La
cantidad de fibra en la dieta puede influir en el
aumento de peso, el azúcar en la sangre, la sensibilidad a la insulina y la salud del colon, tal y como constata en una de las últimas investigaciones publicadas en la revista 'Cell Host & Microbe'.
“Una vez que se entiende el mecanismo, se puede explotar de diferentes maneras para promover la salud”, dice el autor principal de uno de los artículos, Andrew Gewirtz, que estudia el epitelio intestinal en el Centro de Inmunidad e Infecciones de Inflamación de la Universidad Estatal de Georgia.
“Esto permitirá formas de modificar las dietas para maximizar esos beneficios”.
La fibra en sus diversas formas se encuentra en frutas, legumbres, verduras y granos enter
os. Las llamadas dietas occidentales, que son ricas en grasas y azúcares, pero bajas en fibra,
se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedades inflamatorias del intestino, aumento de peso y diabetes.
“Cada vez está más claro que la ingesta de fibra de una persona promedio en un país occidental se ha reducido drásticamente en las últimas décadas”, dice Fredrik Bäckhed, que estudia el papel de la microbiota intestinal normal en enfermedades metabólicas en la Universidad de Gotemburgo, y es coautor principal del otro trabajo.
Las bacterias tienen más facilidad para entrar en el colon
En ambos estudios, los investigadores comenzaron alimentando a un grupo de ratones con una dieta extremadamente baja en fibra.
Las dietas bajas en fibra condujeron rápidamente al aumento de peso, elevados niveles de azúcar en la sangre y resistencia a la insulina en los ratones.
El estudio de Bäckhed encontró que los roedores desarrollaron problemas con la capa de moco protectora en el colon después de solo 3-7 días de comer la
dieta baja en fibra: esta capa de moco se hizo más penetrable y
las bacterias invadieron las células epiteliales del colon.
El estudio de Gewirtz ha revelado que el colon de los ratones de la dieta baja en fibra se redujo significativamente su grosor.
Y no solo se mataron grandes cantidades de bacterias intestinales después de que los ratones comieron una dieta baja en fibra, los ratones desarrollaron desequilibrios no saludables de diferentes cepas de bacterias intestinales.
“Estos documentos muestran la importancia de la capa interna de moco para separar las bacterias y el huésped humano. Ilustra muy bien cuán dinámico y rápido responde a la dieta y las alteraciones bacterianas”, dice Gunnar C. Hansson, coautor de Bäckhed y profesor en el Grupo de Biología de Mucin en la Universidad de Gotemburgo. “Tanto nuestro papel como el de Bäckhed básicamente llegan a la misma conclusión de que la falta de fibra provoca que las bacterias invadan la capa de moco, y esas bacterias promueven la inflamación de bajo grado, lo que contribuye al síndrome metabólico”, dice Gewirtz.
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