Opinión

Ley de Seguridad del Paciente, ni un minuto más que perder


Manuel Cascos, presidente del Sindicato de Enfermería, SATSE
Sanidad, presente y futuro

10 mayo 2021. 08.00H
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La atención sanitaria que se presta al conjunto de la ciudadanía en nuestro país ha sido siempre uno de los principales motivos de interés y preocupación social a tenor de los resultados de las sucesivas encuestas y estudios de opinión realizados a lo largo de los últimos años.

La grave crisis sanitaria, económica y social motivada por la expansión del Covid-19 ha conllevado un claro aumento del interés ciudadano que ha llegado a situar a nuestra sanidad en el primer puesto entre los asuntos que más importan a los españoles, como refleja, por ejemplo, el último Eurobarómetro dado a conocer recientemente por la Comisión Europea.

De manera paralela, el discurso de nuestros responsables públicos y políticos también se ha centrado en el último año en este pilar de nuestro actual Estado del Bienestar con una reiterada profusión de compromisos y declaraciones de intenciones al objeto de dar respuesta a las necesidades expresadas por la ciudadanía a la que representan, ya sea en el Gobierno o en las distintas cámaras parlamentarias.

Una Iniciativa Legislativa Popular con el respaldo del Congreso


Un claro ejemplo es el inequívoco respaldo expresado ya en dos ocasiones, en el Congreso de los Diputados, a la Ley de Seguridad del Paciente por parte de la mayoría de los partidos políticos. Una Iniciativa Legislativa Popular que logró entrar en la Cámara Baja gracias al apoyo de cerca de 700.000 profesionales y ciudadanos que, con su firma, manifestaron la necesidad de garantizar una atención sanitaria más segura y de mayor calidad en el conjunto del Estado.

Los grupos políticos coincidieron en la necesidad de garantizar que no se supere una asignación máxima de pacientes por cada enfermera o enfermero en los centros sanitarios y sociosanitarios y subrayaron, de igual manera, que su pertinencia era mayor si cabe en los actuales momentos a raíz de todo lo sufrido en la pandemia del coronavirus.

Por ello, resulta cuando menos chocante que, una vez celebrada la toma en consideración de la Ley el pasado mes de diciembre, nos encontramos ya en mayo y aún no se haya cerrado el plazo de presentación de enmiendas parciales al texto por parte de los grupos políticos, encadenándose una prórroga tras otra ante la preocupación y perplejidad de la ciudadanía y profesionales.

Garantizar la salud de los ciudadanos es la prioridad


Entendemos que son muchos los asuntos a abordar en el Parlamento español, pero ¿no ha quedado más que claro a estas alturas que la prioridad para nuestra sociedad es garantizar la salud de todos y todas? ¿No ha quedado patente que si no reforzamos nuestro sistema sanitario no podrá dar respuesta a las necesidades de atención y cuidados de todos y todas a corto, medio y largo plazo?

La Ley de Seguridad del Paciente no es la única, pero si es una iniciativa fundamental para que cualquier persona, independientemente del lugar en el que resida o los recursos de los que pueda disponer, pueda disfrutar de la mejor atención por parte de unos profesionales sanitarios que siempre, pero más ahora, han demostrado que su esfuerzo y compromiso en pro de la salud de las personas es inquebrantable.

"Sería incompresible que, una vez conocidas y sufridas las consecuencias de la pandemia en nuestro Sistema Nacional de Salud, no actuáramos con rapidez"


Este proyecto normativo, que ha sido posible gracias a la voluntad popular, representa, sin lugar a duda, un rayo de luz y esperanza para revitalizar de manera clara e inequívoca un sistema sanitario seriamente dañado y debilitado después de meses de lucha sin descanso frente a una pandemia que no tiene precedentes en nuestra historia reciente.

Sería absolutamente incompresible que, una vez conocidas y sufridas las consecuencias de la pandemia en nuestro Sistema Nacional de Salud, no actuáramos con la rapidez y diligencia necesaria, y que los ciudadanos y profesionales nos exigen, para que no se vuelvan a producir en un futuro, sea en situaciones de nuevas amenazas globales para la salud o para atender las habituales y cada vez mayores necesidades de salud y cuidados.

Sirva esta tribuna pública para recodar a nuestros representantes públicos y políticos que, iniciativas como la Ley de Seguridad del Paciente, son, no solo beneficiosas y necesarias, sino urgentes. El tiempo siempre apremia, pero muchos más cuando se trata de la salud y seguridad de las personas.   
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