Para muchos – entre los que me encuentro- la llegada de la
Navidad supone la llegada también de una “enorme responsabilidad”: los regalos. Son habituales las dudas, las listas, y las prisas que rodean a la ejecución de esa responsabilidad. Este año propongo a todos aquellos que tengan familiares o amigos acreedores de tales regalos, que echen una mirada a la
Telemedicina y a la
Salud Digital. Y esa mirada no es otra que la que los profesionales de la
Medicina estamos dirigiendo a 2021, año en el que, como consecuencia del “
año COVID”, normalizaremos la
práctica asistencial telemática y empezaremos a conocer y a utilizar los medios de la Salud Digital.
La revolución digital evoluciona a un ritmo imparable. Junto con la explosión sin precedentes de instalaciones y sistemas de tecnología digital ha emergido el
Big Data, la progresiva potencia informática, la tecnología móvil y la información de red que abren las puertas para
transformar la tradicional prestación de servicios de salud.
Las tecnologías de salud digital, como las aplicaciones para teléfonos inteligentes, las plataformas basadas en la web y los dispositivos portátiles, están emergiendo rápidamente como intervenciones prometedoras para el
manejo de enfermedades agudas y crónicas, y aunque comenzaron en el campo de la
medicina cardiovascular, su extensión al resto de la Medicina está ocurriendo rápidamente.
El año 2020 trajo muchos cambios inesperados: antes del COVID-19 solo el 20 por ciento de los médicos usaban plataformas de telemedicina y ese número aumentó a aproximadamente el 80 por ciento a raíz de la pandemia. El cambio no se ha limitado solo a las consultas por videoconferencia y ya
se ha extendido el interés por las aplicaciones de la Salud Digital.
Llegados a este punto recordemos algunos conceptos con los que nos vamos a familiarizar muy pronto, como Big Data,
Chatbot o
Wereable.
- El Big Data es el conjunto de tecnologías creadas para almacenar, analizar y gestionar estos datos masivos.
- Un chatbot es un software basado en
Inteligencia Artificial capaz de mantener una conversación en tiempo real por texto o por voz, dicho de otro modo es un “robot que chatea”. Por texto son por ejemplo los chatbots de atención al cliente que podemos encontrar en webs de bancos, seguros, viajes, , etc. Por voz, son los famosos asistentes virtuales —
Siri,
Irene,
Cortana o
Alexa— que tratan de hacernos la vida más fácil contestando a nuestras preguntas.
- Los wearables registran lo que andamos, nuestras pulsaciones, nuestro ritmo respiratorio, las horas que dormimos e, incluso, nuestra sensación de bienestar o de estrés y los tenemos en forma de muñequeras, collares, anillos, pendientes y hasta prendas de vestir y ….. por supuesto, relojes.
Todo esto, va a instalarse en la relación médico-enfermo de forma progresiva y rápida y va a exigir un
esfuerzo de formación y adaptación tanto a profesionales sanitarios como a pacientes.
Curiosamente, en ámbitos como la Salud Mental, la satisfacción con la llegada de la Telemedicina es mucho mayor en los pacientes que en los profesionales. Estos últimos perciben como desnaturalizado el encuentro con el enfermo y se sienten incómodos confrontados a una pantalla. Sin embargo
pacientes con dificultades de accesibilidad a los servicios sanitarios bien por circunstancias personales o geográficas
agradecen la experiencia telemática que valoran como cómoda y directa.
Nuevos retos que plantea la Salud Digital
Pero la Salud Digital plantea nuevos retos más allá de lo que son las consultas telemáticas y la mayor o menor habilidad y/o aceptación de la relación médico – enfermo en la teleconsulta.
La Salud Digital se introduce tanto en el diagnóstico como en el tratamiento. Por ejemplo, la gestión del Big Data podría, hipotéticamente, proporcionar información sobre los pacientes que nos permitiría valorar los
factores de riesgo a los que se expone y las conductas que podrían considerarse pródromos de patologías concretas. Del mismo modo los wereables que reportaran información fisiológica sobre el funcionamiento de la persona, complementaría la evaluación de un paciente.
Cara al tratamiento los chatbot se están utilizando para psicoeducación o abordajes sencillos de cuidado de la salud, pero hay proyectos más ambiciosos, al menos tres en Europa, que ofrecen herramientas como el
Moodbuster, que pretende ofrecer al paciente depresivo un
tratamiento cognitivo conductual supervisado o no por un profesional de la salud mental.
A pesar del atractivo de los chatbots, la evidencia de su utilidad real en el entorno de la atención clínica siguió siendo limitada en 2020. Si bien, por supuesto, habrá avances en la investigación en 2021, esperar a que los chatbots emerjan como impulso innovador en los servicios de salud, probablemente sea prematuro para el próximo año.
En este contexto, ¿
qué podemos esperar para 2021? Pues conforme las consultas telemáticas sean más habituales la integración de datos digitales de teléfonos inteligentes y dispositivos portátiles será aún más importante.
Tanto los médicos como los pacientes querrán utilizar dispositivos que puedan sincronizar datos con registros médicos electrónicos. La sincronización de los datos de salud entre dispositivos se irá haciendo indispensable y si bien la era de las aplicaciones independientes y los dispositivos portátiles no llegará a su fin en 2021, la popularidad de estos productos aislados comenzará a disminuir.
Aunque ya empieza a haber evidencia de la mayor adhesión al tratamiento y al seguimiento clínico cuando se integra al paciente en un círculo digital en el que fluye información de sus médicos, de agentes sociales y de su entorno más próximo como amigos y familiares, sin embargo el
talón de Aquiles de la Salud Digital seguirá siendo un bajo nivel de participación de los usuarios que ya se ha constatado en 2020.
Si bien el
infausto recuerdo de Cambridge Analytica en 2018 puede haberse desvanecido, una serie de
ataques de ransomware de atención médica notables en 2020 han vuelto a poner la privacidad y la seguridad de los datos en el centro del escenario. Las plataformas tecnológicas que no protegen los datos de los usuarios encontrarán una menor aceptación y participación de mercado en 2021.
En 2021,
se esperan innovaciones en los usos híbridos de la salud digital donde hay más apoyo humano. Los nuevos modelos de atención, como las
clínicas digitales, que admiten visitas en vivo (video o en persona), pero que también integran nuevas tecnologías como las aplicaciones, estarán en auge.
Respecto a la irrupción de la telemedicina en 2020 también hay que señalar el hecho de que no todos tienen acceso a Internet de alta velocidad o un dispositivo que les permita participar en la asistencia sanitaria digital. Más allá de los dispositivos,
garantizar la capacitación y los recursos para ayudar a todas las personas a desarrollar habilidades de alfabetización digital (por ejemplo, conectarse a visitas por video) será importante para garantizar que la expansión de la salud digital realmente aumente la accesibilidad al sistema sanitario para quienes más la necesitan.
Por todo ello, vuelvo al principio, a los familiares y amigos este año, por Navidad, podemos regalarles
webcams,
auriculares + micro, tablets, chatbots originales, wereables etc.. para que se vayan
incorporando al presente que ya no es futuro: telemedicina y salud digital.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.