Algo menos de la mitad de los servicios de
Aparato Digestivo cuentan con un
farmacéutico de hospital de referencia, pero la mayoría quieren que exista esta figura. Es una de las conclusiones de una encuesta llevada a cabo por las sociedades españolas de Patología Digestiva (
SEPD) y Farmacia Hospitalaria (
SEFH).
Los resultados, publicados en la
Revista Española de Enfermedades Digestivas, indican que un 83,4 por ciento de los especialistas de Digestivo que contestaron creen que debería existir un farmacéutico de referencia para el servicio. En cambio, solo el 41,9 por ciento podía acceder a uno.
Por parte de los farmacéuticos, el 49,2 por ciento afirmaba que había un especialista de referencia para el Servicio de Aparato Digestivo, mientras que el 88,9 por ciento consideraba que, de no haberlo, debería existir.
A la encuesta contestaron 241 digestivos y 126 farmacéuticos. En general, la relación entre ambas especialidades es buena o muy buena, pero hay algunas discrepancias: por ejemplo,
casi uno de cada tres digestivos opina que Farmacia siempre tiene demasiado en cuenta el gasto por encima de la eficacia a la hora de aceptar el uso de determinados medicamentos.
Solo un 5,4 por ciento cree que Farmacia nunca supedita la necesidad al gasto. En cambio, el 46,8 por ciento de los farmacéuticos así lo afirma, mientras que solo el 4,8 por ciento de ellos cree que siempre se prioriza el gasto.
Libertad de prescripción
Estas discrepancias se profundizan al tratar la libertad de prescripción. El 65,6 por ciento de los digestivos, frente al 26,2 por ciento de los farmacéuticos, considera que, a veces, esta libertad no se respeta en el Servicio de Farmacia.
En las reuniones o comisiones entre ambas partes,
el 18 por ciento de los digestivos opina que, en caso de discrepancia, se impone Farmacia, frente al 1 por ciento de los farmacéuticos, una diferencia que alcanza la significación estadística.
Los autores (el presidente de la Fundación Española de Aparato Digestivo,
Federico Argüelles-Arias, el presidente de la SEPD,
Javier Crespo, y el expresidente de la SEFH,
Miguel Ángel Calleja) apuntan que la cooperación entre ambos servicios se ha estrechado en los últimos años, gracias a los nuevos tratamientos para la hepatitis C, el uso de medicamentos biológicos y la aparición de biosimilares para tratar la enfermedad inflamatoria intestinal.
A la vista de los resultados de la encuesta, “
los gastroenterólogos consideran poco clínicos a los farmacéuticos y éstos poco ‘ahorradores’ a los gastroenterólogos”. Y concluyen que “existen algunas áreas o temas en los que es necesario mejorar, lo que seguro redundará en una mejor y más eficaz atención a los pacientes”.
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