José Luis Torner Cabrera trabajó durante 29 años en la
UCI del
Hospital La Fe, en
Valencia. En 2008 se le detectó un
liposarcoma, que se le reprodujo en 2010, 2011 y 2012. Hace siete años recibió
radioterapia y, actualmente, está con
quimioterapia.
Cuenta el especialista en
Cartas al director de
Levante-EMV que asumió su enfermedad "con la resignación con que uno acepta lo inevitable. Pero hoy me invade la furia al enterarme que durante años han permitido que manipulásemos, sin información ni medios de protección, medicación
Biopeligrosa (
cancerígenos y
mutagénicos)"
.
José Luis no es la única víctima. De su grupo de compañeros, algunos han fallecido. Y tal vez falten más por conocerse, porque "muchos trasladaron su puesto de trabajo y no ha habido ningún seguimiento de quienes trabajamos en
Cuidados Intensivos y Reanimación".
Una consecuencia que, según él, se podría haber prevenido, porque asegura que desde 2001 solicitaron al
Gabinete de Seguridad e Higiene y al
Comité de Seguridad y Salud controles que no se realizaron por el
Sindic durante los años 2004 y 2005. En 2007, 2008, 2009 y 2016 nuevos informes del
inspector de trabajo denunciaban la no implantación de las medidas exigidas: "Lo cierto es que la
gerencia, desde sus despachos, ha incumplido su obligación de establecer las medidas de
seguridad y han destrozado vidas de quienes realizamos el trabajo en las trincheras", se lamenta.
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