La
Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere al
edadismo como una forma de pensar (estereotipos), sentir (prejuicios) y actuar (discriminación) con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de edad. El edadismo afecta a todos y es a partir de los cuatro años cuando los niños empiezan a ser conscientes de los estereotipos de edad en su cultura.
Por lo que respecta a la relación entre edadismo y salud, la OMS considera que se trata de
un determinante de la salud, que entre las personas mayores se asocia con un peor estado físico y mental; mayor aislamiento social y soledad; una menor calidad de vida, y unas
mayores tasas de muertes prematuras.
El edadismo es, sin ninguna duda, un
fenómeno social de gran prevalencia y relativamente reciente. De hecho, su inclusión en la Real Academia Española data de finales de 2022 en una entrada en el diccionario donde se indica que edadismo es “discriminación por razón de edad de las personas mayores o ancianas”.
Y es precisamente en el ámbito de la salud donde más discriminados se sienten. Según datos del último informe sobre edadismo en España realizado por la Unión Democrática de Pensionistas, UDP,
la situación más habitual de discriminación por edad, entre todas las que mide su estudio,
se produce en el ámbito de los servicios sanitarios.
Este informe establece que el 25,3 por ciento de los mayores encuestados afirma que muchas veces
se justifica su dolencia o malestar físico como “cosas de la edad”, sin que por parte de los profesionales sanitarios le den una explicación adecuada y técnica de su causa.
Y no es el único realizado en España con resultados similares. En el informe de la Fundación HelpAge International España ‘La discriminación de las personas mayores en el ámbito de la salud’ se indica que
no se identifican los problemas de los mayores porque se consideran normales cosas que no lo son.
Si bien las personas de edad, al igual que cualquier otro colectivo, tienen reconocido el derecho a la salud, no hay normas internacionales que reconozcan ese derecho específicamente. Del mismo modo,
en España no existe una regulación concreta que reconozca sus derechos, aunque la legislación sanitaria prohíbe la discriminación por razón de edad.
"Tenemos que ser capaces de acabar con los estereotipos del edadismo a través de estrategias de salud comunitaria"
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Antes citaba a la OMS al enumerar las
consecuencias del edadismo en la salud de nuestros mayores. Un tema que, en ningún caso, nos debe dejar indiferentes como enfermeras y enfermeros que somos. Pero ¿cómo podemos contribuir a erradicarlo? Tenemos que ser capaces de acabar con esos estereotipos y podemos hacerlo a través de diversas estrategias de salud comunitaria y, por supuesto,
impulsando el autocuidado.
Queda mucho trabajo por delante si queremos eliminar los prejuicios y la discriminación basados en la edad, algo esencial para promover un entorno de trabajo inclusivo y garantizar
una asistencia sanitaria equitativa y de calidad a las personas mayores.
¿Pero cómo vamos a ser capaces de esos logros con los recursos enfermeros actuales? Según los indicadores demográficos básicos del Instituto Nacional de Estadística, INE, entre 2000 y 2020, la esperanza de vida al nacimiento de los hombres en España había pasado de 75,9 a
79,6 años y la de las mujeres de 82,7 a
85,1 años.
Y teniendo en cuenta las Proyecciones de Población del INE para 2035, la esperanza de vida al nacimiento alcanzaría los
83,2 años en los hombres y los
87,7 en las mujeres, lo que supone una ganancia respecto a los valores actuales de 3,2 y de 2,3 años respectivamente.
Estos números, vistos en perspectiva, nos indican que
va a ser necesario un número muy superior al actual de enfermeros y enfermeras si queremos atender con el nivel de calidad suficiente la creciente necesidad de cuidados profesionales de una población cada vez más envejecida y con elevados índices de cronicidad y polimedicación.
El envejecimiento, los recursos enfermeros y los cuidados
El envejecimiento de la población implica un aumento de los recursos sanitarios que no se está dando en estos momentos. Por eso, desde el
Colegio Oficial de Enfermería de Madrid seguimos alertando del impacto negativo que la falta de enfermeras va a tener en la atención sanitaria, especialmente en los diferentes servicios de
Atención Primaria, que es donde estos pacientes acuden con mayor frecuencia. Y estos recursos son necesarios para que podamos seguir desarrollando actividades de promoción de la salud; de prevención; de desarrollo de programas de salud y de control de las enfermedades crónicas.
Así, seguiremos insistiendo también en el papel que desempeña la enfermera
especialista en Geriatría como líder de la atención a nuestros mayores; capacitada para gestionar y supervisar la salud de los mayores en situaciones complejas, y que coordina y asesora el cuidado de los mayores en todos los niveles del sistema sociosanitario.
No es casualidad que la Asamblea General de Naciones Unidas declarase el 29 de octubre el
Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo. Esta fecha no solo quiere poner en valor la importancia de los cuidados, sino que reconoce la tendencia mundial al envejecimiento de la población y la realidad de que serán necesarios más esfuerzos para asegurar determinados cuidados, lo que pasa por desarrollar plenamente la estrategia nacional de cuidados en la que, sin duda,
las enfermeras tenemos mucho que decir.
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