Opinión

El valor de la osadía


Rafael Matesanz, fundador y exdirector de la Organización Nacional de Trasplantes
Una mirada crítica

30 noviembre 2017. 11.00H
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Jesus. Dit gant werk ! (¡Jesús, esto va a funcionar!)
Christian Barnard, Ciudad del Cabo, 3/12/1967. 5:52 h


El próximo 3 de diciembre se cumplirán 50 años de una de las gestas médicas más conocidas y con más repercusión en todo el mundo. Ese día, Louis Wahskanski, un comerciante de ultramarinos, diabético y con fallo cardiaco sin respuesta a los tratamientos convencionales, recibía en el Hospital Groote Schuur de Ciudad de El Cabo en Sudáfrica el primer corazón trasplantado. La donante fue Denise Darvall, una joven de 25 años muerta en un atropello junto con su madre.

En realidad Barnard trasladó lo que había aprendido en Estados Unidos con Norman Shumway, del Hospital Stanford-Lane de San Francisco, verdadero descubridor de la técnica del trasplante.  Shumway y Lower hicieron en 1959 el primer trasplante cardiaco en animales, pero no se lanzaron a la clínica ante los previsibles problemas de rechazo inmunológico, infecciones y el hecho de no contar más que con una técnica quirúrgica todavía incipiente.

Sin embargo, la historia suele ser de todo menos justa y todos los honores se los llevó la osadía del cirujano sudafricano, evidentemente beneficiado en este caso por la levedad o más bien inexistencia de control alguno en un país tan peculiar como el suyo, sobre todo si se comparaba con Norteamérica donde un fallo en el inicio del procedimiento podría haber acabado con la carrera del más afamado de los cirujanos.

Como símbolo del desencuentro crónico y universal entre médicos y gestores, Barnard aseguraría mas tarde que lo que más recordaba del primer trasplante de corazón no fue la cirugía, sino una llamada que hizo después. "Llamé al superintendente del hospital Groote Schuur para decirle lo que acababa de hacer. Le molestó que le despertase". "Le expliqué que habíamos trasplantado un corazón humano y me contestó que esperaba que el paciente siguiese bien.

Después colgó". Barnard dijo haber salido entonces del hospital y haberse metido tranquilamente en su coche. "No había periodistas ni cámaras de televisión. No sentí que hubiera realizado una hazaña en absoluto. Sólo pensé que era una extensión del trasplante de riñón. Esperábamos que funcionase, y así fue”. 

Washkansky falleció 18 días después por una neumonía. El segundo trasplante de Barnard, tercero del mundo tras uno fallido en Brooklyn se hizo un mes después a un dentista de 58 años, Philip Bleiberg, quien superaría el año de supervivencia. A los doce meses del primer trasplante se habían hecho ya otros 102 por diversos equipos de Estados Unidos y Europa, en general con escaso éxito.

El primer trasplante cardiaco en España lo efectuó el equipo dirigido por Cristóbal Martínez Bordiu en el Hospital La Paz de Madrid. La intervención se llevó a cabo el 18 el Septiembre de 1968 y el enfermo solo sobrevivió unas horas a la intervención. Pese a lo pintoresco del personaje y la situación excepcional que presidió la realización de este trasplante en la España eternamente gobernada por su suegro, el general Franco, lo cierto es que experiencias parecidas, con pésimos resultados se dieron en varios países durante aquellos años.

Estas malas experiencias condicionaron la travesía del desierto durante los años setenta con una media anual de menos de 50 intervenciones en todo el mundo, y por fin…el renacimiento de los ochenta de la mano de una inmunosupresión mas eficaz. No obstante uno de los pacientes, el francés Emmanuel Vitria trasplantado en Marsella el 28 de Noviembre de 1969 vive 18 años y medio, hasta 1987 y pasa a ser la prueba palpable de que la supervivencia a largo plazo es perfectamente posible.

Pasarían 16 años antes que el 8 de Mayo de 1984, en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona se realizara el siguiente trasplante de corazón en España, y primero funcionante, a cargo del equipo dirigido por Josep María Caralps y Josep Oriol Bonín. El paciente sobrevivió nueve meses y falleció aparentemente como consecuencia de una crisis de rechazo. El mismo año sería la Clínica Universitaria de Navarra el 6 de Julio y el Hospital Puerta de Hierro en Septiembre quienes se unirían a los centros con capacidad técnica de efectuar estas intervenciones. Hoy se efectúa en 17 hospitales de todo el estado y desde hace años son 230 – 250 los enfermos que reciben un injerto cardiaco cada año.

Según el registro internacional de la ISHLT, a día de hoy se han practicado más de 140.000 trasplantes en el mundo, pero se trata de una estimación muy inferior a la realidad porque solo reportan a este registro un grupo selecto de países. De acuerdo con el GLOBAL OBSERVATORY OF DONATION AND TRANSPLANTATION (GODT) gestionado por la ONT por delegación de la OMS, con una cobertura mucho más completa, hoy día se hacen en el mundo más de 7.000 trasplantes cardiacos al año y solo en España se han realizado ya más de 8.000. Del ¡Jesús, esto va a funcionar! a la producción casi industrial.
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