El colectivo médico se enfrenta a un importante reto: conseguir que el difícil entorno económico no influya en la calidad asistencial del paciente.
Ningún otro sector despierta tantas opiniones encontradas, arrastra tantos prejuicios, carece de flexibilidad en sus modelos y maniata a sus gestores como la Sanidad. Sin embargo, ninguna solución a sus problemas puede alcanzarse sin la implicación de los profesionales sanitarios y, especialmente, de su colectivo médico. La participación activa de los profesionales en los sistemas de gestión, su implicación en las políticas sanitarias a desarrollar y un mayor reconocimiento de su papel son esenciales a día de hoy. En el ámbito sanitario privado, dicha participación y corresponsabilidad es aún más crítica y así lo ha entendido una compañía como Sanitas que, para continuar siendo vanguardia en el sector sanitario, ha incorporado en el más alto nivel de la organización, el comité directivo, la voz del profesional sanitario a través de la
figura del Director Ejecutivo Médico.
El Sistema Nacional de Salud (SNS) se enfrenta a grandes retos, algunos ampliamente conocidos por la sociedad española. Entre ellos destaca sostener el envejecimiento de la población, hacer frente a la reducción del gasto en salud, garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema y cambiar la percepción ciudadana sobre el rol de la sanidad privada. Al mismo tiempo, otros desafíos menos obvios pero igual de alarmantes, como
la situación de los profesionales sanitarios, también amenazan el equilibrio del sistema.
Entre 2009-2013, el gasto sanitario de las comunidades autónomas descendió un 8,4%, según datos del Ministerio de Hacienda y el de Sanidad. Esto quiere decir que en los últimos 5 años las CCAA han dispuesto de menos recursos para hacer frente a una mayor carga sobre el SNS.
La sanidad, desde un punto de vista presupuestario,
debe ser capaz de encontrar una solución a largo plazo para la feliz noticia de que nuestra esperanza de vida sea cada vez mayor. En este contexto, el colectivo médico se enfrenta a un importante reto: conseguir que el difícil entorno económico no influya en la calidad asistencial del paciente.
Un buen punto de partida en este escenario es promover la
colaboración del sector público y el sector privado con el objetivo común de que el sistema sanitario español siga proporcionando un servicio de calidad y al alcance de todos los ciudadanos. La sanidad privada ayuda a mejorar la calidad asistencial de todos los ciudadanos al aliviar la carga del Sistema Nacional de Salud. En nuestro país,
los más de 7,6 millones de usuarios de la sanidad privada que no consumen recursos de la sanidad pública generan una importante disminución en la presión asistencial, en los tiempos de demora y en las listas de espera.
Para los que trabajamos en el ámbito sanitario privado, llevar a cabo este propósito y contribuir a aliviar la presión asistencial del sistema público nos enorgullece y nos aporta una gran satisfacción a nivel personal y profesional. Y más todavía si contamos con el respaldo de la organización para la que desempeñamos nuestra labor.
En Sanitas, los profesionales médicos, desde enfermeros a cirujanos, trabajan a diario para que la asistencia sanitaria que prestan se ofrezca, siempre y bajo todas las circunstancias, con los
máximos niveles de calidad y seguridad posibles. La salud es posiblemente el bien más preciado por los pacientes. Cuando nuestros clientes se ponen en nuestras manos queremos que tengan la certeza y la tranquilidad de saber que cuentan con una organización que les va a atender bajo los criterios más exigentes de calidad.
Conscientes de los problemas económicos en el momento actual y de las dificultades, nuestros profesionales se sienten comprometidos con este objetivo irrenunciable. La sanidad universal y accesible para todos los ciudadanos no se puede entender sin la labor de estos grandes profesionales.
Como nuevo director ejecutivo Médico de Sanitas, mi intención es
trasladar las preocupaciones del colectivo médico a la dirección de la empresa, sirviendo de puente entre la organización y los profesionales. Mi nombramiento sitúa al colectivo médico en el corazón de una organización que ha desarrollado un modelo integral de salud pionero gracias, en parte, al empuje de sus distintos especialistas en áreas tan variadas como la salud dental, el sector residencial para personas mayores y la gestión de hospitales.
Uno de mis principales objetivos es
poner en valor la calidad asistencial de la medicina que se presta en el sector privado y explicar a la sociedad que hoy, en ese entorno llamado privado, se forman especialistas en España por vía MIR, se participa en la docencia universitaria, se realizan, según datos de Farmaindustria, hasta el 40% de los ensayos clínicos.
Es mi intención reforzar la relación de nuestra compañía con aquellas instituciones relevantes del ámbito sanitario: colegios oficiales de médicos, asociaciones profesionales, asociaciones de pacientes, universidades, etc. Debemos, desde compañías como Sanitas, luchar porque se reconozca la contribución de nuestros profesionales a mejorar la calidad asistencial que se presta en nuestro país y
hablar sobre la excelencia o no de la medicina en lugar de sobre la diferenciación entre la sanidad privada y la sanidad pública. Y esa excelencia, hoy, debe llevar también en su valoración aspectos como coste-beneficio, eficiencia, productividad, etc. que ayuden a su sostenibilidad futura. Para ello,
la colaboración entre el colectivo médico y la organización será un elemento clave. Creo, y estoy convencido, de que ambos podemos remar en la misma dirección, armonizando la calidad asistencial con la viabilidad económica del proyecto empresarial.
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