En el VII Congreso PAIME/I Encuentro Latinoamericano celebrado en Palma de Mallorca en mayo pasado, ha quedado muy claro que por el bien de los pacientes, el
Paime (Programa de ayuda integral al médico enfermo) es la
mejor solución para los médicos enfermos.
Los médicos como cualquier otro colectivo, pueden aparecer
alteraciones psíquicas o desgraciadamente pueden caer en
algún tipo de adicción, que condicionen negativamente su ejercicio profesional.
Si el médico es consciente de su problema, debe consultar si puede repercutir en una práctica asistencial inadecuada o incluso peligrosa. Si son los compañeros médicos los que lo detectan, están obligados por el
código ético en primer lugar a intentar, que el médico afectado busque al colega que considere más idóneo para su valoración y adecuado consejo: “Si un médico observara que por razón de edad, enfermedad u otras causas, se deteriora su capacidad de juicio o su habilidad técnica, deberá pedir inmediatamente consejo a algún compañero de su confianza para que le ayude a decidir si debe suspender o modificar temporal o definitivamente su actividad profesional”.
En el caso de que no lo hiciera, la salud del paciente ha de ser siempre
prioritaria, hay que actuar y el código deontológico nos indica claramente el camino a seguir: “Si el médico no fuera consciente de tales deficiencias y éstas fueran advertidas por otro compañero, éste está obligado a comunicárselo y, en caso necesario, lo pondrá en conocimiento del Colegio de Médicos, de forma objetiva y con la debida discreción. Esta actuación no supone faltar al deber de confraternidad, porque el bien de los pacientes es siempre prioritario”.
No hay dudas, el Paime es la mejor solución para los pacientes, pero también
para los médicos vulnerables. Aunque como en toda actividad humana hay margen, pero las experiencias son mayoritariamente muy positivas y los resultados son evidentes.
Desde 1998, año en el que se puso en Paime,
han sido atendidos 4.294 médicos. Se estima que entre un 10 y un 12 por ciento de los médicos en ejercicio pueden sufrir a lo largo de su vida profesional un trastorno mental o una adicción al alcohol y a otras drogas.
Para hacer frente a este tipo de situaciones, los Colegios de Médicos se han dotado del Programa Paime que da sentido a la función de salvaguarda y
garantía de la buena praxis que tienen encomendada y, al mismo tiempo, ayuda a los médicos afectados a lograr su rehabilitación. Además, para las Administraciones sanitarias representa un garante de calidad asistencial.
Responde al
compromiso deontológico de la profesión médica y atiende de manera integral –asistencia sanitaria, atención social, apoyo legal y asesoramiento laboral- a médicos que sufren estas patologías y adicciones, ayudándoles a retornar a su trabajo con garantías.
En 2016 el Paime atendió a
323 médicos, un número similar al registrado en los últimos 7 años. Más del 60% de los médicos han solicitado ayuda de manera voluntaria, muestra del gran compromiso con el buen ejercicio de la profesión.
Este programa ha despertado el
interés de otras profesiones, cómo la profesión de piloto que también está directamente vinculada a la seguridad de las personas, por lo que requiere una gran responsabilidad y requisitos y competencias muy exigentes. Así lo explicó el representante del COPAC, Claudio Martínez presente en el congreso.
En resumen un extraordinario programa que está teniendo resultados muy positivos en la gran mayoría de los casos y que supone una garantía para el paciente y una
gran ayuda para el profesional afectado, que se realiza, como requisito imprescindible, con total confidencialidad y que sin duda se extenderá o servirá de ejemplo para otras profesiones, en las que los problemas psiquiátricos o de adicción, afectan no solo al profesional, sino lo que es más grave, de forma muy importante a los ciudadanos.
Hay comunidades autónomas que han entendido la importancia del programa y lo apoyan, sería muy positivo que todas lo apoyaran de forma decidida, mientras tanto la Fundación de Protección Social de la OMC y los Colegios prestan su apoyo y los médicos afectados pueden acceder al programa.
Calladamente el Paime continúa haciendo su magnífica labor ayudando a los médicos afectados y protegiendo a los pacientes.
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