A pesar de ser casi invisible, es el responsable de
cientos de muertes entre el
colectivo médico. La carga psicológica unida a las
condiciones laborales multiplica, además, el riesgo de que aparezca. Es por ello que el
suicidio médico se ha convertido ya en una de las mayores causas de preocupación entre los profesionales, con dudas todavía a la hora de visibilizarlo. Una incertidumbre que se prolonga en aquellos que deciden
volver a consulta después de haber rozado el límite. No todos acaban en manos de sus compañeros
psicólogos y psiquiatras, encargados de mostrarnos las caras de esta realidad silenciosa en este capítulo de '
El Pódcast de Psiquiatría'.
El tabú a pie de calle también está presente en hospitales y centros de salud, ya que la
tasa de suicidio del personal médico es casi el doble que la de la población general:
un 1,3 respecto a un 0,8 por ciento. La accesibilidad a fármacos, la familiarización con la violencia y el temor a perder la licencia hacen que estos profesionales sean más propensos a quitarse la vida y a no advertir de su situación a quienes les rodean. El estigma aumenta con el miedo a un '
efecto llamada' derivado de hablar de estas conductas.
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Quienes han cometido un
intento de suicidio se enfrentan a un doble estigma; tras el estigma a la hora de pedir ayuda, llega el miedo a
reincorporarse en su trabajo y a que compañeros y pacientes duden de su valía. Este sentimiento también se intensifica en el campo sanitario como resultado de la responsabilidad y
heroicidad que la sociedad asocia ciegamente al colectivo médico.
Los especialistas que ofrecen atención psiquiátrica a sus compañeros de profesión, aseguran que la
Ley de Prevención de Riesgos Laborales o los planes elaborados en las diferentes Comunidades Autónomas, no dan resultados en la práctica para paliar la autólisis entre los facultativos. Observan que los aspectos más cruciales de estas normas no han salido del papel de manera efectiva.
Suicidio médico en la pandemia
En los dos últimos años, el Covid-19 no ha hecho más que agravar la situación: el seis por ciento los facultativos ha tenido
ideas suicidas activas en los primeros meses de la pandemia, y
trastornos como la
depresión, la ansiedad o el 'burnout' han aumentado considerablemente
entre los profesionales más jóvenes.
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