Opinión

Médicos y pacientes, condenados a entenderse


Por Nicole Hass, especialista en Patient Advocacy & Stakeholder Engagement
¿Mente sana?

27 enero 2019. 10.05H
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Una comunicación efectiva promueve la colaboración entre el médico y el paciente, donde el foco de la entrevista no está centrado en el médico ni en el paciente, sino en la relación de ambos. Con el uso de habilidades de comunicación efectiva, se aumenta la precisión diagnóstica, la eficiencia en términos de adherencia al tratamiento, y construir un apoyo para el paciente.

De hecho, existen estudios, incluyendo ensayos randomizados, que muestran que mejorando la comunicación en aspectos específicos psico sociales también mejoran los resultados fisiológicos (Lewin SA, et al,2001) ( Griffin.S et al, 2004).

Si bien es cierto que muchos profesionales sanitarios consideran que la comunicación es una habilidad innata, propia de la profesión, que no se puede aprender y, por lo tanto, no requiere enseñanza. ¡Craso error! La evidencia está en todas las noticias que estamos recibiendo. Redacción Medica se ha hecho echo de múltiples noticias relacionadas con las agresiones en la sanidad pública, especialmente entre médicos y pacientes.

Durante el año 2018 las agresiones a médicos han aumentado más de un 5%. Alrededor de un 60% de los agresores son los propios pacientes y los motivos son la discrepancia en la atención médica, la no prescripción de lo propuesto por el paciente, el tiempo de demora y discrepancias personales. ¡Un tema candente sin duda!

Se ha comunicado que el Ministerio ha ofrecido a las comunidades información sobre los avances del grupo de trabajo encargado de analizar y estudiar las agresiones a profesionales del SNS. Este grupo de trabajo –que se constituyó en mayo de 2018 y se ha reunido sucesivamente a lo largo del año- tiene como objetivo identificar los datos relevantes en materia de agresiones con el fin de “crear un sistema de información o registro nacional que sirva para la correcta evaluación de la situación y permita la adopción de medidas eficaces y eficientes que mitiguen esta lacra dentro del sistema”. Es más, nos informan que los comités directivos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cgcof) y de la Organización Médica Colegial (OMC) han mantenido una reunión para abordar algunos de los temas candentes del ámbito profesional sanitario, como lo son las agresiones. Para tratar de paliar esta situación, el Ministerio de Interior creó en 2017 la figura del “Interlocutor Policial Territorial Sanitario”.

No salgo de mi asombro…no se deberían buscar más reuniones e interacciones con los pacientes, familiares y sociedad y analizar a que son debido estas inaceptables agresiones…

El éxito de cualquier entrevista clínica depende de la calidad de la comunicación médico-paciente. Las habilidades comunicacionales efectivas son parte del quehacer de un buen médico y, por lo tanto, la comunicación es considerada una de las competencias básicas en la formación médica.

Una comunicación efectiva debería promover la colaboración entre el médico y el paciente, donde el foco de la entrevista no está centrado en el médico ni en el paciente, sino en la relación de ambos. Con el uso de habilidades de comunicación efectiva, se puede aumentar la precisión diagnóstica, la eficiencia en términos de adherencia al tratamiento, y dar un apoyo para el paciente.

Pero dicen los expertos de comunicación que la experiencia por sí sola puede ser un mal profesor en comunicación porque la experiencia tiende a no discriminar entre los buenos y los malos hábitos. Es decir, requiere de actualización de conocimientos y habilidades, de formación continua.

Recordamos que una comunicación efectiva asegura una interacción en vez de una transmisión directa, reduce la incertidumbre innecesaria pero también requiere planificación en términos de los “outcomes” o logros requeridos.

La guía de observación Calgary-Cambridge” de Silverman, Kurtz y Draper, 1998 sigue siendo un buen apoyo para la comunicación interrelacional. Si bien es cierto que, a mí, personalmente, me gusta más el modelo “El método clínico centrado en el paciente” de Western Ontario (Stewart, 2000) que refuerza el rol de la prevención y la promoción de la salud y persigue una relación médico-paciente lo más realista posible.

El hilo conductor de estos modelos se centra en la importancia de la comprensión y no solo en la enfermedad del paciente sino de sus creencias, ideas, temores y expectativas para conseguir la mejor propuesta terapéutica en cada persona….medicina personalizada y de precisión.  Es decir, no se puede establecer una relación efectiva con el paciente sin indagar en su entorno, necesidades, condicionantes emocionales y sociales, etc.
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