Opinión

Enfermería en Cuidados Paliativos: la ciencia y las emociones en un mismo plano


Jorge Andrada, presidente del Colegio Oficial de Enfermería de Madrid
Firmas

05 noviembre 2021. 16.50H
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Si hablamos de cuidados hablamos de Enfermería. Esta es la esencia de nuestra profesión, aunque en esta oportunidad, me voy a referir a la relevancia de este concepto en el campo de la enfermera de Cuidados Paliativos. Un ámbito en el que las enfermeras y enfermeros brindan al paciente que se encuentra en fase avanzada de su enfermedad, el soporte y acompañamiento necesario, tanto desde el punto de vista clínico como emocional y espiritual. No solo a ellos, sino también a sus familias, con las que igualmente desarrollan este trabajo para aliviar, de la mejor manera posible, el sufrimiento que conlleva este difícil trance en la vida de cualquier persona.

Fue Cicely Saunders quien introdujo el concepto de Dolor Total y fundó el St Christopher´s Hospice en Londres, pionero en el mundo, para el cuidado de pacientes terminales, movimiento clave para el impulso de los cuidados paliativos, haciendo énfasis en el acompañamiento emocional, la escucha y la atención a las necesidades particulares de los pacientes. “Usted importa por lo que usted es. Usted importa hasta el último momento de su vida y haremos todo lo que esté a nuestro alcance, no sólo para que muera de manera pacífica, sino también a vivir hasta el día en que muera”.

En el caso de los Cuidados Paliativos, hablamos de un concepto de cuidado que lleva intrínseco un proceso de atención al paciente que debe asegurar una asistencia adecuada al final de la vida. También lleva aparejadas aquellas otras actividades que contribuyen a fortalecer su estado emocional y estrechar sus vínculos afectivos con su entorno familiar, desde el abordaje integral en sus diferentes dimensiones.

Estos conceptos se traducen en un trabajo que implica identificar las necesidades del paciente y su familia para realizar la valoración, diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación del plan de cuidados individualizado e integral que necesitan, incluyendo también sus creencias, cultura y valores. Así se teje una relación de confianza con el paciente y su entorno afectivo que va más allá de la mera atención clínica.

La enfermera de Cuidados Paliativos es un apoyo y un acompañante fundamental para que, tanto el paciente como la familia caminen hacia la etapa final de la vida con una atención digna y humanizada, y que, al mismo tiempo, sitúe en el centro de la atención, sus intereses y sus necesidades reales, convirtiéndose, de este modo, en toda una cruzada hacia la Humanización del Sistema Sanitario, e incluso, de la sociedad en su conjunto.

Queda todavía mucho por hacer y largo camino que recorrer en el campo de los Cuidados Paliativos, dentro y fuera del hogar. Cuidados que deben dotarse de recursos suficientes, sin evasivas ni precariedades, que otorguen las debidas garantías y mejorar así, la calidad de vida de estos pacientes y sus familias. Resulta alentador escuchar a nuestros compañeros que ejercen la profesión enfermera en este ámbito, cuando dicen que es reconfortante acompañarlos en este proceso nada fácil, hasta dar sentido a su quehacer diario y su propia vida. Les invito a escuchar su testimonio recogido en este video y a leer las reflexiones de la enfermera Manuela Monleón. Todos ellos ilustran con su ejemplo esta faceta de los cuidados y engrandecen el humanismo de nuestra profesión. 
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