Nos encontramos en plena campaña electoral y en tan solo unos días todos los españoles elegiremos con nuestro voto a las personas que ocuparán el gobierno de nuestro país durante los próximos cuatro años.
Todos los estudios y sondeos auguran
el final del bipartidismo que ha protagonizado la reciente historia de nuestro país y la llegada a las cámaras de representación popular de
nuevas formaciones políticas. Un nuevo tiempo político al que acompañará una nueva coyuntura económica tras duros años de recesión.
Habiendo sufrido muy especialmente los efectos de la crisis, los profesionales de Enfermería vivimos con expectación lo que suceda el 20 de diciembre y, sobre todo, estaremos muy pendientes de los primeros pasos del nuevo gobierno después de sentirnos humillados y traicionados por el actual.
El Ejecutivo de Mariano
Rajoy se
comprometió por escrito, y públicamente, a hacer realidad distintas demandas anheladas desde hace muchos años, al entender que beneficiarían a la profesión sí, pero también y mucho a los ciudadanos. Finalmente, y tras meses de asegurar en multitud de actos
su seguro cumplimiento, han quedado en agua de borrajas.
Pero si
grave es la falta de palabra dada más lo es que, además, se mienta y engañe. Y eso es lo que ha hecho el Partido Popular al aprobar un Real Decreto de prescripción enfermera muy distinto al que
consensuó con la profesión y también con el resto de administraciones autonómicas y partidos políticos.
Por su parte, el resto de formaciones con mayores aspiraciones a suceder al PP (PSOE, Ciudadanos, Podemos e IU) han asegurado que apoyarán e i
mpulsarán el desarrollo de la profesión enfermera y, entre otras actuaciones, cambiarán el texto normativo ‘popular’, si es que llega finalmente a entrar en vigor.
Promesas que
escuchamos con toda la cautela del mundo al ser muy conscientes de que la carrera electoral impulsa a todos a querer
congraciarse con el mayor número posible de colectivos sociales. Unos y otros buscan el voto y, en muchas ocasiones, a costa de lo que sea.
Lo que tenemos muy claro los enfermeros y enfermeras es que
ya estamos hartos de palabras y compromisos que acaparan los titulares de los periódicos para luego acabar en el cubo de la basura. No, señores políticos,
nosotros queremos realidades.
Por ello, si el nuevo gobierno, sea del signo político que sea, no atiende las necesidades de la profesión en un plazo razonable de tiempo, se encontrará con un
conflicto permanente a lo largo de toda la próxima legislatura.
Hablamos de un colectivo, no lo olvidemos, que es el más numeroso dentro del sistema sanitario español, con más de 270.000 profesionales.
Lo hemos anunciado y así lo haremos.
Congregaremos a miles de profesionales y exigiremos al Gobierno una nueva normativa que regule la prescripción enfermera, más empleo y la clasificación de la enfermería en el Grupo A1, y si no vemos hechos iniciaremos una
campaña de movilizaciones en todo el país.
No vamos a permitir otra legislatura de
excusas y de “quieros y no puedo”. O el Gobierno sabe aprovechar el inmenso potencial que tenemos, dada nuestra cualificación y competencias, para mejorar y cambiar el SNS, o nos convertiremos en un auténtico quebradero de cabeza para aquellos que creen que con ‘palmaditas en la espalda’ se contenta a todos.
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