El adiós definitivo siempre es sinónimo de sufrimiento. Sin embargo, una situación tan común puede ser también una condicion patológica cuando se prolonga en el tiempo y trastoca de lleno nuestras rutinas habituales. Con esta información sobre la mesa, hay quienes se hacen la siguiente pregunta: ¿se pueden patologizar situaciones cotidianas como el
duelo y el dolor producido?
La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) incluyó en su último Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) el
trastorno del duelo prolongado, el cual se produce si el dolor ante la pérdida de un ser querido dura más de seis meses en niños y más de un año en personas adultas.
Los profesionales están de acuerdo con la
acotación de tiempos, ya que el año es la referencia mental del paso del tiempo y, por lo tanto, el periodo de adaptación a la pérdida de un ser querido. A la hora de trabajar, la existencia de unos
criterios universales facilita el diagnóstico y el tratamiento de los pacientes. Sin embargo, insisten en la importancia de utilizar estas referencias de manera orientativa y no caer en conclusiones precipitadas.
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Un llamamiento que también afecta a aquellos pacientes que, frente a episodios delicados como el duelo, se sienten abrumados y solicitan ayuda antes de tiempo. En el otro lado de la balanza están quienes, pese a sufrir un duelo prolongado, no acuden a terapia. Psicólogos y psiquiatras relacionan ambas situaciones con la escasa
educación emocional que reciben los más jóvenes. Consideran necesaria una
desestigmatización de la muerte en todos los ámbitos de la sociedad.
Duelo y pandemia
La llegada del
coronavirus cambió por completo el proceso de duelo tal y como lo conocíamos. Las muertes pasaron a ser repentinas en muchas ocasiones y los allegados de fallecidos se vieron obligados a despedir a los suyos desde la distancia. Un escenario especialmente complejo que ha añadido más trabas a un proceso inevitablemente delicado. Los profesionales aseguran que todo ello ha causado un fuerte impacto en la
salud mental colectiva que seguirá latente a largo plazo.
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