Opinión

El Colegio Oficial de Médicos de Madrid entre tinieblas


Jesús Frías, candidato a la Vocalía de Médicos Jubilados de la candidatura Icomenparatodos que preside Tomas Merina

31 enero 2025. 05.05H
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Soy médico desde hace 46 años, los mismos que llevo colegiado en el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem). Hace algo más de un año conocí a Tomás Merina, y no sé muy bien cómo empezamos a hablar del Colegio. Le comenté que nunca me había sentido interesado en el Colegio, es más, nunca me había sentido partícipe de su actividad y con frecuencia estaba en desacuerdo con sus posicionamientos públicos y con su funcionamiento.

De hecho, siempre me he sentido muy poco representado por el Icomem. En aquella ocasión, Merina me comentó que tenía la ilusión de cambiar las cosas. Al poco empezó a configurar una candidatura para presidir el Colegio, que ha estado trabajando más de un año, capaz de ilusionar a los médicos de Madrid para intentar que el Icomem derivara en un colegio para todos los médicos de Madrid. Así, nuestra candidatura ha hecho una campaña en la que priorizábamos varias ideas, no necesariamente en este orden:

  • Componer un colegio muy participativo, donde cupieran todos los colegiados de Madrid y donde las decisiones se tomaran de acuerdo con la mayoría, pero donde todos se sintieran representados.
  • Construir un colegio para defender a los colegiados y para defender la profesión médica del intrusismo, defendiendo la buena praxis, una medicina moderna y científica y donde recuperar nuestro compromiso profesional con la sociedad.
  • Recuperar la dignidad de Colegio, alejándolo de pleitos y discusiones internas, aclarando los muchos temas económicos oscuros que están abiertos y manteniendo una independencia de intereses comerciales, políticos o sindicales.
  • En esencia, hacer un colegio útil para los colegiados, donde encontrar defensa, apoyo y formación.

Fruto de ese trabajo, nuestra candidatura, después de una campaña limpia y respetuosa, ganó las elecciones del pasado 17 de diciembre. Y las ganó bien, en las elecciones con más votantes de los últimos años (muchos), donde obtuvimos casi un 50 por ciento de todos los votos emitidos, 4.475 de 9.448 votos válidos, cuando las otras dos candidaturas obtuvieron 2.580 votos, la presidida por Esther Rubio y, en tercer lugar, con 2.393 votos, la candidatura del presidente en el cargo, Manuel Martinez-Sellés.

"Nunca me había sentido interesado en el Colegio ni partícipe de su actividad"


Los resultados fueron muy claros y la jornada electoral limpia, de manera que la Comisión Electoral certificó los resultados nombrando a Tomás Merina ganador de las elecciones y presidente electo unos días después, el pasado 19 de diciembre de 2024.

Desde entonces todo ha sido un despropósito, si no, una desvergüenza. Un mes después de la proclamación como vencedores, la Comisión de Recursos del Colegio ha aceptado una reclamación interpuesta por el presidente perdedor y ha anulado la candidatura. Hay que explicar que Martinez-Sellés interpuso una reclamación ante la Comisión Electoral, el órgano responsable de dirigir y supervisar el proceso, y que este órgano, a la luz de la reclamación solicitó a Merina datos que no había solicitado a los demás candidatos, y que una vez entregados, validó la candidatura tres semanas antes de las elecciones.

Martinez-Sellés, desautorizando a la Comisión Electoral, reclamó de nuevo a la Comisión de Recursos, básicamente porque opina que los profesores de Medicina, los peritos médicos, los inspectores, los médicos de la industria farmacéutica, los médicos dedicados a la gestión y todos los médicos que no ven pacientes, no son médicos en activo. También es importante señalar que la Comisión de Recursos ha hecho público su dictamen cuatro días antes de la toma de posesión del nuevo equipo colegial, y podía y debía haberlo hecho mucho antes, podía incluso antes de las elecciones.

Como era de esperar el tema se ha judicializado y nos enfrentamos a un periodo cuando menos de incertidumbre.

"La Comisión de Recursos podía y debía haber hecho público su dictamen mucho antes"



En estos días ha habido muchos compañeros preguntándose en los medios qué pretende la actual Junta Directiva del Icomem, una junta perdedora de las elecciones y que, a lo que se ve, con tantos frentes abiertos que solo puede pretender ganar tiempo, y aquí, de nuevo la pregunta es para qué. En cualquier caso, mi interés con esta carta no es arrojar más leña al fuego, sino pedir a quienes son responsables de este bochornoso entuerto una serena reflexión, evaluando las consecuencias para el Colegio de las actitudes aquí señaladas.

La Junta Directiva solo tiene actualmente cinco miembros (los demás, hasta 13, han ido dimitiendo por desacuerdos desde hace años), la Comisión Electoral con seis miembros, y la Comisión de Recursos con otros seis colegiados, son, todos ellos responsables de que la voluntad libremente expresada por los colegiados que votaron el pasado día 17 de diciembre no sirva para nada

La decisión de la Comisión de Recursos es manifiestamente injusta y seguramente inducida por el presidente perdedor, pero me llama la atención que, de entre todos los compañeros que acabo de mencionar, no haya alguno que se resista a esta tropelía. El actual equipo de gobierno del Icomem no representa a los colegiados de Madrid, antes tampoco, y por eso han perdido las elecciones. Ellos, y solo ellos, pueden ahora reconducir la situación. Deberían pensar que el Colegio necesita trabajar bien, con el apoyo de los colegiados que ellos no tienen, sobre todo en estos tiempos en los que deberíamos estar claramente unidos y no entre tinieblas. El Colegio no puede estar descabezado en estos momentos, cuando tanto hay en juego para la profesión médica.



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