Opinión

Urgencias


María José Campillo Palomera, presidenta del Sindicato Médico de la Región de Murcia CESM
Con fonendo y pluma

20 julio 2023. 08.50H
Se lee en 7 minutos
Todos los hospitales, sean grandes o pequeños, tienen en común que, en una de sus puertas, hay un cartel con unas letras grandes en las que se puede leer “URGENCIAS”. 

Estas unidades nacieron en los campos de batalla de principios del siglo XIX, en un intento de recuperar rápidamente a los soldados heridos para que volvieran al frente de batalla.
Sin embargo, con la aparición de los primeros hospitales públicos en el siglo XVIII ya se intentaba clasificar a los pacientes en función de su gravedad.

A pesar del tiempo que ha pasado, los servicios de Urgencias Hospitalarias (SUH) han tenido que recorrer un largo camino para ser considerados servicios, y son los únicos a los que aún se puede acceder desde cualquier especialidad, aun cuando tengan un cuerpo multidisciplinar propio.

Los servicios de urgencias tienen una tasa de frecuentación o una demanda asistencial muy alta que no ha dejado de crecer desde 2010. En 2019, los SUH en España atendieron a unos 20 millones de pacientes; en plena pandemia en 2020, los SUH atendieron algo más de 17 millones de pacientes; en 2021 se atendió a más de 20 millones de pacientes; y el pasado 2022 se batieron récords superando los 30 millones de pacientes atendidos. Este año 2023 no parece que la situación vaya a mejorar.

El motivo de este crecimiento de la demanda asistencial en los SUH responde a un origen multifactorial. Los SUH tienen una fácil accesibilidad, pues son servicios de 24 horas al día los 7 días de la semana, lo que permite conciliar la visita a los mismos con cualquier horario laboral, y en el milenio de la inmediatez, la visita a Urgencias permite saltarse los circuitos de Atención Primaria y de las listas de espera hospitalarias

Por otra parte, el colapso crónico de la Atención Primaria aboca a que muchos pacientes desesperados acudan a los SUH para resolver un problema de salud cuya solución se está dilatando en el tiempo. Todos estos motivos juntos están provocando el crecimiento exponencial de la presión asistencial en los SUH.

Falta de reconocimiento a la especialidad


A pesar de la importante labor que desempeñan los médicos de los SUH, esta no se ve recompensada con ningún reconocimiento y la ansiada especialidad de Urgencias -que es una realidad en países de nuestro entorno- en España solo está asumida por el Ministerio de Defensa con el reconocimiento de dicha especialidad en el ejército, donde los urgenciólogos son especialmente valorados. Esta es una de las causas de frustración continua en los médicos de los SUH, los cuales aman su trabajo pero se sienten las cenicientas hospitalarias.

Los médicos de los SUH se dejaron la piel en la pandemia, atendiendo a millones de enfermos -graves y leves- con absoluta profesionalidad, sabiendo que el estrecho contacto que tenían con los enfermos propiciaba su propio contagio. Fueron el último muro de defensa de los hospitales pero nadie ensalzó su abnegada labor.

El SUH es un servicio en el que la actividad de las guardias de 24 horas no cesa: de día, de noche, en día laboral, en festivo o vacaciones. Su actividad en estas fechas destacadas se multiplica como resultado del cierre de los centros de Atención Primaria.

En los SUH las guardias de 24 horas suponen un gran desgaste físico para el médico, que en muchos casos no puede hacer ninguna pausa para descansar, pues el flujo de pacientes es continuo y la plantilla de facultativos suele ser insuficiente. En un SUH, el médico tiene que atender a los pacientes leves, a los pacientes que precisan estabilización antes de su ingreso, a los que aún no han sido ingresados. En los SUH, el médico tiene que acompañar a los pacientes que se trasladan a otro hospital o atender a un paciente crítico que precisa de todos sus conocimientos, tiempo y energía para seguir vivo.

"Las plantillas de Urgencias no tienen recambio generacional asegurado, pues pocos son los que finalizan su vida laboral en ellos y a la escasa plantilla de médicos hay que añadir el escaso atractivo de un trabajo que produce tanto desgaste. La infradotación de las plantillas médicas convierte a los SUH en servicios dependientes de los MIR, los cuales asumen tareas que son más propias de un adjunto que de un residente".


Por ello, cuando muchos médicos alcanzan determinada edad, optan por ejercer la Medicina en ámbitos en los que la presión y el desgaste físico son menores. De hecho, las plantillas de los SUH no tienen recambio generacional asegurado, pues pocos son los que finalizan su vida laboral en ellos y a la escasa plantilla de médicos hay que añadir el escaso atractivo de un trabajo que produce tanto desgaste. La infradotación de las plantillas médicas convierte a los SUH en servicios dependientes de los MIR, los cuales asumen tareas que son más propias de un adjunto que de un residente. De hecho, los médicos residentes de varios hospitales han llegado a la huelga por este motivo.

Un caso especial de los SUH son los servicios de urgencias pediátricos (SUP). En hospitales pequeños, el mismo médico del SUH asume los pacientes pediátricos. En los centros hospitalarios más grandes, suelen disponer de un SUP que asume a estos pacientes y que, en muchas ocasiones, es una prolongación del servicio de Pediatría sin tener una entidad propia como servicio ni una plantilla propia.

Problemas estructurales de Urgencias


Al aumento de la presión asistencial, a la dureza de las guardias de 24 horas, las plantillas de médicos insuficiente y la falta de reconocimiento hasta de la especialidad, añadamos que a estos médicos -como los de cualquier otro servicio- no se les sustituye cuando enferman o cuando están disfrutando de sus merecidas vacaciones. Esto supone que cuando llegan los periodos vacacionales o cuando la enfermedad de un compañero produce una larga baja laboral, el ritmo de guardias se vuelve infernal y un médico de un SUH o de un SUP puede llegar a hacer 8, 9 o 10 guardias al mes.

Estamos ante unos servicios que no dispone de una cartera definida, que no cuenta con un organigrama estipulado, que no tiene una ratio de médicos marcado en función de la población y de las patologías que atiende y cuyas guardias son tan duras que son los médicos que más rechazan el modelo actual de jornada médica con jornada complementaria de 24 horas.

En la Región de Murcia, gracias al acuerdo que el Sindicato Médico de la Región de Murcia CESM firmó en noviembre de 2022 con la Administración autonómica, se abordará por primera vez la elaboración y actualización de un Plan de Urgencias y Emergencias, la problemática de estos servicios y hasta de los PAC, que son los centros de Atención Primaria con guardias; esperando que este abordaje integral de las Urgencias responda a las necesidades de la población y de los profesionales.

Por todo ello, desde la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos CESM vamos a seguir luchando por conseguir que la especialidad de Urgencias sea una realidad, pero también para que estos servicios, incluidos los pediátricos, tengan una cartera de servicio definida, unas plantillas de facultativos adecuadas, unos turnos de trabajo razonables y unas retribuciones acordes a la gran labor que desempeñan. Para ello, emplearemos todos los medios a nuestro alcance, sin descartar ninguno.
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