Como muchos ya saben, el pasado domingo 4 de agosto,
Carolina Marín volvía a lesionarse de la plastia de ligamento cruzado anterior (LCA) de su rodilla derecha en las
semifinales de los Juegos Olímpicos de París. Han pasado cinco años desde aquella primera lesión de LCA de su rodilla derecha, aunque volvería a sufrirla en su rodilla izquierda en 2021. El gesto (recepción a una pierna) y la zona de pista son muy similares a las que se produjeron en aquella de 2019, en Indonesia.
Según estudios recientes, podemos destacar que, del
42 por ciento de deportistas que superaban las pruebas o test previos al regreso deportivo, aunque no hay consenso en tipos de pruebas específicas, el 14 por ciento experimentaban una nueva
lesión de LCA (misma rodilla o contralateral), si bien es necesario seguir estudiando sobre este ámbito.
Encontramos, además de las estadísticas anteriores, que del 83 por ciento de deportistas que volvían tras cirugía de LCA, solamente el
5 por ciento sufría una ruptura del injerto 2. Cabe destacar que el rendimiento, comparado con grupo control, no se vio desfavorecido tras la vuelta definitiva a competición. Este último aporta una
visión optimista sobre el juego y los objetivos que pueda marcar de nuevo la jugadora tras su recuperación de los
Juegos Olímpicos de París 2024.
"Rebeca Andrade se ha convertido en la deportista brasileña con más medallas olímpicas en estos Juegos Olímpicos tras haber sufrido tres roturas del LCA"
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Con toda esta información, cabe destacar la dificultad que tiene
predecir y controlar factores extrínsecos e intrínsecos ante una nueva lesión de LCA. Carolina realiza ese mismo gesto en numerosas ocasiones durante un partido, además de entrenarlo de forma específica durante sus entrenamientos. Oportunistas juzgarán el trabajo o destacarán un factor u origen concreto, pero la realidad es que
una lesión, en este caso la ruptura del injerto de LCA, es consecuencia de la suma de diferentes factores que habrá que valorar.
De lo que podemos hablar con seguridad es del gran
equipo que rodea a Carolina Marín en su día a día deportivo, desde el cirujano Guillén, hasta su entrenador y cuerpo técnico. Confiamos en el trabajo y perseverancia de Carolina. Con el fin de aportar una esperanzadora y esperada vuelta a la pista de la onubense, ponemos de ejemplo a
Rebeca Andrade, que se ha convertido en la deportista brasileña con más medallas olímpicas en esta edición de los juegos en París tras
haber sufrido rotura del LCA hasta tres veces.
"Puedo porque pienso que puedo", Carolina Marín, 2020.
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