Opinión

La prescripción enfermera no puede sufrir más retrasos


Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.
Del CURAR al CUIDAR

18 agosto 2022. 13.15H
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Como ya todo el mundo sabe a estas alturas, la regulación de la prescripción enfermera no es otra cosa que dar una garantía jurídica al trabajo que día a día realizan las enfermeras en sus puestos de trabajo. Realizan y realizaban anteriormente. En definitiva, es una norma necesaria y fundamental para que el sistema sanitario pueda continuar adelante con plenas garantías para los profesionales de enfermería.

Tras años de negociaciones entre los estamentos políticos y el resto de los sanitarios, el Real Decreto que regulaba la prescripción enfermera salió adelante en 2018. Ahora, cuatro años después, y con el supuesto consenso de todos los participantes, se acaban de aprobar las primeras guías de indicación uso y autorización de dispensación de medicamentos por parte de las enfermeras. Unas guías que sientan las bases de cómo se llevará a cabo la prescripción en ámbitos como los de la hipertensión, diabetes y quemaduras.

Cual ha sido nuestra sorpresa al comprobar que nuestros compañeros médicos, farmacéuticos y dentistas han recurrido estas guías que, para nuestro asombro, contaban con el consenso de todos los colectivos sanitarios implicados en esta normativa. Para nosotros como Consejo General de Enfermería es inentendible que se quiera tumbar una normativa que lo que busca es el beneficio de los pacientes y el sistema sanitario en su conjunto.

"Es inentendible que se quiera tumbar una normativa que lo que busca es el beneficio de los pacientes y el sistema sanitario en su conjunto"


De hecho, se nos hace todavía más difícil de comprender porque lo más importante de estas guías es que han nacido fruto del entendimiento y el diálogo entre médicos, enfermeros, farmacéuticos, sanidad militar, mutuas y las propias administraciones públicas. Por ejemplo, es de recibo que se conozca que en la realización de estas guías han participado hasta cuatro representantes de la Organización Médica Colegial, además de otros médicos propuestos por las comunidades autónomas y varios miembros de sociedades científicas médicas.

Entendemos que las discrepancias proceden de algunos representantes de los compañeros médicos y no de todos ni mucho menos de los médicos asistenciales, que comprenden y entienden la necesidad de estas guías. En el día a día, el equipo multidisciplinar que se forma en hospitales, centros de salud y sociosanitarios va mucho más allá de estos recursos. Las enfermeras trabajan por y para los pacientes, al igual que los médicos, farmacéuticos y dentistas.

En definitiva, esperamos que se imponga el sentido común porque llevamos muchos años remando todos juntos para lograr sacar adelante estos protocolos y esta normativa no puede sufrir más retrasos porque es de recibo que las más de 330.000 enfermeras y enfermeros de nuestro país tengan todas las garantías para trabajar.
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