La situación de emergencia sanitaria provocada por el
Covid-19 ha repercutido en la
gestión de las prestaciones de nuestro sistema público de salud, influyendo también en la esfera privada de la sanidad, ha afectado de forma negativa a los distintos niveles en los que se realiza la actividad asistencial, atención primaria, especializada y hospitalaria; las incertidumbres en la implementación de los protocolos Covid-19 ha modificado la praxis de los profesionales sanitarios, los cuales han tenido que
adaptarse a la asistencia no presencial de pacientes.
Esta situación supone el caldo de cultivo propicio para el
aumento de las reclamaciones judiciales. Si bien la situación actual de nuestros Juzgados y Tribunales arrastra un cierto retraso, fruto también de la pandemia,
se prevé que en los próximos años las reclamaciones por responsabilidad sanitaria aumenten exponencialmente.
Ante esta realidad, resulta imprescindible la figura del perito médico. Pero,
¿qué debemos entender por perito médico? ¿Cuál es la importancia de su actividad en el sistema judicial? ¿Qué conocimientos necesita un médico para ejercer de perito?
Para dar respuesta a estas preguntas, la Ley de Enjuiciamiento Civil, en su artículo 335, habla de la figura del perito como
medio de prueba dentro de los procedimientos judiciales, de este artículo podemos extraer varios elementos que configuran el dictamen pericial como prueba:
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La participación del perito resulta crucial para el legislador cuando sean necesarios conocimientos científicos, artísticos, técnicos o prácticos para valorar hechos o circunstancias relevantes en el asunto.
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La principal misión del perito es ayudar al Juez en su decisión sobre un litigio, aportándole esos conocimientos científicos.
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El informe pericial podrá ser aportado por cualquiera de las partes, e incluso solicitar al tribunal que designe a un perito para que emita el dictamen.
Tal y como prevé la Ley, el perito y su dictamen, así como la ratificación de este, son fundamentales en este tipo de procedimientos, ya que
aportan el conocimiento de carácter científico-técnico necesario para que el juez pueda resolver un litigio.
"Se prevé que en los próximos años las reclamaciones por responsabilidad sanitaria aumenten exponencialmente"
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No obstante, es importante que el médico que quiera desarrollar una actividad pericial adquiera los conocimientos necesarios en
Medicina Legal, que le capacite en materias tan importantes como los elementos de la estructura de defensa para analizar debidamente los casos a los que se va a enfrentar, conocer los distintos órdenes jurisdiccionales así como los distintos tipos de responsabilidades que se pueden reclamar en un procedimiento, elaborar correctamente un informe pericial, desarrollar los elementos de comunicación durante su ratificación en sala, realizar la valoración del daño corporal objeto de un procedimiento, identificar las incapacidades permanentes en las que puede incurrir un trabajador...
Sin duda alguna, el peritaje supone una
gran oportunidad al profesional de la medicina para completar su actividad económica, especialmente tras la aparición del denominado Nuevo Baremo, que supuso un importante cambio en la forma de cuantificar los daños personales e incluyó la figura del perito médico como un
elemento fundamental e indispensable en la valoración y la resolución de conflictos.
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