Mientras el presupuesto sanitario en España adelgaza de forma progresiva, la demanda de servicios de atención primaria, especializados y hospitalarios, no sólo se mantiene estable sino que, en algunos casos, está creciendo por el progresivo envejecimiento de la población. Estas circunstancias han obligado a los diferentes responsables y gestores del actual sistema sanitario, tanto público como privado, a replantearse el modelo vigente, válido hasta hace poco y a dirigir sus esfuerzos hacia fórmulas más eficientes y sostenibles.
Al mismo tiempo, la tecnología toma mayor protagonismo en el trabajo de equipos multidisciplinares, creando entornos de colaboración que integran avances para compartir información, mejorar la toma de decisiones y aumentar la productividad, con el consiguiente ahorro de costes. Ser capaces de combinar innovación, eficiencia y reducción presupuestaria es el reto que deben plantearse en el presente los espacios sanitarios, con el fin de ser sostenibles en el futuro. Un planteamiento que afectará de forma determinante al bienestar de los pacientes, pero también al de los familiares y, por supuesto, del personal sanitario.
No olvidemos que un espacio sanitario avanzando, con un criterio definido en su concepción, debe dar soporte y responder a las necesidades de los distintos profesionales de la sanidad. Puede, además, reducir el estrés y el agotamiento, fomentar la participación en equipo, la generación de ideas y permite gestionar mejor el caos. Todos estos aspectos son básicos en un escenario como el actual, en el que la crispación y el desconcierto aparecen más a menudo de lo deseado.
Integrar arquitectura, equipamiento y tecnología
Un análisis de lo que ocurre en los distintos tipos de centros sanitarios nos ofrece un profundo conocimiento de sus necesidades y, gracias a ello, podemos plantear soluciones que, integrando arquitectura, equipamiento y tecnología, puedan contribuir a mejorar sus resultados actuales y responder a los desafíos del mañana.
No obstante, los entornos que brindan una mejor contención a las situaciones de ansiedad y nerviosismo de los pacientes, familiares y profesionales reúnen una serie de características que son comunes. Como punto de partida, es clave asegurar que el primer contacto con el centro sea agradable y acogedor, proporcionando la suficiente privacidad acústica en la zona de admisión. Para ello, debemos apostar por un ambiente amable, con colores suaves y naturales tanto en las paredes como en el mobiliario, y una iluminación tenue, para relajar la atmósfera del lugar.
Tenemos que tener presente que las salas de espera para algunos visitantes son un espacio de preocupaciones. Para otros, un lugar de encuentros. Pueden ser una estancia para realizar consultas o para reunirse e, incluso, para los niños se convierten en ocasiones en una sala de juegos. Con el fin de tener en cuenta todas estas necesidades, la planificación de estos espacios debe ser cuidadosamente analizada.
Por ello, todas las soluciones de espera, independientemente del objetivo con el que sean planteadas, deberían contribuir a mejorar la experiencia de los pacientes y familiares, proporcionando comodidad, confidencialidad y una protección visual adecuada.
La integración de la tecnología es otro de los aspectos estratégicos. Todos los dispositivos tecnológicos o de telecomunicaciones necesarios como los PCs, portátiles, tablets, impresoras, teléfonos.. deberían considerarse desde el principio en el diseño de interiores, para procurar una adecuada integración y evitar el desorden. Implementar soluciones flexibles, que permitan el uso de sistemas avanzados, ayuda al intercambio de información entre médicos, pacientes y familiares.
Por otro lado, las consultas son estancias que dan soporte a la relación médico-paciente pero, en ocasiones, también es necesario incluir a otros usuarios, como familiares o estudiantes en formación. La consulta es más efectiva cuando es accesible y cuenta con capacidad para acoger a todos sus potenciales usuarios.
Fomento de la colaboración entre los profesionales sanitarios
No olvidemos, por último, que ofrecer soluciones adecuadas a los requerimientos de los profesionales sanitarios es un aspecto primordial para la buena marcha de un modelo de salud de referencia, como el que hasta ahora hemos disfrutado. El fomento de la colaboración entre el personal es crucial para la calidad de la asistencia médica. Por este motivo, se deben proporcionar áreas para los intercambios espontáneos. Así, las zonas previstas para el trabajo individual tienen que ser lo suficientemente amplias para dos personas, dando soporte a un hecho frecuente como es la posibilidad de la colaboración en pareja.
Reponer fuerzas haciendo una pausa, prever lugares donde el personal pueda relajarse, tomar un café, relacionarse e interactuar con compañeros de manera informal es, asimismo, parte de la dinámica de un centro y no un elemento añadido o secundario.
La arquitectura interior puede reforzar de forma sustancial la colaboración entre el equipo médico o entre los diferentes departamentos especializados. Apoyar el intercambio de información con pantallas modulares donde poder proyectar, escribir o comparar datos; o proporcionar confort duradero en reuniones largas o sesiones de formación, con sillas cómodas que dan soporte a múltiples posturas sin necesidad de ajuste, son sólo algunos puntos a tener en cuenta en este sentido.
Innovación, integración, colaboración, diseño de los espacios.. son conceptos que adquieren especial protagonismo en cualquier entorno laboral y que no pueden ser obviados en la concepción actual de los centros sanitarios. De su correcta gestión, de la adopción de medidas y decisiones adecuadas, depende el bienestar de millones de usuarios.