Opinión

La política sanitaria en la campaña electoral de EE.UU.: ¿qué está en juego?


Félix Rubial, médico y gestor sanitario
Firmas

23 octubre 2024. 07.00H
Se lee en 6 minutos
La salud pública y la atención sanitaria han sido temas centrales en la política estadounidense durante la última década, y la elección presidencial de 2024 no es la excepción. Aunque asuntos como la economía, la inmigración o el coste de la vida suelen dominar el debate, la política sanitaria sigue siendo una preocupación fundamental. Las decisiones que se tomen durante esta campaña podrían tener un impacto significativo en el sistema de salud de Estados Unidos. Este análisis explora cinco aspectos clave de la política sanitaria que están siendo discutidos en la contienda electoral, y revisa las posturas de los candidatos, así como sus posibles implicaciones para el futuro del país.

1. Cobertura de seguros y el futuro del Affordable Care Act (ACA)


Uno de los puntos clave en el debate sobre la política sanitaria es el futuro del Affordable Care Act (ACA), conocido como Obamacare. Desde su promulgación en 2010, el ACA ha ampliado la cobertura de salud a millones de estadounidenses, reduciendo considerablemente el número de personas sin seguro. Sin embargo, su futuro sigue siendo incierto, ya que los candidatos presentan propuestas muy diferentes.

Los demócratas, liderados por Kamala Harris, han dejado claro su compromiso de expandir aún más la cobertura. Por el contrario, los republicanos, con Donald Trump a la cabeza, buscan reducir la intervención gubernamental en el sistema sanitario. Trump ya intentó derogar el ACA durante su mandato, y es probable que, de ser reelegido, busque desmantelar partes clave del programa, incluyendo la reducción de los subsidios y recortes a la expansión de Medicaid, que ha sido fundamental para garantizar el acceso a la atención médica de las personas con bajos ingresos.

Además, una cuestión crítica que enfrenta la próxima administración es la posible finalización de los subsidios ampliados que vencen en 2025. Si no se renuevan, esto podría traducirse en un aumento significativo de las primas de los seguros, poniendo en riesgo la cobertura de millones de estadounidenses.

2. Medicare y Medicaid: dos pilares bajo presión


Medicare y Medicaid, dos de los programas de asistencia más importantes en Estados Unidos, están bajo escrutinio en esta campaña electoral. Ambos son pilares fundamentales para la atención sanitaria en EE. UU., pero enfrentan presiones diferentes. Medicare, que proporciona cobertura principalmente a personas mayores de 65 años, es un programa ampliamente respaldado tanto por demócratas como por republicanos, aunque con enfoques distintos. Mientras que los demócratas abogan por proteger y ampliar el programa, los republicanos favorecen una privatización parcial a través de Medicare Advantage, lo que permite a los beneficiarios obtener cobertura mediante aseguradoras privadas.

En cuanto a Medicaid, que cubre a más de 80 millones de estadounidenses, se perfila como otro tema clave en el debate. Durante la administración Trump, se propusieron recortes importantes a este programa, una política que podría retomarse si los republicanos logran la mayoría. Los demócratas, por su parte, buscan expandir Medicaid a los estados que aún no lo han adoptado, con la intención de reducir las disparidades en el acceso a la atención médica.

3. El creciente coste de la atención médica y los precios de los medicamentos


El coste de la asistencia sanitaria es una de las principales preocupaciones para los estadounidenses. Según encuestas recientes, casi la mitad de los adultos en Estados Unidos reporta dificultades para pagar sus facturas médicas, lo que a menudo les lleva a posponer o evitar tratamientos esenciales debido a los altos costes. Este es un tema central en la campaña, especialmente en relación con los precios de los medicamentos.

Mientras que los demócratas proponen que el gobierno federal negocie los precios de los fármacos, los republicanos promueven soluciones basadas en el libre mercado. La administración Biden-Harris ha dado algunos pasos en esta dirección, permitiendo que Medicare negocie el precio de ciertos medicamentos, lo que supone un avance en la contención de costes. Sin embargo, Trump ha prometido revertir estas políticas, favoreciendo un enfoque menos regulado, centrado en aumentar la competencia para reducir los precios.

4. Crisis de los opioides y muertes por sobredosis


La crisis de los opioides, exacerbada por la pandemia de Covid-19, ha alcanzado niveles alarmantes en Estados Unidos. En 2022, se reportaron más de 109.000 muertes por sobredosis, con un incremento alarmante del uso de fentanilo.

Los candidatos tienen enfoques distintos para abordar esta crisis. Los demócratas, que consideran la adicción como un problema de salud pública, proponen expandir los programas de tratamiento y aumentar los fondos para la salud mental. En contraste, los republicanos adoptan un enfoque más punitivo, centrado en el control de fronteras para detener el tráfico de drogas y en endurecer las penas para los delincuentes.

5. Derechos reproductivos y acceso al aborto


Desde la decisión de la Corte Suprema de junio de 2022 por la que se revocó el derecho al aborto a nivel federal, el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo se ha convertido en uno de los temas de mayor peso en la política sanitaria estadounidense. Kamala Harris ha dejado claro que su administración se comprometería a restaurar el acceso al aborto en todo el país, mientras que Trump y otros republicanos han prometido seguir apoyando leyes más restrictivas en los estados.

Este debate sobre los derechos reproductivos refleja también la profunda desigualdad en el acceso a la atención sanitaria entre diferentes grupos de la población. Los demócratas abogan por eliminar las barreras estructurales que enfrentan las comunidades vulnerables, mientras que los republicanos se enfocan en la reducción del gasto público, lo que podría afectar a programas dirigidos a las minorías.

En definitiva, la elección presidencial de 2024 tiene el potencial de remodelar profundamente el sistema sanitario de Estados Unidos. Los votantes se enfrentan a dos visiones opuestas: una que busca ampliar el acceso a la atención médica, regulando los precios de los medicamentos y protegiendo los derechos reproductivos, y otra que aboga por reducir el papel del gobierno en el sistema de salud, favoreciendo un enfoque de libre mercado y menos intervención estatal.

Más allá de las propuestas políticas, las decisiones que se tomen en estas elecciones afectarán no solo a los programas de salud pública, sino también a la calidad de vida de millones de personas que dependen de un sistema accesible y equitativo.
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