Un equipo del
Hospital Vall d’Hebron, liderado por
Chaysavanh Manichanh, responsable del laboratorio de
Microbiota del grupo de Investigación en Fisiología y Fisiopatología Digestiva del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR), ha publicado un estudio que demuestra que
cuanto menor es la carga microbiana de la mucosa intestinal receptora,
mayor es la probabilidad de éxito del trasplante de
microbiota fecal para la enfermedad de Crohn. El trabajo se ha publicado en la revista
EBioMedicine.
La disbiosis, o desequilibrios en la microbiota intestinal, junto con la predisposición genética del huésped, factores ambientales como la dieta y el uso de antibióticos, y las respuestas inmunes desreguladas contribuyen al origen y la evolución de la
enfermedad de Crohn (EC). Esta patología es una de las dos formas principales de enfermedad inflamatoria intestinal (EII), una afección crónica, hasta el momento incurable, y de etiología desconocida cuya prevalencia
se espera que aumente exponencialmente en la próxima década.
Así, los factores ambientales y genéticos provocan un deterioro de la barrera intestinal en pacientes con esta enfermedad que acaba desencadenando inflamación. Sin embargo, no abordan la modulación de la microbiota intestinal disbiótica hacia una composición más saludable que disminuya la inflamación.
El trasplante fecal en enfermedad de Crohn tiene una baja tasa de éxito, que ronda el 30 por ciento
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La remisión de la enfermedad de Crohn se puede lograr mediante el trasplante de microbiota fecal (TMF). Sin embargo, este procedimiento tiene
una tasa baja de éxito (30 por ciento), lo que podría atribuirse a la falta de comunicación entre la
mucosa intestinal del receptor y la microbiota del donante, según han apuntado varios estudios.
Esta observación podría explicarse en parte por la
naturaleza multifactorial de la EII,
como una predisposición genética a las respuestas inmunes proinflamatorias y por la disfunción de la barrera intestinal que evita que los microorganismos trasplantados colonicen la mucosa intestinal receptora.
Con el fin de superar estas limitaciones, los investigadores del VHIR utilizaron un
modelo de tejido de explante humano y un
modelo de experimentación animal in vivo para examinar y validar los cambios en la mucosa intestinal del receptor al entrar en contacto con una suspensión fecal obtenida de un donante sano. Se evaluó la composición del microbioma de la mucosa y la respuesta de los tejidos.
Baja carga microbiana
En el estudio "mostramos que una baja carga microbiana en los tejidos receptores es un factor que favorece la respuesta antiinflamatoria asociada a la colonización microbiana y por tanto, contribuye al éxito del TMF en pacientes con enfermedad de Crohn", afirma Chaysavanh Manichanh. Es decir, que "la colonización de la microbiota fecal de los donantes fue más exitosa en tejidos que tenían bajas cargas microbianas que en aquellos con altas cargas microbianas", recalca.
Además, las muestras de donantes deben contener una abundancia relativa tan baja como sea posible de tres bacterias:
Bacteroides,
Parabacteroides y
Enterococcus faecalis, que se ha demostrado que están asociadas con la
liberación de citoquinas proinflamatorias.
En conclusión, los resultados obtenidos indican que "la estrategia para garantizar una colonización exitosa sería seleccionar a
pacientes en remisión o someterlos a una
remisión clínica y a aquellos que tienen una baja carga microbiana del tejido", concluye.
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