El pasado 3 de diciembre de 2012 la Agencia Española del Medicamento y de Productos sanitarios publicó un borrador para la orden de criterios mínimos y procedimiento de uso de los medicamentos homeopáticos. Desde entonces estudiantes, profesionales sanitarios y muchos otros han invadido las redes sociales mostrando su desacuerdo con el mismo.
Vivimos hoy en día en una Medicina basada en la ciencia y el rigor, en el que nuestras actividades han de estar basadas en el mejor conocimiento científico a nuestro alcance, así nos marca la lexartis ad hoc y el código de deontología médica.
Sin embargo, si vamos a la definición de homeopatía, esta es un método terapéutico que consiste en la administración al paciente de pequeñas dosis de una sustancia que, en dosis elevadas, provocaría en una persona sana la aparición de manifestaciones patológicas; pero que en el enfermo que presenta manifestaciones similares, en dosis infinitesimales, es curativa.
La base científica en la que esta terapia no se rige por leyes científicas compatibles con los actuales conocimientos en Química o Física. La premisa de que todos los remedios homeopáticos, pese a incluir cientos de sustancias diferentes, actúan de forma similar en el organismo no ha sido demostrada ni parece acorde a los conocimientos científicos actuales y vigentes, que sí que están altamente demostrados empíricamente.
Este hecho, además, contradice el amplio consenso entre la comunidad científica en cuanto a que
la homeopatía no ha demostrado suficientemente una eficacia superior a la del placebo. Esta postura científica se ha reafirmado tras la aplicación de metaanálisis y revisiones sistemáticas en los últimos años.
También hay que tener en cuenta al Código Deontológico del Médico, que en su artículo 26 menciona que es una falta de ética e inaceptable tratar a los pacientes con medicina sin base científica, tratamientos ilusorios que prometan la curación de los pacientes, etc. Y la homeopatía, podríamos decir, que
queda bastante bien definida en este grupo de “terapias ilusorias”.
Es por ello, que,
como futuros médicos creemos que debemos implicarnos en tener una medicina basada en la mejor evidencia para dar a los pacientes una atención de calidad y rigor.
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