La especialista de la Unidad de Pruebas Funcionales Digestivas del
Vall d’Hebron (Barcelona),
Carolina Malagelada, ha sido nombrada representante de la
Sociedad Española de Patología Digestiva en el Meeting of Members de la Unión Europea de Gastroenterología (
UEG), su órgano asambleario, para los próximos cuatro años.
La facultativa considera que el nivel de la especialidad en España está muy bien considerado en el continente, aunque las diferencias entre países, sobre todo con los de menos recursos, están presentes. La detección y comprensión del
síndrome de intestino irritable y las
intolerancias alimentarias son algunos de los retos de la especialidad, a lo que ayudará el uso de
nuevas tecnologías.
¿Hay muchas diferencias entre los profesionales de Digestivo en Europa?
Sí, sin ningún tipo de duda. De hecho, el atractivo de la UEG es que
participan 44 países europeos. Hay países con mayores posibilidades económicas y otros con menos, y se juntan muchos tipos de formas de ver la Gastroenterología.
"El síndrome de intestino irritable se ha hecho más visible"
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Con los países del entorno español no hay muchas diferencias. En España está la Medicina está muy bien considerada, y tener un sistema público de salud muy potente, es digno de admiración.
Usted forma parte de la Unidad de Pruebas Funcionales Digestivas. ¿Cuáles son las molestias más frecuentes que ven?
Nosotros nos dedicamos de forma especial a los trastornos funcionales digestivos, el más conocido es el síndrome de intestino irritable, que se considera que
hasta el 15 por ciento de la población general padece síntomas.
Llevamos muchos años haciendo investigación en este campo tanto para mejorar el diagnóstico como el tratamiento como los pacientes que vienen por este tipo de síntomas.
¿Ha crecido el número de pacientes con intestino irritable en los últimos años?
Quizás crecer, no, pero sí ha aumentado la sensibilidad de la sociedad, incluso de los especialistas en general.
Desde la Atención Primaria hay más conocimiento y sí que hay más consultas por este motivo. Se ha hecho más visible.
¿Y de las intolerancias alimentarias se están notando más consultas?
Sí, sin ningún tipo de duda. La población general está mucho más preocupada por la alimentación. Tenemos varios proyectos de investigación en relación a temas de alimentación.
Recientemente, hemos publicado un artículo de un estudio que hicimos comparando el efecto de una dieta para intestino irritable, conocida como
Fodmap, con el
uso de prebióticos, que son sustancias que pueden mejorar la microbiota intestinal. Vimos que el efecto de esta dieta era muy similar al uso de prebióticos.
¿Es necesario incidir en la educación dietética en los Servicios de Aparato Digestivo?
Sí. Lo cierto es que [incidimos] menos de lo que la población general quisiera, porque nos dedicamos a la enfermedad y quizá habría que enfocarnos más en temas de prevención, y una dieta sana sería una forma de prevenir muchos trastornos digestivos.
"A veces hay pacientes que refieren intolerancias que no son demostrables con las pruebas de que disponemos hoy en día"
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Es un tema para trabajar a futuro. Sé que desde la Sociedad Española de Patología Digestiva se está haciendo un trabajo en ese sentido, un proyecto para mejorar la nutrición en los colegios. Digestólogos y nutricionistas.
¿Debería estar más integrado el nutricionista en el equipo de Digestivo en los centros?
La nutrición hospitalaria es una especialidad médica y de hecho es un servicio que está muy establecido en el hospital. No es que se tengan que integrar, pero
tiene que haber mucha más colaboración porque están relacionados, y los digestólogos recibimos cada vez más preguntas de aspectos nutricionales y de la dieta. Los estudios que hemos hecho han sido en colaboración con los nutricionistas.
¿Hay mucho falso positivo en las intolerancias?
Sí que es cierto que, como hay tanta sensibilización por parte de la población, a veces hay pacientes que refieren intolerancias que no son demostrables con las pruebas de que disponemos hoy en día, que también es cierto de que disponemos de pocas.
Quizá faltarían más tests, pero científicamente probados. No disponemos de demasiadas pruebas para demostrarlas.
No está demostrados que tengan evidencia científica la validez de estos tests extrahospitalrios, pero es un aspecto en el que hay que trabajar más porque hay una inquietud por parte de la población y en pacientes que refieren no tolerar bien los alimentos. Por ejemplo, hay pacientes que dicen no tolerar bien el gluten pero las pruebas clásicas salen hoy en día negativas, pero quizá no tenemos el test correcto para saber por qué no lo toleran.
¿Intolerancia y celiaquía son cosas distintas?
"Algún día la cápsula endoscópica llegará a sustituir a la endoscopia convencional"
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La
enfermedad celíaca es por intolerancia al gluten, pero hay un subgrupo de pacientes, los intolerantes al gluten no celíacos, y es aquí donde
estamos más perdidos porque los tests clásicos de la celiaquía no salen positivos pero el paciente dice que no tolera el gluten, y a lo mejor es que hace falta más investigación.
Su línea de investigación es el uso de nuevas tecnologías en la evaluación de la motilidad intestinal. ¿Ha habido mucha innovación en este campo en los últimos tiempos?
Esa es mi principal línea de investigación, y de hecho tengo una beca del Instituto de Salud Carlos III para desarrollar nuevas tecnologías. En concreto estoy trabajando con la
manometría intestinal, una prueba ya clásica pero que la vamos a convertir en una manometría de alta resolución, que es una prueba mucho más avanzada, sensible y potente.
También continuaré mis estudios utilizando la
cápsula endoscópica para evaluar la motilidad intestinal. Es una
pequeña cápsula que se traga y hace imágenes del intestino por dentro, y tomamos medidas de los movimientos del intestino.
La cápsula ya está disponible y es una prueba que se utiliza en muchos centros. Posiblemente algún día pueda llegar a sustituir la endoscopia convencional. Pero mi campo de investigación es
utilizar esta cápsula para visualizar las paredes del intestino para medir sus movimientos.
En un futuro, tendremos la doble vertiente de la cápsula. Podremos visualizar las paredes del intestino para detectar pólipos, úlceras, etc. y además podremos medir cómo se mueve el intestino y en alteraciones como el intestino irritable encontrar si hay algún problema de motilidad intestinal.
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