En estas fechas tan familiares es de justicia
reconocer el esfuerzo especial que realizan miles y miles de trabajadores y profesionales gracias a los cuales la sociedad sigue funcionando y prestando servicios. En el caso de la protección de la salud, muchos profesionales (entre ellos miles de médicos) están atendiendo las urgencias en hospitales, centros de salud y servicios de urgencias/emergencias.
En el Sistema Nacional de Salud se garantiza la
continuidad asistencial, la accesibilidad y la sostenibilidad mediante la realización de las guardias/atención continuada. Todos los médicos (incluidos propietarios y temporales) tienen en general la obligación de realizar guardias para prestar asistencia sanitaria las 24 horas y los 365 días al año.
Los mayores de 55 años que lo soliciten y cuando las necesidades del servicios lo permiten
pueden estar exentos. También están liberados de hacer guardias los que por problemas de salud los servicios de salud laboral excluyen de esta obligación.
Toda esta dedicación, el
SNS la “
recompensa” con unos importes brutos que van desde un mínimo de 15,78 euros/hora en laborable hasta 30,16 euros/hora como máximo en un festivo. En los días señalados de las navidades la mayoría de los Servicios de Salud autonómicos pagan el doble, entre unos 25 de mínimo y poco más de 50 euros la hora de máximo.
Las diferencias en día laborable son de
10,53 euros/hora (el 66,73 por ciento) entre los médicos que cobran el mínimo (15,78 euros/hora) y los que cobran el mayor importe (26,31 euros/hora). En cualquier, caso el importe por hora, queda por debajo de lo que supone una hora de trabajo en estos horarios, para cualquier tipo de profesional (fontanero, mecánico, electricista…), de mucha menor exigencia en formación y responsabilidad.
Estas horas “extras”, que son añadidas a la jornada ordinaria, se hacen en horario de tarde, nocturno, en sábado, domingo y festivo, es decir en horarios especialmente penosos.
Suponen un tremendo esfuerzo. Un médico que esté
realizando guardias obligatorias durante 30 años, en realidad realiza la jornada de cualquier otro profesional sanitario durante más de 40 años, pero por este tiempo en general no se cotiza y por tanto no computa para la futura pensión ni en tiempo ni en base de cotización.
Para el médico
las guardias se convierten en una tabla de salvación, en la forma de incrementar un poco su sueldo, porque los sueldos de los médicos, están muy por debajo de los países de nuestro entorno, sobre todo para los que tienen contrato precario y a tiempo parcial (75 por ciento, 50 por ciento o menos). En sus inicios, las guardias
suponían una situación en “expectativa de trabajo”, pero con el transcurrir de los años en demasiados centros,
podríamos decir que ya llegado a ser un “trabajo a destajo” y además no respeta descansos durante el mismo y conlleva una
importante carga mental y de estrés.
Estas cantidades son brutas,
al médico le llega una cantidad neta mucho más pequeña. En España el IRPF es fuertemente progresivo y el médico finalmente recibe un importe que, apenas supera el 50 por ciento en los de mayores ingresos y el 60 por ciento del importe bruto en los de menores ingresos. El motivo es que el importe de las guardias incrementa el porcentaje de retención en tres o más puntos para todo el importe de la nómina. De esta forma la retribución neta queda entre 9 y 14 euros a la hora o poco más.
En resumen, si es necesario contratar alguna persona para cuidar a los hijos durante la guardia,
puede darse la paradoja de que al médico le cueste más, pagar por el cuidado de sus hijos, de lo que recibe neto por su estresante y penoso trabajo de la guardia.
Las Administraciones deben ser conscientes del tratamiento injusto que supone para los médicos la
remuneración tan escasa, sobre todo en algunas CCAA y del
tremendo esfuerzo que realizan en
horario penoso y después de cumplir su jornada diaria. Sería conveniente y justo un
tratamiento fiscal diferenciado, teniendo en cuenta que contribuye al sostenimiento del SNS y su tributación es muy superior a la de los beneficios empresariales o las rentas del ahorro.
También sería de justicia que este tiempo de estresante trabajo pudiera contabilizar de alguna forma a efectos de la
jubilación y sobre todo para los
médicos contratados a tiempo parcial, por horas o días y que mediante las guardias realizan una jornada mensual muy superior al 100 por ciento, las cotizaciones deberían ser al 100 por ciento y del mes completo para el acceso futuro a todas las prestaciones (jubilación, incapacidad temporal o total, desempleo…).
De paso se podría ir haciendo más atractivo a los nuevos médicos seguir en España y no emigrar a países de nuestro entorno, donde les ofrecen mejores condiciones profesionales y laborales. Recordemos que
en los próximos años, un importante porcentaje de médicos se jubilaran y necesitamos que nuestros jóvenes médicos, magníficamente formados, no se marchen por las
poco atractivas condiciones y la precariedad que encuentran en España.
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