Nuestro objetivo principal es diseñar pequeñas máquinas, a escala nano-métrica, y que estos nano-robots tengan la capacidad de ayudar a combatir enfermedades de forma directa, específica y eficiente, facilitando los tratamientos para mejorar la
calidad de vida de los pacientes.
Como se puede intuir en esta descripción, los grupos que trabajamos en el ámbito de nano-robótica o nano-tecnología biomédica
tenemos el reto de encontrar personal capaz de fabricar estos pequeños artilugios; que sepan sintetizar nano-partículas que biofuncionen con receptores; desarrollar sistemas inteligentes de liberación de fármacos; trabajar con sistemas de tratamiento de datos e imagen, y saber de cultivos celulares. Si, además, están en contacto con hospitales, mucho mejor.
Por otro lado, un equipo tan multidisciplinar como este debe tener una gran capacidad de dialogar entre sus componentes. ¿Se imaginan cuál podría ser la pieza ideal para este equipo?
Alguien sin miedo a fabricar (un ingeniero), con nociones de química y bioquímica, y que tenga como motivación final –y con conocimiento sobre ello– las aplicaciones biomédicas. Buscamos gente así,
gente altamente preparada, entusiasta y con ganas de cambiar el mundo.
Los nano-robots pueden llegar a ser una pieza revolucionaria en la biomedicina de un futuro cercano, pero para conseguirlo necesitamos más colaboraciones entre centros que desarrollen ciencia básica y aplicada, centros de investigación en nano-materiales y bioingeniería, que se involucren los hospitales y, dicho sea de paso, financiación pública y también privada.
Complejo, pero apasionante.
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