Preservar la
seguridad del paciente no es solo una máxima común a todo el funcionamiento de un mismo centro sanitario, sino también la premisa de la que debe partir la
innovación logística para, por un lado,
prevenir errores de medicación, y por otro, reducir la
carga del profesional. Desde este posicionamiento, Lluis Mañes Gallardo, coordinador del proyecto de
Farmacia Hospitalaria y proyecto logística intrahospitalaria en el
Hospital Clínic de Barcelona explica las claves para conseguir afrontar uno de los mayores retos compartidos a nivel sanitario en este pódcast en colaboración con la compañía de tecnología médica BD (Becton Dickinson).
Para este profesional, es fundamental tener en cuenta la
cadena de valor en su conjunto y la labor de cada uno de los departamentos que intervienen, de manera que se
garantice la seguridad y trazabilidad en cada uno de los pasos que se efectúan, desde la preparación de los medicamentos hasta su dispensación.
Procesos como la digitalización supondrían, en su opinión, un buen punto de partida a la hora de optimizar esos flujos de trabajo. El siguiente paso, afirma, sería automatizar dichos procedimientos, eliminando la
necesidad de realizar ciertos trabajos de forma manual y, por tanto, la posibilidad de cometer fallos e invertir tiempo en procesos que aportan menos valor a profesionales y pacientes.
Beneficios de la medicación conectada
Para ello, eso sí, es necesario conseguir una integración robusta de los equipos de manera que haya una comunicación efectiva y los profesionales sean capaces de anticipar cuáles son las
mejores opciones y soluciones. En esta misma línea, Mañes también señala las virtudes de integrar un flujo de
medicación conectada para evitar, precisamente, ciertos riesgos en la manipulación y optimizar el manejo de los tratamientos. Acometer dichos cambios en el sistema, requiere, además, una formación adicional de los sanitarios que intervienen en cada una de las fases de la cadena de trabajo, tal y como especifica el experto.
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