El pasado 10 de febrero
representé al Consejo General de la Psicología en la reunión convocada por el candidato a la Presidencia de Gobierno Pedro Sánchez para hacernos llegar sus líneas maestras en cuanto a política sanitaria y escuchar las propuestas que consideráramos oportunas y a la que acudieron entidades representativas del ámbito sanitario (asociaciones de pacientes y médicos, sindicatos, empresas farmacéuticas, organizaciones colegiales.).
Tras la intervención del candidato, se abrió un turno de intervenciones muy plural y con intervenciones muy interesantes de todos los participantes, que ponían de manifiesto la
complejidad de las políticas y de la gestión sanitaria. Pero a pesar de la relevancia de las aportaciones,
cuando me llegó el turno aún no se había mencionado la problemática de la Salud Mental. Por eso empecé poniendo de manifiesto el relativo olvido que había sufrido este sector. Resalté que aunque la escasez de medios y profesionales sanitarios es endémico en todo el sistema de salud, lo es aún en mayor medida en la salud mental.
A pesar de las importantes y crecientes cifras de prevalencia de los trastornos mentales en nuestro país,
las tasas de profesionales de la salud mental están muy por debajo de la media de los países de la OCDE. En el caso de la
Psicología, el número de psicólogos clínicos en el sistema público por habitantes es menos de un tercio de la media. Esto redunda en una deficiente atención a las necesidades de salud mental de la población que tienen que esperar meses cuando son derivados a los Centros de Salud Mental, periodos muy prolongados de tiempo entre cita y cita, lo que
dificulta enormemente un adecuado abordaje psicoterapéutico. Si la sanidad pública necesita inversión, la saludnmental lo requiere aún más.
Asimismo manifesté la necesidad de mejorar la eficacia y la eficiencia de los tratamientos. Las guías NICE (
Institución Nacional para la Excelencia Clínica del Reino Unido) y la OMS indican que el tratamiento de elección para los trastornos mentales más prevalentes como la ansiedad y la depresión es la psicoterapia. Sin embargo, en España el tratamiento más frecuente es exclusivamente farmacológico, lo que alarga el tiempo de recuperación e incrementa la probabilidad de cronificación. Para poder cubrir la demanda de atención de Salud Mental desde esta perspectiva integral,
propuse que se inclusión de la intervención psicológica en Atención Primaria, siguiendo los pasos de experiencias muy exitosas realizadas en diversos países europeos,
o al menos que se realizase una experiencia piloto a gran escala que permitiese obtener datos de su eficacia y eficiencia.
Asimismo
resalté la importancia del suicidio como un creciente problema de salud, ya que provoca casi 4.000 fallecimientos anuales, y es la
principal causa de muerte entre los menores de 30 años. Evidentemente se requiere un plan de actuación integral que debería empezar por
concienciar a la sociedad en general y a los responsables políticos y sanitarios en particular.
Por último, coincidimos varios participantes en la
necesidad de desarrollar la Ley de Salud Publica, prácticamente paralizada desde su aprobación, e incidía en la
necesidad de regular el grado en Psicología prevista en la mencionada ley, y que ya acumula más de tres años de retraso.
Esperemos que en el caso de que Pedro Sánchez pueda constituir un gobierno impulse la Sanidad Pública y preste la debida atención a la Salud Mental.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.