Javier Crespo es el presidente electo de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD). En junio de 2018, el jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander asumirá el control de esta sociedad científica con tres grandes objetivos: crear un plan formativo digno de una “especialidad moderna”, mejorar la relación con organizaciones afines y potenciar la visibilidad de la especialidad.
¿Qué valoración hace de la presidencia de su predecesor, Fernando Carballo?
Sin duda, ha hecho una ingente labor en múltiples aspectos, entre los que destacaría el proyecto de Inteligencia Digestiva, su apuesta por la recertificación, proyectos relacionados con la calidad asistencial o su apuesta por algunos colectivos de la especialidad un poco olvidados, como los tutores.
¿En qué consiste su proyecto?
La candidatura que tengo el honor de presidir, tiene básicamente tres objetivos. Por un lado, trabajar de forma conjunta con la Comisión Nacional de la Especialidad con el objetivo de crear una especialidad moderna, con un periodo de formación no inferior a cinco años y culminado con un periodo (opcional y restringido) de formación específica en Hepatología Avanzada y Endoscopia Avanzada.
En segundo lugar, potenciar la visibilidad de nuestra especialidad tanto desde el punto de vista institucional como social. Por último, incrementar y mejorar la relación y, en algunos casos, trabajar de forma conjunta con nuestras sociedades hermanas: la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), la Sociedad Española de Endoscopia Digestiva (SEED), la Asociación Española de Gastroenterología (AEG), la Asociación Española de Pancreatologia (Aespac), el Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (Geteccu), la Asociación Española de Ecografía Digestiva (AEED) y el Grupo Español Motilidad Digestiva (GEMD).
Para ello, he confeccionado una candidatura que intenta reunir, de forma simultánea, una representación geográfica adecuada, pluralidad de sensibilidades en lo que se refiere a subespecialidades de Digestivo, paridad de género y una adecuada dosis de juventud y experiencia.
“La formación actual de cuatro años es francamente insuficiente”
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¿Cuáles son los principales retos a los que tendrá que enfrentarse?
Nuestra especialidad comparte con naturalidad la parte cognitiva con la instrumental. Una rápida mirada a las noticias de salud más impactantes de los últimos años permite identificar a la Gastroenterología como una de las especialidades más innovadoras y desafiantes en la Medicina. La aparición de tratamientos de última generación frente a la hepatitis C, capaces de curar una infección viral crónica en pocas semanas, es un hito de la medicina moderna que además ha provocado un enorme impacto social. La inequívoca demostración de que la colonoscopia previene la aparición del cáncer colorrectal, siendo probablemente el programa de prevención del cáncer contemporáneo con mejores resultados en este momento. El desarrollo de nuevas herramientas que nos han permitido comprender nuestro microbioma e identificarlo como un “nuevo órgano” fundamental para el correcto desarrollo no solo del intestino sino de los sistemas inmunológico, vascular y nervioso. La enfermedad hepática por depósito de grasa, un nuevo desafío de salud, en el que un aproximación multidisciplinar liderada por los hepatólogos será clave en el control de la enfermedad o los avances disruptivos en el campo de la endoscopia diagnóstica y terapéutica, la ecografía o los extraordinarios avances en el campo de los trasplantes de órganos sólidos.
¿Qué cambios experimentará la especialidad en los próximos años desde el punto de vista formativo?
En una especialidad innovadora como la Gastroenterología y Hepatología, el cambio es nuestro camino diario. Cada día más centros españoles son capaces de ofrecer una formación de calidad. Formación que día a día se armoniza no solo dentro de nuestras fronteras, sino a través de programas europeos comunes, que permiten una evaluación común como se describen en el
Libro Azul de Gastroenterología y Hepatología. Este currículo europeo cuya implementación debe ser un objetivo de la especialidad en España a corto plazo. Sin duda, debemos incrementar el periodo de formación; la formación actual de cuatro años es francamente insuficiente y la Comisión Nacional de la Especialidad está trabajando para un incremento de este periodo formativo, que nunca debe ser inferior de cuatro años en su parte específica. Y no debemos olvidar en este aspecto formativo, las normas de calidad tanto para los formadores como para los centros de formación.
“En una especialidad innovadora, el cambio es nuestro camino diario”
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La troncalidad, atascada de momento, impulsa los nuevos programas de especialidad con el desarrollo de competencias. En este sentido, en el nuevo programa de formación de los especialistas en Aparato Digestivo deben quedar claras competencias hasta ahora no definidas en él pero de enorme importancia futura: sedación en endoscopias, oncología digestiva, nutrición… Debemos entender la troncalidad como una oportunidad para afrontar mejor el futuro de nuestra especialidad.
La complejidad de nuestra especialidad y su elevado número de competencias hace que, ocasionalmente, nuestra especialidad entre en colisión con otros especialistas, como sucede con cierta regularidad con los anestesistas y recientemente con los oncólogos. Debemos definir y delimitar de forma clara nuestro perfil competencial para evitar estas disputas que poco ayudan al cuidado de nuestros pacientes.
¿Cuáles son los desafíos en los ámbitos asistencial y de investigación?
La práctica clínica del futuro debe basarse en el análisis de resultados en salud y responder a las necesidades de los pacientes y los profesionales sanitarios desde la tecnología. Sin duda alguna, en este campo debemos ser pioneros para conseguir crear estándares que permitan la comparación de los centros tanto en resultados en salud como en formación e investigación.
La humanización de la Medicina y el Big Data son el futuro de la innovación en salud. Debemos hacer un notable esfuerzo para incorporarnos al movimiento de salud digital, mejorando el cuidado de la salud fuera de nuestros hospitales, adelantándonos al enfermar. Por último, debemos avanzar en nuestra especialidad en la medicina de precisión, entendiendo ésta como una medicina predictiva, preventiva, personalizada, participativa y centrada en el paciente.
Por último, la investigación de excelencia en enfermedades hepáticas y digestivas, de carácter preferentemente traslacional y que facilita la obtención de resultados transferibles a la práctica clínica y a aplicaciones biotecnológicas, fomentado por las redes de investigación clínica (CIBERehd).
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